El Imperio Romano no cesa en su avance de conquista, se acercan con sus puestos militares a la frontera de Germania, dispuestos a conquistar las tierras bañadas por el río Rin. Sin embargo, el proceso de invasión no es algo rápido, creándose asentamientos con ciudades en continuo crecimiento. La visita de la emperatriz Agripina y su hijo Nerón, hacen que la construcción de esas infraestructuras sea una competición entre gobernadores, que quieren mostrar su poder construyendo la región más ostentosa, aguantando los embistes germánicos de resistencia, para recibir la mayor gloria y favores imperiales.

Discordia es un juego de mesa de la editorial Maldito Games, en el que debemos convertir los asentamientos militares, para la conquista de nuevas tierras, en ciudades con gran progreso, que requieren de nuevas personas para su explotación. Aunque la prosperidad de las regiones que estamos levantando atraiga a muchos jornaleros, la acumulación de trabajadores parados, sin una labor, nos impedirá la victoria. Un juego de estrategia con losetas y elección de acciones con dados, en el que es importante no acumular trabajadores, sino deshacernos de estos. ¡Raro, pero muy interesante!

Número de jugadores:1 – 4
Duración:60 – 90 minutos
Edad mínima:12 años
Género:dice rolling
Complejidad:2,97 / 5
Editorial:Maldito Games
Diseño:Bernd Eisenstein
Ilustración:Lukas Siegmon
Precio recomendado:42,46€

Portada de Discordia

Preparación de partida

Para preparar una partida a Discordia, tenemos que colocar el tablero central en el centro de la mesa, al alcance de todos los jugadores. Según el número de gobernadores que van a entrar en disputa, se añaden una cantidad diferente de estos componentes: modificadores de dado, torres, decretos, privilegios, estrellas, losetas de expansiones y ciudades. Estas últimas, se colocan debajo del tablero, formando tantas filas de 6 como jugadores, es decir, en partidas de 2 jugadores por ejemplo se ponen 2 filas de losetas de ciudad al azar. El resto de losetas de ciudad, se forman pilas de robo boca abajo, sin mirarlas.

Sobre este tablero, también se sitúan las losetas de Germanos, que entran al ataque de nuestras ciudades. Son de 2 tipos: rojas y verdes, diferenciándose a su vez por letras. En el primer hueco, barajadas sin mirar apilamos una combinación de CAAA y en de la derecha, de igual forma, otras 4 con la secuencia DBBB. Las demás se devuelven a la caja de Discordia. Y se comienza la partida, con la loseta de la izquierda ya revelada.

Además, situamos en el río el meeple de barco, en la primera casilla, hará la expedición pasando por diferentes estaciones durante cada ronda, existiendo 5 en lugar de 4, pues lo romanos le daban gran importancia a las fiestas Saturnales. Después, mezclamos las 6 losetas de acción, colocándolos al azar en los espacios de abajo del tablero, situándolas boca arriba y quedando asociadas al número de la cara de un dado. Y metemos los 140 trabajadores de diversos colores en la bolsa negra.

Ahora, pasamos a la disposición de la zona de juego de cada gobernador. Estos toman un tablero personal de mapa de ciudad, en el que colocan 1 anillo para la región del acueducto (situándolo en la casilla 0) y 1 loseta de ciudad del tablero central, que sitúa en la región del color correspondiente. Este último paso, se hace siguiendo el sentido antihorario del orden de turno, es decir, el último jugador coge primero y el jugador inicial tras todos los demás. Asimismo, cada jugador toma 6 estrellas y 1 ficha de modificador de la reserva, así como roba de la bolsa, a ciegas, 15 trabajadores.

Finalmente, se elige al jugador inicial, que toma la ficha para indicarlo y tira los 3 dados de colores (amarillo, rojo y azul). Comenzando la primera ronda de Discordia, tras lanzarlos.

¿Cómo se juega a Discordia?

Nuestro objetivo en Discordia es agotar nuestra reserva de trabajadores, o acabar la partida con menos que el resto de jugadores. Para ello, intentaremos optimizar nuestra estrategia durante las 4 rondas o años que dura el juego, las cuales se componen de 5 estaciones o fases.

