¿Os imagináis un juego de mesa en el que nos dejen hacer trampas? Polilla Tramposa es el juego de mesa en el que no solo podremos hacerlas, sino que además estaremos obligados a ello si no queremos comernos una gran cantidad de puntos al final de la ronda.

Portada de Polilla Tramposa
Número de jugadores:3 – 5
Duración:20 minutos
Edad mínima:7 años
Género:gestión de mano
Complejidad:1,15 / 5
Editorial:Devir Iberia
Diseño:Emely Brand
Lukas Brand
Ilustración:Rolf Vogt
Precio recomendado:12,56€

Preparación de partida

En cada ronda y en primer lugar, buscamos en el mazo de cartas el chinche guardián y se lo damos al jugador inicial de mayor edad, el cual lo pone boca arriba delante suya para que todo el mundo tenga claro a quién vamos a tener que engañar.

A continuación mezclamos todas las cartas y repartimos boca abajo 8 cartas a cada uno de los jugadores.

Posteriormente, ponemos las cartas restantes a modo de mazo de robo en el centro de la mesa, revelando la carta de la parte superior que colocaremos en la zona de descartes. Esta será la carta inicial de referencia con la que vamos a jugar, pero aunque sea una carta de acción solo tendremos en cuenta su valor.

Setup inicial de Polilla Tramposa a 4 jugadores

¿Cómo se juega a Polilla Tramposa?

Como hemos comentado, empezamos por el jugador que posea el chinche guardián. Cada uno puede jugar en su turno una carta de su mano en la zona de descartes siempre y cuando la carta jugada sea un número inferior o superior a la que haya previamente.

El valor de las cartas va de 1 a 5 y podemos saltar de la primera a la última, por lo que si la carta previa del mazo de descartes es un 1 jugaríamos tanto un 2 como un 5, y en el caso de que fuera un 5 tanto un 4 como un 1. Así se evita que los números estén desequilibrados.

Si no pudiéramos jugar ninguna carta robamos una del mazo central y pasamos el turno al siguiente jugador. Si se acaba el mazo de cartas, las barajamos y formamos una nueva pila.

¿Pero dónde están las trampas? Aquí es donde está la gracia de este juego de mesa. A lo largo una partida a Polilla Tramposa, todos los jugadores (salvo el chinche guardián) se podrán quitar de encima cualquier carta, ya sea una polilla tramposa, una carta de acción o una carta de número cualquiera. Las haremos desaparecer de la forma que nos dé realmente la gana y, cuanto más ingeniosos seamos, el juego será mucho más entretenido. Podemos tirarlas, esconderlas en la manga, debajo del brasero… siempre que cumplamos una serie de normas:

  • Nuestra mano de cartas debe estar en todo momento a la vista de todos los jugadores.
  • Las trampas de una en una, no nos pasemos de listos tirando todas a la vez.
  • Mientras se debate si el chinche guardián ha pillado o no a un tramposo no se pueden seguir haciendo chanchullos.
  • La última carta de nuestra mano tenemos que quitárnosla de forma legal jugándola en el centro de la mesa.

En una partida nos vamos a encontrar con cartas de número, con 4 tipos de cartas de acción y 2 tipos de cartas muy especiales.

Las cartas de número son cartas normales y corrientes, por lo que solo se cuenta su valor.

Las cartas de acción tienen habilidades especiales si se juegan en la zona de descarte:

  • Si jugamos una araña entregamos una carta de nuestra mano al jugador que queramos (cualquiera menos una polilla tramposa).
  • Cuando un jugador juegue un mosquito, todos los jugadores salvo el que la ha jugado tienen que colocar la mano sobre el mosquito lo más rápido posible al más puro estilo Gobb’iT. El último en hacerlo recibe una carta de cada jugador (salvo polillas tramposas).
  • Si se juega una cucaracha el jugador más rápido podrá poner encima una carta con el mismo número (como es obvio las polillas tramposas no cuentan). Si se ha jugado una carta de acción sobre una cucaracha, os recomiendo que se realice la acción y continúe el jugador que vaya después del que ha jugado la última carta, ya que el manual de instrucciones no hace referencia a esto.
  • Una hormiga provoca que todos los jugadores (exceptuando el activo) roben una carta del mazo de robo.

Pasamos a hablar de las cartas especiales de este juego de mesa que lo hacen único:

  • Chinche guardián: esta es única y está visible delante del jugador que hace de vigilante. Este jugador tiene que jugar legalmente mientras tenga el chinche guardián y será el único que pueda pillar a alguien haciendo trampas. Estará atento en todo momento a los movimientos de los demás jugadores, y en el caso de que crea haber pillado a alguien intentando engañarle deberá detener la partida en ese mismo momento para acusarle con un «¡Te pillé!».
    • Si la acusación es correcta el tramposo al que han pillado recoge la carta que intentaba hacer desaparecer, recibe una carta del chinche guardián y además la carta de chinche guardián. Ahora le toca hacer a él de vigilante.
    • Si se ha equivocado al acusar, el vigilante roba una carta del mazo de robo y continua la partida.
  • Polilla tramposa: es la única carta que podemos quitarnos de encima solo haciendo trampa. No se puede jugar en los descartes con las reglas habituales salvo que seamos el chinche guardián. Tampoco se puede dar a otro jugador.

