Tras el gran incendio acaecido el pasado año, ya es hora de comenzar a reforestar las regiones más dañadas del monte. Con ese fin, nuestro vivero está trabajando a destajo, para lo que hemos preparado varios tipos de árboles y de todos los tamaños. Sin embargo, para asegurar que las raíces de estos agarran bien, replantaremos las distintas zonas del bosque, buscando el lugar óptimo en el que puedan crecer.
WaldMeister es un juego de mesa de la editorial Clemens Gerhards, en el que nos convertiremos en trabajadores de uno de los viveros que están ayudando a reforestar el bosque. Nos toca trasplantar árboles de un sitio para otro para conseguir que el bosque se desarrolle en armonía con la naturaleza. Uno hará lo posible por agrupar las piezas por colores, mientras que el adversario lo hará por tamaños. ¿Quién formará los grupos más grandes?
Número de jugadores: | 2 |
Duración: | 20 – 30 minutos |
Edad mínima: | 8 años |
Género: | grid movement set collection colocación de losetas |
Complejidad: | 1,80 / 5 |
Editorial: | Clemens Gerhards |
Precio recomendado: | 48€ |
Índice
Preparación de partida
En primer lugar, ponemos el tablero en el centro de la mesa.
A continuación, entregamos a cada jugador el mismo conjunto de piezas para formar su reserva personal. Estará compuesto por 3 piezas de cada color y tamaño, para un total de 27.
Posteriormente, los jugadores deciden a qué va a ir cada uno. Uno puntuará por colores y el otro por tamaños.
Y por último, elegimos al jugador inicial, con lo que ya estaríamos listos para jugar una partida a WaldMeister.
¿Cómo se juega a WaldMeister?
Una partida a WaldMeister se juega a lo largo de 27 rondas, hasta que ambos jugadores hayan puesto en el tablero todas sus piezas. Nuestro objetivo, formar el grupo más grande de cada uno de los tres tipos de piezas que puntúa cada uno, de modo que un jugador ganará puntos de victoria (PV) por su mayor conjunto de cada color y el otro hará lo propio por tamaño.
En su turno, el jugador activo realiza los siguientes pasos:
- Mover: elige una pieza previamente colocada en el tablero y la reubica en otro espacio libre. Para ello, debe hacerlo en línea recta por las diagonales marcadas en el propio tablero, pudiendo ponerla en cualquier hueco vacío, no pudiendo saltar en ningún momento otra pieza ya dispuesta.
- Replantar: a continuación, escoge una de las piezas de su reserva y la pone en el espacio donde se encontraba la que acaba de mover.
De este modo, los jugadores se van alternando siguiendo el mismo método, procurando crear grupos de piezas adyacentes que sean del mismo tipo, teniendo en cuenta en todo momento por qué característica puntúa cada uno.
Fin de la partida
La partida concluye cuando ambos jugadores agotan las piezas de sus reservas. Tras ello, cada uno revisa cuál es su grupo más numeroso de cada color (verde, verde claro y verde oscuro) y el otro de cada tamaño (pequeño, mediano y grande).
Es importante que consideremos que:
- Cada pieza otorga un punto.
- Una pieza puede ser puntuada por ambos jugadores.
- Solo se puntúa un grupo de cada tipo.
El jugador con más PV se proclama vencedor de este WalMeister.
Reseña del juego de mesa WaldMeister
Dicen, que para ser una persona plena, en la vida hay que hacer una serie de cosas. Tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol. En el día de hoy os hablaremos de WaldMeister, un juego de mesa abstracto para 2 jugadores en el que se aborda este tercer punto. No obstante, en lugar de limitarnos a plantar un árbol, nos propone crear un inmenso bosque. ¿Por qué no imaginar a lo grande?