Durante cada estación, los jugadores realizan su turno, eligiendo el jugador inicial 1 dado de los 3 disponibles en el tablero principal, el cual coge para trasladarlo a su tablero personal, mientras que el resto deben seleccionar cualquiera de los 2 disponibles, sin eliminarlo para los demás jugadores. Sobre el dado escogido se pueden aplicar los modificadores que se deseen y posean. El valor final del dado determina que acciones podemos realizar, teniendo que elegir a su vez solamente 1 acción principal, siendo las opciones disponibles:

  • Obtener 1 loseta de ciudad: elegimos 1 de las disponibles en la columna en que cogimos el dado, colocándola sobre una expansión vacía del color correspondiente (azul-barcos, rojo-barracones, blanco-puestos y amarillo-granjas).
  • Colocar trabajadores: sobre las ciudades se pueden enviar meeples de trabajadores completando cada burbuja, siendo las flechas e indicadores de color. El color gris sirve de comodín. Esta es la forma de completar ciudades, para que al final de la ronda podamos eliminarlos de nuestra reserva.
  • Conseguir 1 expansión: con el símbolo de la pala, nos permite aumentar el espacio dedicado a nuestras ciudades, sin dejar huecos y de izquierda a derecha, pudiendo construir también fuera del tablero. Asimismo, podemos conseguir beneficios al tapar ciertos prados. Además, existen expansiones para el medidor de proceso o el sendero de expedición, ofreciéndonos más ventajas.
  • Progresar: colocamos 1 estrella en este medidor, logrando una bonificación de inmediato.
  • Ganar estrellas: robamos 1 o 2 del espacio de culto estelar del tablero, cuando este suministro se acabe no se puede seguir robando.

No obstante, se pueden realizar estas acciones secundarias en ciertas ocasiones:

  • Colocar trabajadores adicionales: cuando el valor y el color del dado de algunas de las losetas de nuestras ciudades coincida con el dado elegido, podemos añadir de forma extra trabajadores a esta loseta completando una de sus burbujas.
  • Barco de estaciones: si elegimos en dado que coincide con la posición del barco, podremos realizar la bonificación que hay indicada en dicho espacio del tablero. De esta forma, podemos obtener 1 estrella, avanzar 1 casilla del acueducto (que nos ayuda a reducir trabajadores), llenarnos 1 torre (militar o comercial con habilidades interesantes), intercambiar trabajadores o colocar 1 estrella en el sendero de expedición.
  • Bonificaciones de expansión: al conseguir 4 y después 6 expansiones de ciudad, logramos 1 loseta de privilegio de las disponibles.
  • Expedición y progreso: en ambos medidores se van adquiriendo beneficios conforme situamos estrellas en sus huecos, pudiéndolos obtener solamente 1 vez en la partida, a no ser que el efecto sea permanente.
  • Completar 1 decreto: cumpliendo el requisito marcado en la loseta, colocándolo boca abajo en la parte izquierda de nuestra ciudad, otorgándonos una bonificación cada espacio que cubrimos.

Una vez todos los jugadores han usado 1 dado, mueve el barco de estaciones 1 casilla a la derecha y se pasa la ficha de jugador inicial, en sentido horario. Al alcanzar el barco la 5º estación y jugar dicho turno, se realizan los eventos de fin de año, que consta de estos 2 acontecimientos:

  • Incursión germánica: para evitar la resistencia alemana, tenemos que superar la suma de las 2 losetas de ataque (símbolo espadas). Si nuestro resultado es igual o mayor, recibimos la recompensa de la loseta verde, si no recibimos la penalización de la loseta roja.
  • Escasez de infraestructura: determinada por los símbolos de trabajador con un saco que estén visibles en nuestra tablero personal, junto con las burbujas de las ciudades sin trabadores. Dicha suma, indica el número de meeples que estamos obligados a robar de la bolsa, menos el valor determinado en el acueducto. No obstante, los trabajadores situados en las ciudades ocupadas al completo, se devuelven a la reserva común o bolsa.

