Construcción, recolección, comercio y mucho robo con Catán, el juego de cartas.

Y es que este Catán en miniatura no tiene desperdicio y puede competir tranquilamente con su gran hermano “Los Colonos de Catán”, el juego de mesa de éxito mundial y extendido para todos los públicos. La saga ha sido editada en nuestro país por Devir Iberia en esta versión que os presento hoy. Nos encontramos un juego de mesa fiel a su estilo, conservando la esencia de su predecesor, pero a la vez más dinámico, competitivo y original, además con el aliciente de que puede ser jugado por dos jugadores, algo que echo de menos en otras versiones.

Portada de Catán, el juego de cartas
Número de jugadores:2 – 4
Duración:30 minutos
Edad mínima:8 años
Género:trading
gestión de mano
Complejidad:1,67 / 5
Editorial:Devir Iberia
Diseño:Klaus Teuber
Ilustración:Michael Menzel
Precio recomendado:9,00€

Preparación de partida

Para comenzar la partida cada jugador toma un poblado y una carretera (se coloca en el lado «A» hacia arriba), por tanto, cada uno empieza la partida teniendo ya 1 punto de victoria. Recibe también una tabla de costes de construcción para su consulta durante la partida como resumen y auxiliar.

Por otro lado, las cartas de construcción (carretera, poblado/ciudad, caballero y ampliación de ciudad) se separan por tipos y se colocan en 4 pilas separadas en el centro de la mesa. Las cartas variarán dependiendo de cuantos estemos jugando, indicándose el número de jugadores en la esquina inferior derecha de las cartas.

En cuanto a las cartas de materia prima y de mercado, se mezclan todas y se colocan boca abajo formando una pila de la que se robará durante la partida. De esa pila se roban 5 cartas y se colocan boca arriba, formando nuestro mercado. Por otro lado, cada uno roba 3 cartas de materia prima para su mano con las que comenzará el juego.

 Por último, en este juego aparece la carta de destino (3-4 jugadores), cuyas flechas indican al jugador que debe realizarse el robo de cartas de carretera o caballeros, como explicaré en el desarrollo del juego. 

Variante para 5 o 6 jugadores

El propio juego nos propone ampliar el número de jugadores de una forma fácil y sin cambios de reglas, ni dinámicas, sino con la introducción de las cartas de un segundo ejemplar del juego. Mezclando todas las cartas de materia prima e introducción para 5 (las cartas de construcción del segundo ejemplar con el símbolo 3 jugadores) y para 6 (del segundo juego se añaden todas las cartas de construcción con el símbolo 3 y 4 jugadores).

Así es el juego de mesa Catán, el juego de cartas

¿Cómo se juega a Catán, el juego de cartas?

El objetivo es tratar de usar de la mejor manera posible las cartas de materia prima para construir poblados, ciudades, ampliaciones de ciudad, caballeros y carreteras, para conseguir los puntos de victoria. Mientras que los poblados, las ciudades y las ampliaciones de ciudad que construyes nadie te las puede quitar, las carreteras y los caballeros pueden ser robados y cambiar de propietario, ¿la guerra está asegurada, no?. Y así es, los piques y robos son constantes durante estas partidas. Pero ¡ojo! con no despistarse, pues la construcción de las ampliaciones de ciudad es lo que acostumbra a decidir la partida, porque aportan puntos de victoria adiciones y ventajas permanentes.  

Durante cada turno, el jugador puede hacer lo siguiente:

  • Comerciar una o más cartas de materia prima: puede realizar intercambios de cartas con el mercado, con otro jugador o con la pila de cartas. La cantidad máxima de cartas que pueda comerciar depende del número de carreteras que posea con el lado «A» hacia arriba delante de él. Las del lado «B» no cuentan y si no tiene cartas de carretera solo podrá comerciar 1 carta con la pila. 
  • Construir una o más cartas de construcción: el jugador coloca la carta de construcción (que son poblados, ciudades, ampliaciones de ciudades, carreteras y caballeros) delante de él y paga las materias primas indicadas en la tabla de costes. Al construir puede sustituir 1 carta de materia prima que no tenga, entregando 3 cartas iguales de otra, y lo puede hacer tantas veces como quiera. También, durante el mismo turno solo se puede construir una vez cada elemento de construcción. Estos deben ser diferentes entre sí, por ejemplo: no puede construir dos poblados, pero sí una carretera y un pueblo. Si un jugador construye una carretera o un caballero, pero la pila del centro de la mesa está agotada, le quita o roba a otro esa carta (según las flechas de la carta de destino). Aquí comienza la parte más divertida del juego para mí, ¡a las armas!.
  • Robar cartas de materia prima: el jugador roba dos cartas superiores de la pila de cartas. Por cada una de sus cartas de caballero que tenga el lado «A» hacia arriba, puede robar una carta extra

Si durante la partida se agota la pila de cartas de materia prima, se mezcla la pila de descartes y se forma con ella una nueva pila de cartas. Comienza según el juego, el jugador de más edad y se sigue el sentido de las agujas del reloj.

