No corren tiempos felices en Inglaterra desde que el Rey, Ricardo Corazón de León, fuese secuestrado en las Cruzadas. Desde entonces, Robin de Locksley sobrevive cual forajido robando a señores normandos de la más alta cuna para así recaudar el dinero del rescate del Rey, logrando de este modo instaurar de nuevo el orden en Inglaterra.

Así se nos presenta este Robin de Locksley, un juego de Delirium Games en el que nos convertiremos en Robin, un bandido que intentará recaudar grandes cantidades de oro robando y vendiendo las colecciones de botín más preciadas. ¿Quién de nosotros será recordado en los cantares de los bardos?

Portada de Robin de Locksley
Número de jugadores:2
Duración:15 – 30 minutos
Edad mínima:8 años
Género:set collection
grid movement
tablero modular
Complejidad:1,90 / 5
Editorial:Delirium Games
Diseño:Uwe Rosenberg
Ilustración:Maren Gutt
Precio recomendado:21,21€

Preparación de partida

Para dar comienza a la auténtica historia de Robin Hood, empezaremos formando el tablero de juego a 2 niveles sobre el que gira la partida utilizando los 3 tipos de losetas disponibles.

En primer lugar barajamos bien las losetas de botín y disponemos una cuadrícula de 5×5 en el centro de la mesa con el reverso del botín boca arriba. Las sobrantes conformarán la pila de robo, la cual pondremos a un lado de la mesa dejando visible la cara de la moneda.

Hecho esto, vamos a disponer las losetas de fama en torno al tablero que acabamos de crear. Las losetas de fama grandes serán las esquinas del tablero y las pequeñas conectarán las esquineras para conectar así el recorrido.

Para ello, buscamos entre las losetas de fama grandes las que indiquen «El comienzo» y «Larga vida al Rey». Estas serán el comienzo y final de la partida respectivamente, por lo que ambas se colocan en la misma esquina, la primera en la parte interior y la segunda en la exterior.

Ahora, mezclamos el resto de losetas de fama grandes y ponemos 3 en las otras esquinas, devolviendo las sobrantes a la caja del juego. Por otro lado, ponemos 3 losetas de fama pequeñas uniendo cada par de losetas de fama grande para terminar de formar el camino que tendrán que recorrer los bardos.

Listo el tablero, el jugador inicial elige una de las losetas de botín que se encuentren en las esquinas y se la queda por el lado de la moneda de oro, colocando en su lugar su jinete Locksley. El otro jugador hace lo propio pero en la esquina opuesta del tablero.

Por último, cada jugador pone su bardo en la casilla de «El comienzo» y ya sí que sí empieza la partida.

Setup inicial del duelo por rescatar al Rey

¿Cómo se juega a Robin de Locksley?

Nuestro objetivo en Robin de Locksley es, con ayuda del jinete, hacernos con el botín que más nos interese en cada momento para posteriormente venderlo. Esto ayudará al bardo a avanzar lo más rápido posible por el circuito exterior hasta que llegue a la loseta final o doble a su oponente.

En cada turno podremos hacer 3 acciones:

Mover al jinete

En primer lugar, el jugador activo está obligado a desplazar su jinete por el cuadrante haciendo el mismo movimiento que un caballo de ajedrez (2 pasos en una dirección ortogonalmente y un giro a derecha o izquierda).

Al llegar a su destino, se lleva a su reserva personal la loseta en la que ha acabado su movimiento (por el lado de botín) y repone el hueco desde el que empezó con una loseta de la pila de robo.

¡Ojo! No se puede acabar un movimiento en una loseta en la que esté el otro jinete.

Circuito

Tras desplazar el caballo tenemos la posibilidad de progresar por el camino (en sentido horario) con el bardo. Para hacerlo, toca fijarse en las losetas de fama que tenemos más próximas, pues cada una de ellas nos indica los requisitos que hay que cumplir en ese preciso instante si queremos avanzar.

En estas se nos pide que superemos una serie de metas a nivel individual aunque también encontraremos objetivos a alcanzar teniendo en cuenta al jugador rival, por lo que avanzar no va a ser tan fácil como parece.

PD: la acción de cada loseta viene resumida en la propia loseta para agilizar la partida, pero viene bien explicada en el propio manual del juego.

En el caso de que veamos que nos atasquemos en algún desafío o veamos que nos va a llevar demasiado tiempo podemos sobornar al bardo pagándole (descartando) una moneda de oro.

Así, podemos adelantar el bardo tantas casillas en el camino como podamos o queramos siempre y cuando cumplamos las condiciones de las losetas de fama o paguemos al bardo.

Movamos a nuestro jinete para conseguir el ansiado botín

Vender colecciones de botín

Una colección de botín está formada por todas las losetas del mismo tipo que tengamos en nuestro poder.

