En este gallinero, las plumas vuelan en unas trepidantes Olimpiadas Gallináceas, que han revolucionado el corral. Todas las gallinas y gallos están preparados para adelantar al resto, desplumando las colas de los rivales. Solo un ave con la cola llena de plumas puede quedar en esta carrera, así que nos perseguiremos con astucia y memoria para vencer en esta animada competición alada.

¡Cocoricó, Cocorocó! es un juego de mesa infantil, de la editorial Devir Iberia, en el que jugamos a desplumar a nuestros rivales, adelantándolos en una carrera por el gallinero y robándoles las plumas de sus colas. Después, intentaremos salir por patas, lo más rápido posible, para no correr esta misma suerte. Solamente conseguiremos el triunfo, si nos conocemos bien el corral y tenemos buena memoria. ¡El que no corre, vuela!

Portada de ¡Cocoricó, Cocorocó!
Número de jugadores:2 – 4
Duración:15 – 20 minutos
Edad mínima:4 años
Género:memoria
Complejidad:1,12 / 5
Editorial:Devir Iberia
Diseño:Klaus Zoch
Ilustración:Doris Matthäus
Klaus Zoch
Precio recomendado:24,26€

Preparación de partida

Preparamos la pista de competición gallinera, con las losetas con forma de huevo y octogonales. En esta carrera de desplume, se disponen boca arriba las 24 losetas de camino, con forma de huevo, creando un círculo. Dentro de este, situamos boca abajo y mezcladas las 12 fichas octogonales de corral.

Con ello, queda lista la superficie de juego de ¡Cocoricó, Cocorocó!, pues únicamente queda que cada jugador elija 1 gallina o gallo y le coloque en su cola 1 pluma. Posteriormente, situamos nuestras figura en una loseta de camino al azar, pero cada uno en una distinta, manteniendo la misma distancia con el resto de jugadores. Así, cada jugador parte de una zona diferente, para intentar dar caza al resto y desplumarles. 3,2,1… ¡A volar!

¿Cómo se juega a ¡Cocoricó, Cocorocó!?

La carrera del gallinero de ¡Cocoricó, Cocorocó! se juega sobre las losetas de huevo, con el objetivo de alcanzar a las demás gallinas y gallos de la partida. Puesto que, ganaremos la competición si nos hacemos con todas las plumas del corral. Vamos a conocer, cómo podemos lograrlo.

La gallina más joven comienza el torneo, levantando una loseta de corral (forma octogonal) situadas en el centro del círculo y enseñándosela al resto. Si esta loseta coincide con el mismo dibujo que la siguiente en su recorrido, siguiendo el sentido de las agujas del reloj (hacia la derecha), avanza y levanta otra. Sin embargo, en el momento que revele una loseta que no corresponda a la próxima en su camino, acaba su turno. De esta forma, nos iremos aventurando por el corral, en busca del resto de adversarios.

Pero, ¿qué ocurre cuando pillamos a otra gallina o gallo? Está claro, debemos adelantar a los rivales para robar las plumas de sus colas. Para ello, debemos localizar en el área central la loseta octogonal de corral que coincida con la loseta de camino delante del contrincante a atrapar. Así, lo sobrevolaremos y conseguimos poner en nuestra cola todas sus plumas. ¡Vaya buen plumazo! No obstante, ¡cuidado! dejamos a la gallina o gallo detrás nuestra, en busca de cometer el mismo asalto para despojarnos de nuestro arsenal de plumas. No será nada fácil, aunque haremos todo lo posible por alejarnos para que no nos pille y nuestra gallina o gallo sea la más colorida del corral, superando a la competencia.

Fin de la partida

La partida a ¡Cocoricó, Cocorocó! acaba cuando alguna gallina o gallo consigue todas las plumas del corral en su cola, desplumando al resto y logrando proclamarse vencedor de la carrera. No podemos perder de vista nuestra cola, pues más de un rival nos acecha. Seamos rápidos y cautos para llevarnos la victoria alada, y si no lo conseguimos… ¡a por la revancha!

Reseña del juego de mesa ¡Cocoricó, Cocorocó!

¡A la carrera! En este divertido juego de mesa infantil ¡Cocoricó, Cocorocó! a partir de 4 años, vivimos una dinámico competición por tener la cola más llamativa y llena de plumas del corral. Para ello, debemos usar nuestra memoria para avanzar por las losetas y adelantar a nuestros rivales robándoles su plumaje. No es una tarea tan sencilla como suena, ya que estaremos en un continuo pilla-pilla en este recorrido circular. Por consiguiente, debemos ser muy rápidos para sobrevolar a nuestros adversarios, pero también para huir de ellos con las plumas robadas en nuestra cola. Y es que un contraataque inmediato, puede hacernos perder nuestros avances de un plumazo. Nunca mejor dicho.