Tras cada año, preparamos el siguiente, realizando los siguientes pasos:

  • Retiramos todas las losetas de ciudad de la fila superior, situadas debajo del tablero central. Las restante suben y se vuelve a reponer la fila vacía con nuevas losetas.
  • Los modificadores utilizados se voltean, para estar de nuevo activos.
  • El barco se sitúa de nuevo en la casilla 1, correspondiente a la primavera, para navegar de nuevo por todas las estaciones.
  • Retiramos de la partida, las 2 losetas de germanos boca arriba y revelamos la de la izquierda, mientras que la verde se mantiene oculta.
  • Contamos los trabajadores de nuestra reserva, los comparamos con el resto, para determinar el jugador inicial. El cual será el que más trabajadores tenga.

Fin de la partida

La partida a Discordia acaba cuando un jugador deja su reserva de trabajadores vacía, ganando inmediatamente la partida. O si esto no ocurre, al finalizar el 4º año, se cuentan los trabajadores que poseen los jugadores, llevándose la victoria el gobernador que menos tenga. En caso de empate, gana el jugador con menos trabajadores en sus losetas de ciudad y torres.

Reseña del juego de mesa Discordia

Al contrario que en otras batallas de conquista, en las que el jugador con la mayoría de meeples se lleva la victoria por supremacía. En esta contienda romana, el gobernador que da mano de obra a todos sus ciudadanos, sin tener a nadie o el menor número de trabajadores parados, será el que mayores honores se lleve de parte de la emperatriz.

Para ello, en Discordia disponemos de 4 años o rondas, para construir las mejores infraestructuras y expansiones en nuestra ciudad, que pongan en activo a nuestros trabajadores y reduzcan a los desocupados. Estos años se dividen en 5 estaciones, con solamente 1 turno por jugador, en el que elegimos 1 dado disponible y realizamos sus acciones asociadas. Estamos ante un eurogame de peso medio, con mecánica de selección de acción con tirada de dados, que busca la eliminación de trabajadores al completar las ciudades que componen nuestro tablero personal.

Aunque la interacción entre jugadores no es muy agresiva, al ser únicamente el jugador inicial el que puede fastidiar, eligiendo y eliminando el dado que interesa a otro jugador, el resto no bloquean su opción, por lo que varios pueden compartir jugada. Es interesante, en momentos en los que el primer jugador no tenga una preferencia clara, echar un vistazo a los tableros de los rivales, para ver que dado puede crear mayores combos para ellos, buscando entorpecer los avances de los adversarios.

No hay que olvidar, que estamos en una carrera, en la que el final de partida puede llegar en cualquier momento, si un jugador se queda sin trabajadores en su reserva, aunque sí los conserve en sus ciudades. Por ello, vuelvo a recalcar la importancia de vigilar de reojo a los contrincantes, intentando que no consigan sus objetivos tan fácilmente, no le dejemos un dado de color o número deseado para ofrecerle en bandeja el cierre, que acabe con nuestras posibilidades.

Eso sí, la tarea de quedarnos sin trabajadores en Discordia no es tan fácil como suena, pero tampoco imposible. Nuestro mayor obstáculo en esta misión, es el paso de escasez de infraestructuras en las que recibimos meeples por símbolos de trabajadores en el tablero personal y ciudades con espacios sin ocupar. De ahí, la importancia de ir cubriendo estos iconos y de ir adquiriendo ciudades de manera estratégica y sensata. Pues, aunque sean las que nos ayuden a deshacernos de los trabajadores al completarlas, no se eliminan por lo que en la próxima ronda debemos de volver a rellenarlas, para que sus huecos desocupados no nos hagan sumar meeple a la reserva.

Por esta razón, son cruciales las losetas de privilegio que nos ayudan a utilizar meeples de otro color en todos los tipos de ciudades (color comodín) y las losetas de torre que nos permiten intercambiar trabajadores. Gracias a estas, podemos ir descartando meeples de manera más rápida, intentando hacernos con el mayor número de trabajadores del color comodín en los intercambios, tentando a la suerte en dicha búsqueda. Y así, lograr que sea más fácil cerrar la partida quedándonos sin trabajadores.

Al comienzo la partida a Discordia, parece lenta, sin muchas posibilidades de acción, pero conforme vamos progresando en nuestra región, podremos encadenar varias acciones secundarios con los elementos que hemos ido consiguiendo. Es muy interesante elegir el número de dado que más tengamos representado en nuestras losetas de ciudad, aunque tengamos que gastar varios modificadores, ya que nos posibilita colocar trabajadores en dicha loseta de forma adicional, siendo las losetas blancas comodín para cualquier color.