Esta acción podemos hacerla cuantas veces queramos y en el momento de nuestro turno que más nos convenga. Para ello, tenemos que tener un mínimo de 3 losetas en la colección, poniendo 2 en la pila de descartes y volteando las restantes para incrementar nuestras arcas.

¡Ojo! Las colecciones son indivisibles, si las vendemos se venden los conjuntos completos.

Fin de la partida

La partida finaliza si un jugador llega a la loseta de «Larga vida al Rey» tras dar 2 vueltas al circuito.

El final se puede precipitar si un jugador consigue sacar suficiente ventaja a su oponente, ganando el jugador que consiga doblar con su bardo al del rival.

Colecciones de botín del jugador azul

Reseña del juego de mesa Robin de Locksley

Robin de Locksley, de la editorial Delirium Games, es un juego familiar estratégico para 2 jugadores en el que nos convertimos en forajidos dispuestos a saquear a ricos señores normandos para salvar al Rey Ricardo Corazón de León.

Nos encontramos ante un juego de mesa que, con 2 acciones tan sencillas como mover un caballo de ajedrez y avanzar por un circuito a medida que superamos retos, nos ofrece partidas entretenidas y tensas.

Y es que, ambos jugadores tienen que cumplir los mismos desafíos (y en el mismo orden) a lo largo de la partida, de ahí que la diferencia esté en la capacidad de optimizar al máximo nuestros movimientos. Esta será la clave para avanzar a un mayor ritmo por el recorrido externo y distanciarnos así de nuestro rival.

Es importante que planifiquemos muy bien qué desafíos vamos a saltarnos, sobornando al bardo, y cuáles vamos a hacer antes de realizar cualquier movimiento con el jinete. Ir al tuntún completando objetivos conforme los tengamos delante matarán de aburrimiento al mismísimo Rey.

Eso sí, hay que tener presente que podemos cumplir tantos requisitos como podamos de forma continuada, por lo que el juego no premia (como es obvio) al jugador más rápido, sino al que es capaz de jugar con los tiempos y tener la calma suficiente para desplazarse cuando realmente tiene que hacerlo. Aunque no está de más darle algún susto al oponente alejándonos más de la cuenta cuando tenga la guardia baja.

Además de planificar bien qué queremos hacer, tenemos que tener presente en todo momento al otro jugador, ya que se disputará con nosotros las losetas de botín y no olvidemos que los requisitos a superar son los mismos. Esto, unido a que hay losetas de fama cuyos requisitos dependen de nuestra situación con respecto al otro jugador, dan lugar a una interacción más que notable durante toda la partida.

En cuanto a la rejugabilidad, esta está garantizada puesto que en cada partida hay losetas de fama de más, tanto pequeñas como grandes. Así que la disposición en cada duelo será totalmente diferente.

Pros

  • Profundidad: aunque las reglas son sencillas este juego de mesa requiere de estrategia a futuro, por lo que la planificación a largo plazo es fundamental para dar el salto en la partida, nunca mejor dicho.
  • Rejugabilidad: la configuración modular del tablero y contar con losetas de sobra permiten que cada partida sea distinta a la anterior. Además se puede cambiar la duración de la misma añadiendo o quitando losetas de fama pequeñas para hacer el circuito más o menos largo.
  • Interacción: hay que tener muy en cuenta al jugador rival, pues en este duelo luchamos por los mismos objetivos (algunos dependen en cierta medida del otro jugador) y por las mismas losetas. Hay que tensar la cuerda para bloquear al oponente y que acabe sobornando al bardo cuando no quiera hacerlo puede ser determinante.

Contras

  • AP: querer planificar qué vamos a hacer puede provocar que turnos relativamente rápidos se extiendan demasiado en el tiempo ante la atenta mirada del otro jugador.
  • Lectura losetas de fama: la disposición de las losetas de fama alrededor de la cuadrícula 5×5 provoca que tengas que estar girando el cuello o cogiendo las losetas para poder leerlas, algo que sería más cómodo con símbolos como <, ≤ , =, > y ≥.
  • Azar: al reponer losetas de botín en la zona de juego puede que no aparezca esa loseta que necesitamos para avanzar por el circuito, algo que hace que perdamos control en la partida.

Mi veredicto

Este Robin de Locksley a pesar de ser un juego sencillo y de corte familiar me ha sorprendido gratamente la capacidad que tiene para exigir a los jugadores tanto en la planificación a largo plazo para superar los retos como para anticiparse al otro jugador y bloquearlo. Juego con una puesta en mesa bonita y práctica, entretenido y que en partidas igualadas me sube las pulsaciones cuando el oponente me adelanta por la derecha a toda mecha y sin intermitente, por ello se lleva mi emblema de juego recomendado.

Juego recomendable para una ludoteca estándar
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