Fin de la partida

Se juegan tantas rondas como jugadores haya en la partida y cada una de ellas la empieza un jugador diferente, de modo que todos comenzaremos alguna ronda siendo el chinche guardián.

Una ronda termina cuando un jugador se haya quedado sin cartas en la mano, pasando así al recuento de puntos ¡cojamos papel y lápiz! Los jugadores, a excepción del que ha ganado la ronda, se restan puntos según las cartas que le quedaran en la mano al final de esta.

  • Cada carta de número resta 1 punto.
  • Cada carta de acción resta 5 puntos.
  • Cada polilla tramposa resta 10 puntos.

Gana el jugador que tenga menos puntos negativos.

¿Será capaz el chinche guardían de encontrar a los tramposos?

Reseña del juego de mesa Polilla Tramposa

Este juego de mesa de Devir Iberia es un filler muy entretenido y que asegura las risas durante toda la partida. Los juegos al fin y al cabo están para divertirse y sin duda este es uno de los juegos con los que mejor me lo paso cuando sale a mesa.

Solo hay que ver las caras de los jugadores mientras se están repartiendo las cartas y ya están pensando mil y una formas de cómo torpedear al vigilante. Mientras, el que tenga el chinche guardián estará desde el minuto cero con la antena puesta con cualquier movimiento más sospechoso de lo normal.

Su sencillez permite que nos centremos en lo realmente importante, en hacer trampas. El fuerte de este Polilla Tramposa es indudablemente la novedad de poder hacer trampas en un juego de mesa sin que nos miren con malos ojos. Demos rienda suelta a nuestra imaginación a la hora de descartarnos las cartas, hagamos el tonto y riámonos que este juego está para eso.

A pesar de ello, en algunas partidas que he jugado el que ha hecho trampa ha sido pillado por el guardián y este se niega a reconocerlo. En ese momento se inicia un debate de 5-10 minutos en el que el tramposo dice que no le ha pillado en el preciso instante en el que ha hecho trampa, el guardián por el contrario dice que sí… No hay que hilar tan fino y si nos han pillado (más o menos) lo asumimos y seguimos jugando. Es un juego para echar un buen rato y no para jugar lo que reste de partida con mal rollito.

Como pega de este Polilla Tramposa podemos hablar de su mecánica, pegada y para nada innovadora que se asemeja al famoso Uno. Esta es bastante floja y tal vez se podía haber trabajado un poco más, pero es lo de menos en este juego.

Ideal para jugar en familia y con los amigos aunque para los más jugones se va a quedar muy muy corto, pero siempre viene bien un juego de este estilo para despejarse y reírnos un rato, evitando abusar de él para no quemarlo.

No delatemos ni hagamos gestos si vemos que un compañero está haciendo trampas ya que daremos pistas al chinche guardián y se pierde la gracia del juego, aunque a veces es inevitable fijarse en qué están haciendo los demás, he visto cada barbaridad…

Por fin un juego de caja pequeña pensado para los amantes de enfundar las cartas. Todavía me llora el alma cada vez que paso por delante del Claim y lo veo con la gomita puesta para que no salten las cartas por los aires. Eso sí, este juego de mesa hay que enfundarlo 100% no solo porque vamos a estar manoseando las cartas, sino porque haremos con ellas prácticamente de todo y mejor protegerlas por lo que pueda pasar.

Pros

  • Las trampas: si por algo ha triunfado este Polilla Tramposa es por su novedosa idea de jugar con el engaño. Pero por favor, hago llamamiento para que solo se hagan en este juego de mesa y no las traslademos a los demás.
  • Diversión: juego divertido y que no deja indiferente a nadie. Quien lo juega lo disfruta y eso se nota en cada una de las partidas que he jugado hasta ahora con los distintos grupos que frecuento, tanto habituales como culos duros.
  • Sencillez: para poder centrarse en el juego y en cómo hacer las trampas es clave su simpleza.

Contras

  • Rejugabilidad: sale fácil a mesa y me lo piden mucho pero tiene sus limitaciones. Mejor sacarlo de vez en cuando y no abusar de él para que siga triunfando en cada quedada.
  • Disputas: el chinche guardián tiene que pillar al tramposo en el momento en el que está haciendo la trampa. Es rara la partida en la que el pillado no es capaz de admitir que le han visto hacerlo. Frases como «han pasado unos segundos desde que tiré la carta» o «no sabes del todo cómo me la he quitado de encima» son más frecuentes de lo que me gustaría y emborronan las partidas. No seamos tan quisquillosos y juguemos para pasárnoslo bien que para eso hemos venido.
  • Escalabilidad: aunque se indica que se puede jugar de 3 a 5 jugadores, sinceramente a 3 no funciona ya que el guardián tan solo tiene que estar atento a 2 jugadores.

Mi veredicto

Polilla Tramposa es un juego de mesa de lo más divertido y muy sencillo que sale a mesa solo. Es raro que no guste en las primeras partidas, pero más allá de ahí le veo algunas pegas como la monotonía y los enfrentamientos ocasionales que pueden surgir, que sin venir a cuento enturbian el ambiente, dejando un sabor agridulce. Por eso le doy mi emblema de juego aprobado.

Este juego de mesa no está mal, al menos probadlo
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