Inmersos en pleno Renacimiento italiano, donde la cultura y el arte florecían con esplendor, surge una ambiciosa dinastía aristocrática en la ciudad de Florencia. En el corazón de esta ciudad, donde las calles adoquinadas resplandecen con el eco de artistas y eruditos, se alzan nobles familias que se disputan el protagonismo de esta historia.

Los Príncipes de Florencia es un juego de mesa de la editorial Delirium Editorial, quien reedita este título con sabor a clásico. En él, con ayuda de nuestro ingenio y astucia, nos enfrentaremos a otros mecenas para llevar a nuestra distinguida familia a la cúspide de la sociedad florentina.

Número de jugadores:1 – 5
Duración:90 – 150 minutos
Edad mínima:12 años
Editorial:Delirium Games
Diseño:Wolfgang Kramer
Richard Ulrich
Jens C. Ulrich
Ilustración:Arnaud Demaegd
Eckhard Freytag
Precio:42,46€
Portada de Los Príncipes de Florencia

¿De qué va Los Príncipes de Florencia?

Una partida a Los Príncipes de Florencia se compone de 7 rondas, en las cuales trataremos de conseguir prestigio y fama, tanto desarrollando nuestro principado con diversos edificios como apoyando a artistas y eruditos a que culminen sus obras.

Cada ronda consta de 2 fases. La primera, la fase de subasta, permite a los jugadores adquirir objetos varios:

  • Bosques, lagos y parques: losetas básicas de paisaje que se incorporal al principado para la separación de edificios.
  • Bufones y constructores: fichas con ventajas especiales en forma de puntos y ahorros en costes de construcción-eliminación de separación entre edificios.
  • Cartas de prestigio: con objetivos de final de partida.
  • Cartas de contratación: para arrebatar cartas de profesión a otros jugadores.

Para ello, cada jugador tiene la posibilidad de iniciar una subasta por un tipo de objeto. Quien se imponga, gana el objeto, se retira del resto de pujas y bloquea este tipo de objeto lo que queda de ronda. Así, cada uno obtendrá un máximo de un objeto antes de pasar a la siguiente fase.

Los jugadores pujan por llevarse un objeto

En la fase de acciones, los jugadores dispondrán de 2 acciones por jugador (algunas no se pueden repetir) a elegir entre:

  • Completar una obra: se juega una carta de profesión de la mano y calcula el valor de la obra considerando los objetos que el personaje demanda. Valor que podrá canjear por florines, para futuras subastas o construcciones, o por prestigio (puntos de victoria).
  • Construir un edificio: a elegir entre 10 para ampliar el principado, pagando previamente un importe que puede variar en función de los constructores que tenga.
  • Carta de bonificación: para incrementar el valor de próximas obras.
  • Propuesta social: igualmente claves para aumentar el valor de obras.
  • Carta de profesión: para poder ayudar a nuevos artistas y eruditos con sus obras.

De este modo, las rondas se irán sucediendo, cada uno luchando por sus propios intereses para que sus respectivos principados dejen huella en Florencia, quien sabe si a la altura de los Médici.

2 acciones por jugador para mejorar el prestigio del principado

Primeras sensaciones

Los Príncipes de Florencia se presenta como un interesante euro medio en el que gestionaremos a una poderosa familia florentina, en busca de incrementar su prestigio en la ciudad a base de talonario, complaciendo las necesidades de numerosos artistas y eruditos para que el valor de sus obras se disparen y la catapulten en las altas esferas.

Los autores nos plantean un título conceptualmente accesible, con mecánicas de subastas y colocación de losetas con poliominós, cuya dificultad radica en la interacción entre jugadores y la propia exigencia con nosotros mismos en varios aspectos del juego.

La primera fase se centra en un sistema de subastas llamativo por los sucesivos bloqueos de tipos de elementos a medida que los jugadores van ganando las pujas. Esta limitación a la hora de obtener ciertas cartas o losetas hará mella en la planificación a corto-medio plazo de los jugadores, generando un plus de agobio especialmente a partir de 4 jugadores.

Algunos paisajes son fundamentales para que nuestro principado prospere, con especial orientación para cubrir las exigencias de los artistas para que el valor de sus trabajos aumente. Pero no nos alarmemos, pues hay más formas de incrementar el valor de estas.

Cada artista tiene sus particulares exigencias

Una fase inicial donde tomaremos importantes decisiones que se ven acentuadas en la fase de acciones. Aquí los jugadores podrán seguir gastando en la construcción de edificios, compra de mejoras y bonificaciones, pero sobre todo en finalizar obras. Completar obras es un arma de doble filo, pues en nuestra mano está decidir hasta cuando nutrir un personaje para aumentar su valor (cada vez el mínimo exigido es más alto) y luego escoger en qué canjear el valor de su obra, si en prestigio o en florines.

Esto nos llevará a buscar el equilibrio entre puntos y dinero para no quedarnos atrás en el track de fama y a la par obtener los ingresos suficientes como para continuar inyectando dinero en nuestro principado. Siendo primordial hacernos con personajes que tengan sinergias para exprimir los objetos que vayamos adquiriendo para optimizar al máximo nuestras opciones de victoria.

Todo un clásico de los juegos de mesa de principios de siglo que aterriza ahora con una edición más completa, cuya tensión en las subastas, pique continuo en busca de la mejor obra y dinamismo nos está dejando muy buenas sensaciones. Se le ha dado un repaso al arte pero manteniendo el aroma a clásico, incorpora la expansión La Musa y la princesa, modo solitario para quien lo demande y un modo «cooperativo» en el que podemos llegar a alianzas con jugadores vecinos para realizar construcciones comunes.

Ampliar las ventajas es clave para progresar más rápido
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