Fin de la partida

El primer jugador que consiga llegar a 10 puntos de victoria con las cartas que tenga sobre la mesa gana la partida pero, aunque suena muy fácil, con los robos será una ardua tarea ¡ya veréis!

Partida a punto de comenzar de Catán, el juego de cartas

Reseña de Catán, el juego de cartas

Este juego de mesa es entretenido y conserva la esencia de la saga, con cartas bien ilustradas y con calidad. Para disfrutar en pareja, familia o amigos en cualquier sitio y de manera rápida, es decir, podréis echar un Catán sin tantos requisitos de espacio y tiempo como el original. Aunque cambia y simplifica la dinámica de la partida, conserva el objetivo y base del juego: construir, comerciar y robar (seguimos siendo grandes Colonos).

Por otro lado, un aspecto que no me convence tanto es el acabar con la negociación entre compañeros, para mí uno de los mejores ratos que paso con el Catán es chantajeando, suplicando y rogando por una oveja, paja, arcilla o madera; pero se puede incorporar en el juego perfectamente, lo único que como sabemos las negociaciones muchas veces no son fáciles, por lo que seguramente la partida se alargue. Es por eso que podemos, antes de comenzar según el tiempo de juego, decidir la integración de las negociaciones, por ejemplo 1×1 carta para simplificar los intercambios. Ahora un punto positivo, la interacción es mucho más activa entre compañeros, aquí no sólo construyes sino robas los logros de tus rivales, carreteras o caballeros, por lo que el nivel de “pique” es mayor. Además, para hablar de la familia del Catán su precio es asequible.

Pros

  • Fidelidad en la dinámica: no acaba con la magia del Catán original y es que sigue la dinámica de almacenar recursos, robar, construir y comerciar de una forma más rápida y sencilla. Todo a través de cartas que hacen más fácil el poder jugar a este juego en cualquier lugar y situación, sin el gran despliegue que requiere su hermano mayor, facilitando enormemente su uso en espacios como playas, piscinas e incluso aviones. 
  • Parejas jugonas: esta versión ofrece la posibilidad de dos jugadores la cual funciona bastante bien, aunque ¡advertencia! cuando los robos de carreteras o caballeros van destinados siempre al mismo jugador el pique o cabreo está garantizado, parejas cuidado con el “pequeño juego”.
  • Rivalidad: uno de sus mayores atractivos es que como en el Catán lo mejor es no solo intentar ganar tú, sino lograr reducir los puntos de nuestros adversarios, este juego propone una versión más adictiva de robo y conflicto por los puntos de una forma más directa y activa, siendo común los piques

Contras

  • Sencillez: este juego no tiene la gran puesta en escena que muchos de sus compañeros de saga, es simple usando solamente como componentes cartas, por lo que quizás la fantasía de estar construyendo nuestra región quede un poco más olvidada.
  • Comercio por azar: uno de los desacuerdos que encuentro con este juego, es que elimina la opción de comerciar abiertamente con los compañeros, ofreciéndoles (o “engañándoles”) nuestros mejores recursos por los suyos, intentando hacer todos los trapicheos posibles, como buenos regateadores. Aquí el comercio se mueve por puro azar de robo entre compañeros, sin ver las cartas como cual “ladrón” en el Catán original. 
  • Brevedad: aunque puede considerarse un punto positivo, el juego propone 30 minutos pero algunas partidas pueden resolverse en 10 minutos, según la suerte o  soltura que tengáis con las cartas, quedando en ocasiones la partida demasiado corta, pero ello también puede promover muchas revanchas. 

Mi veredicto

Finalmente la hora de la nota, en la que propongo para este juego de mesa Catán de cartas, a pesar de su dinamismo y piques en pequeñas dosis de diversión (por su tamaño y duración), mi emblema aprobado.

Este juego de mesa no está mal, al menos probadlo
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