Con este dinámico juego para niños y niñas, lograremos que aprendan jugando con una sonrisa. En cada partida, trabajaremos habilidades tan importantes como la atención, asociación y memoria, así como la estrategia lógica para planificar nuestros avances por el corral, analizando los riesgos que nos presentan el resto de aves. Este juego memory, me ha recordado a la modalidad de Carrera Espacial de Odysea, pero con pasos más sencillos e ilustraciones también más simples que se adaptan mejor a los niños y niñas más pequeños. Por tanto, me parece una fantástica propuesta este ¡Cocoricó, Cocorocó! como juego de iniciación lúdica para los más peques, con unas reglas de juego muy fáciles de asimilar.

Por otro lado, el ritmo de juego comienza de forma más pausada al principio, pero este va acelerando conforme vaya avanzando la partida y conozcamos el corral de juego (levantando losetas). Esto ayuda a comprender y dominar progresivamente el juego y nos obliga a estar pendientes de los movimientos de nuestros rivales. Por lo que no podremos despistarnos en ningún momento, fomentando la concentración de los niños. Quizás, las acciones de los rivales si estamos atentos, nos favorezcan más a nosotros que incluso a ellos.

Es conveniente intentar quedarnos con la distribución de las losetas de corral, situadas en el centro de la carrera. Estas nos dan las alas para conquistar la pista de carrera, sobrepasar al resto y escapar de sus picos. Este aspecto de retención de información, marca el reto de la partida. Por tanto, si queremos facilitar el juego, adaptándolo al nivel de memoria de nuestros hijos o alumnado, podemos reducir el número de losetas a utilizar, pero teniendo en cuenta que tanto las losetas de corral y de camino deben ser las mismas. Así como, para aumentar la dificultad se pueden usar todas las losetas, como indica el juego.

Además, la temática de los animales les encanta a la mayoría de niños y niñas, sintiendo una enorme atracción por estos personajes. Existiendo múltiples cuentos y recursos con pollitos, gallinas y gallos, como Cororicó o El Pollo Pepe. Por tanto, con ¡Cocoricó, Cocorocó! captaremos su atención desde el primer momento, contando con unos bonitos componentes de madera en forma de coloridas gallinas y gallos, que aumentan esa motivación por jugar a este simpático juego infantil.

Pros

  • Divertido: a todos nos le gustaría vivir una carrera entre plumas en un colorido corral, y en ¡Cocoricó, Cocorocó! vamos a poder hacerlo. Un juego de pilla-pilla en el que debemos alcanzar al resto de aves, pero también escapar de ellas cuando tengamos sus plumas, pues no nos dejarán ganar tan fácil. Todos quieren ser los reyes o reinas del gallinero.
  • Dinámico: todos debemos estar pendientes a los movimientos del resto de jugadores, para intentar aprovecharnos de la información que revelan al levantar losetas. Por lo que, en todo momento, tenemos que estar activos y concentrados en el juego, para lograr avanzar mejor y más rápido con nuestro gallo o gallina por el camino.
  • Educativo: a través de esta entretenida propuesta trabajamos con los peques habilidades esenciales para su desarrollo, que son básicas para alcanzar otros aprendizajes. Y además, de una manera cautivadora, logrando partir de su interés, pues como dice Benjamín Franklin «dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo».

Contras

  • Frustrarse: es normal que los niños en edades tempranas se equivoquen durante el juego, están ejercitando y aprendiendo a retener información, siendo estos errores parte del aprendizaje. Sin embargo, algunos no saben gestionar estas emociones de fallo, causando sentimientos de frustración y enfado. Es importante, que a pesar de su respuesta negativa les enseñemos a superar este momento de irritación, con adecuada educación emocional, y sigan jugando. Debemos haciéndoles ver que todos nos podemos equivocar, pero lo fundamental es divertirse mientras jugamos juntos.
  • Mala memoria: si comprobamos que la mayoría de niños se equivocan de forma constante, debemos intentar adaptar el juego al nivel memorístico de los jugadores, para que no sientan que no están progresando y hacer la experiencia más divertida. Podemos, reducir el número de losetas utilizadas o jugar en equipos, colaborando entre varios niños y niñas o jugando con algún adulto.

Mi veredicto

Y para concluir esta reseña de ¡Cocoricó, Cocorocó! comentar que este sencillo juego de mesa infantil, ayuda a los peques a aprender jugando, ejercitando su atención y memoria en una carrera constante, por ser el ave con el mejor plumaje del corral. Y es que hasta que no nos hagamos con todas las plumas, no hay tregua en este pilla-pilla entre coloridas losetas. Un juego para peques que por su gran atractivo en temática y componentes, junto a su dinamismo en las partidas, motiva a jugar a todos los niños y niñas. Por estas razones, se merece mi emblema de juego de mesa recomendado.

Juego recomendable para una ludoteca estándar
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