Zoollywood, una misión polar cinematográfica

Repleto de luces brillantes y glamour, no es de extrañar que Zoollywood se haya convertido en un lugar de ensueño para los pingüinos. Estas alocadas aves marinas llegan aquí buscando la fama, y para conseguirla tirarán de su divertido e innato carisma. Los pingüinos con talento pueden llegar a ser grandes estrellas, pero no hay papeles de protagonistas para todos.

Zoollywood es un juego de mesa de la editorial SD Games. Un abstracto donde, en la piel de pingüinos, competiremos con nuestro oponente para imponernos en la audición final que determinará quién será el actor principal del próximo gran taquillazo.

¿De qué va Zoollywood?

Zoollywood nos plantea un duelo a 2 jugadores o por equipos en el que intentaremos colocar los 16 huevos de nuestro color, o al menos que no seamos los primeros en quedarnos bloqueados.

Una vez configurado el escenario de juego, tanto el tablero hexagonal como el mazo de eventos, los jugadores alternarán turnos hasta que se produzca uno de los finales indicados. En cada turno, el jugador activo podrá elegir una de entre las siguientes acciones.

• Poner un huevo en un cruce de caminos libre y jugar un evento.
• Reemplazar un huevo de su color del tablero por un pingüino de su reserva, además de adquirir una nueva carta de evento.
• Desplazar uno de sus pingüinos por el tablero, en línea recta y de forma ininterrumpida hasta que se vea obligado a detenerse por un huevo o pingüino propio o por un obstáculo. Esto le permitirá retirar huevos del adversario y poner suyos en cada cruce de caminos por el que haya pasado durante el trayecto. Adicionalmente juega un evento o, si mueve su pingüino estrella, consigue uno nuevo.

Así, los jugadores tratarán de abarcar la mayor cantidad de casillas posibles sobre el tablero, interactuando con los diversos obstáculos y losetas de terreno con efectos varios y rivalizando con el oponente para llevarse el papel protagonista de la nueva película de Zoollywood.

Primeras sensaciones

Zoollywood es un rápido y entretenido abstracto que enfrenta a los jugadores en una reñida audición. Una carrera en la que competiremos por ser los primeros en colocar los 16 huevos de nuestro color por el escenario antes de que lo haga el contrincante.

Una propuesta visualmente llamativa que, con poquitas reglas, nos presenta un juego de mesa amable y sencillo que verá mesa con facilidad a 2 (pues el modo por equipos no me cuaja al igual que me sucede en títulos como Ragnarocks) y con jugadores ocasionales. Eso sí, esconde más estrategia de la que aparenta en primera instancia.

El puntillo de complejidad radica en la toma de decisión de los jugadores, quienes tendrán que escoger qué acción les conviene más en cada momento, para deslizarse por el tablero quitando y poniendo huevos y colocándose estratégicamente para pillar al rival; y también por esa gestión de cartas para utilizar cada evento cuando sea más adecuado.

Los escenarios aportan variabilidad a las partidas, con la incorporación de elementos que le sientan bien al agregar formas diferentes de interacción con el tablero. Mientras que por su parte, los eventos añaden un punto de azar notable, ya que algunos están más desequilibrados que otros, por lo que que te salgan unos u otros pueden tener una incidencia destacable en partida.

Y por último, una producción exquisita con tablero y losetas imantadas y figuras de pingüinos en tono pastel muy adorables, aunque no hubiera estado de más reducir a la mitad el tamaño de la caja para evitar el exceso de aire.