Además, tanto el medidor de progreso, como el sendero de expedición proporcionan ventajas muy atractivas y útiles, si sabemos combinarlas u obtenerlas en el momento más adecuado. Asimismo, el hecho de subir en el camino del acueducto, nos puede ir reduciendo un considerable número de trabajadores si lo avanzamos con rapidez, para aprovecharlo en varias rondas, progresando bastante al obtener torres comerciales, por ejemplo. Estos aspectos son clave, por lo que tenemos que tenerlos presentes en nuestra estrategia de juego.

Discordia, por tanto, nos obliga a optimizar al máximo nuestro turno, ya que solamente contamos con 5 acciones principales en cada ronda, siendo esencial utilizar de manera adecuado los diferentes elementos que vamos ganando y consiguiendo con nuestra jugadas. Destacar también la invasión germana, que nos puede otorgan beneficios si la conseguimos solventar, o penalizaciones si no ofrecemos la resistencia adecuada al ataque.

No obstante, podremos conocer de ante mano la contraposición al no cumplir el objetivo militar, por lo que podemos jugar con el hecho de que dicha adversidad nos afecte demasiado, pudiendo centrarnos en otras acciones que nos aporten más ventajas a posteriori.

Pros

  • Tensión: este eurogame se convierte en una carrera por deshacernos de los trabajadores sin ocupación, por lo que estaremos atentos a los movimientos de nuestros rivales, para que no cierren la partida antes de tiempo.
  • Estratégico: Discordia provoca el dilema de si progresar nuestra ciudad al máximo, asumiendo el riesgo de dejar huecos vacíos que nos hagan ganar meeples, pero es la forma más eficaz a su vez de eliminar al final de la ronda peones. En necesario encontrar el punto medio táctico y aprovechar nuestros turnos al máximo, encadenando acciones secundarias.
  • Escalabilidad: dada la baja interacción directa, es un juego que se puede disfrutar bien a cualquier número de jugadores. A 2 jugadores ofrece más control, y a 3 o 4 jugadores más opciones en las losetas de ciudad disponibles.

Contras

  • Azar: en la partida de Discordia la suerte está presente tanto en el robo a ciegas de trabajadores de la bolsa como en las tiradas de dados para determinar las acciones principales disponibles. Es cierto, que con los modificadores de dado y ciertas losetas se pueden intentar mitigar y compensar este azar, no es lo mismo tener que batallar a contracorriente, que con la corriente a nuestro favor.
  • Primeros turnos: aunque conforme avanza la partida toma un ritmo más dinámico y con combos de acciones, en los primeros turnos e incluso en la primera ronda, no progresamos mucho en las jugadas, haciendo solamente la acción principal.
  • Análisis Parálisis: juego con reglas accesibles y toma de decisión a priori ágil, por lo que las partidas suelen ser dinámicas, con cierta carga de toma de decisiones, pero no muy densa. Sin embargo, como elegimos 1 acción principal por turno, puede haber jugadores que mediten esta decisión en exceso, ralentizando la partida.

Mi veredicto

Discordia es un euro de peso medio, en el que nuestro objetivo es muy diferente a otros juegos de conquista, en esta ocasión en lugar de buscar la mayoría, queremos eliminar los trabajadores desocupados de nuestra región. Por ello, es necesario ampliar nuestra ciudad con estrategia, ya que a pesar de que esto nos ayuda a activar a los peones, también nos puede aumentar su número, si no actuamos con planificación táctica. Un juego en el que cada turno cuenta, siendo necesario optimizarlos al máximo, pues estamos en una carrera en la que no se sabe cuando acabará, al existir la posibilidad de que un jugador cierre al eliminar la reserva de sus trabajados. Por ello, el juego aporta gran tensión y entretenimiento, junto a una buena rejugabilidad y escalabilidad. No obstante, el azar se puede notar bastante, haciendo que nos frustremos en algunos turnos. Por estas razones, Discordia se merece mi emblema de juego de mesa recomendado.

Juego recomendable para una ludoteca estándar
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