Esta propuesta nos plantea un título sencillo a nivel mecánico y que va al grano. Durante la partida, los jugadores se enfrentarán en el tablero de juego, donde se nos presenta un rombo con espacios interconectados en los que vamos a ir moviendo y plantando nuestros árboles, dando forma a lo que será el bosque. Nuestro fin, crear grupos de piezas lo más numerosos posibles, algo por lo que competiremos con el oponente. Y es aquí donde se encuentra la gracia de WaldMeister. Cada jugador puntuará por objetivos contrapuestos, uno por juntar piezas por colores y el otro por tamaños, algo que ya vimos en su día en Aqualin y que en este caso prácticamente se calca. Sin embargo, este es el único aspecto destacable que tienen en común, ya que el juego que nos ocupa implementa una serie de cambios que le dan un push al juego que le sienta estupendamente.
Por un lado, desaparece cualquier mínimo resquicio de azar. Al principio de la partida, se repartirán equitativamente un total de 54 piezas, de modo que cada jugador tenga a su disposición 3 piezas de cada uno de los 3 colores y tamaños disponibles. Así, tendremos control pleno y total libertad para gestionar los árboles, pudiendo escoger en qué orden se juegan y dónde se planta cada uno de ellos en función de cómo se desarrolle la partida.
Por otro lado, resaltar la colocación de nuevas piezas. Cuando nos toque, estaremos obligados a mover un árbol del tablero de juego, reubicándolo en línea recta en un nuevo espacio y evitando saltar otros árboles. Posteriormente, para poner un árbol de nuestra reserva, lo haremos en el agujero que acabamos de liberar. Esta relación directa entre la pieza que desplazamos y la que colocamos, dota a WaldMeister de un componente táctico muy disfrutable.
Por último, está el sistema de puntuación. Aquí no conseguimos PV por cada grupo que tengamos, algo que sí se produce en Aqualin, donde puntuamos de forma exponencial por cada conjunto. En su lugar, nos anotamos PV tan solo 3 veces, una vez por cada color/tamaño. De nada sirve que tengamos un par de grupos amplios del mismo tipo, lo que nos lleva a luchar por potenciar una agrupación de cada y utilizar el resto de piezas para intentar cubrir zonas de fuga, romper grupos del rival y tal vez ampliar lo que ya «tenemos».
WaldMeister se convierte en un auténtico rompecocos, en el que los contrincantes medirán cada una de sus acciones para asegurar y ampliar sus zonas de puntuación, a la par que deshacen lo que hace el otro. Un juego ágil y táctico que, con poco, nos ha sorprendido muy gratamente, destacando la tensión que aumenta progresivamente a medida que el bosque se va formando con el paso de las rondas, dando lugar a partidas muy reñidas cuando el nivel de los jugadores es relativamente equilibrado.
Pros
- Sencillez: un par de reglas que se explican en no más de 30 segundos. A partir de ahí, la profundidad táctica del juego la ponen los jugadores quienes, según las partidas que hayan echado y el ritmo de aprendizaje, determinarán la complejidad de las partidas.
- Componentes: la calidad de tablero y piezas es notable. Elementos de madera tratada, pulida y recubierta de aceite de resina que hace que su uso sea cómodo y que estos sean más duraderos.
- Control: me gusta que ambos jugadores tengan desde el inicio todas las fichas que van a jugar, eliminando cualquier ápice de azar y dando a los jugadores el control completo de la partida. No habiendo excusa alguna para justificar la derrota.
Contras
- Identificar grupos: al igual que sucedía en Aqualin, es más fácil diferenciar los grupos por colores que por tamaños, algo que desbalancea el juego. Sin embargo, la propia editorial recomienda jugar 2 partidas consecutivas intercambiando los objetivos para determinar el vencedor final.
- Packaging: la belleza está en el interior, pero la caja del juego es básica y simple, teniendo mucho margen de mejora para que el producto en su conjunto sea más apetecible y comercializable.
Mi veredicto
Y vamos acabando la reseña de WaldMeister, el primer juego que reseñamos de la hornada de títulos que nos trajimos del pasado SPIEL Essen. Un juego de mesa abstracto que, con un par de reglas muy básicas, nos ofrece partidas tácticas y disputadas cuya complejidad recae en la capacidad de los jugadores por gestionar la composición del bosque. Un juego que nos ha gustado mucho y al que solo le podemos poner como pero que el diseño de la caja no esté a la altura de lo que es algo habitual en los juegos de mesa modernos. Por todo lo comentado con anterioridad, le doy mi emblema de juego recomendado.