No habrá piedad para los troyanos. El rapto de Helena de Esparta, sea consentido o no, ha cruzado la línea de osadía por parte del príncipe Paris. El amor no lo justifica todo, así que el ejército griego se dispone a asediar la ciudad de Troya. En nuestra mano está cambiar el final de esta historia, usando la estrategia para ganar el duelo entre griegos y troyanos.

Troia es un juego de mesa para 2 jugadores, de la editorial GdM Games, en el que recrearemos la épica batalla de Troya tomando uno de los ejércitos de este enfrentamiento. Nuestra gestión de cartas y uso de acciones estratégicas en cada turno, romperá el equilibrio de la balanza hacia el ascenso de un bando frente al otro. Jugaremos batalla a batalla, pero ¿quién ganará la guerra?

Portada de Troia
Número de jugadores:2
Duración:20 minutos
Edad mínima:10 años
Género:movimiento por áreas
Complejidad:1,71 / 5
Editorial:GdM Games
Diseño:Eloi Pujadas
Ilustración:Alba Aragón
Precio recomendado:17,00€

Preparación de partida

¡Qué arda Troya! Para comenzar la contienda, cada jugador escoge un bando: griegos o troyanos. Colocamos el tablero orientando cada zona al correspondiente jugador, es decir, la zona de mar y campamentos representa el frente invasor griego y la ciudad con edificios de columnas el territorio troyano. Este tablero, muestra 2 partes diferenciadas: la zona del Olimpo (lado izquierdo de color gris) y zona terrenal de batalla, dividida a su vez en 5 franjas, de arriba abajo las áreas son: protección troyana, defensa (escudo), combate (zona central marcada con dos espadas enfrentadas), defensa (escudo) y protección griega.

Posteriormente, situamos al azar las 6 fichas de dioses a doble cara (silueta blanca) en los espacios del Olimpo. En las primeras partidas, se recomienda usar: Zeus, Hermes, Artemis, Hera, Poseidón y Ares. Y también situamos los 6 héroes (silueta negra – guerreros) con sus peanas en la zona de combate con fondo de color rojo. Dichos héroes se colocan orientados al jugador aliado (símbolo esquina izquierda), el icono griego es un caballo y el troyano una fortificación. Estos muestran nuestro elemento de ofrenda en grande y en pequeño el del contrario.

Las cartas de juego que representan ofrendas se separan en 2 mazos, según el color de su reverso (rojo – Grecia y azul – Troya), se barajan y se entregan a su bando boca abajo. El jugador griego roba 2 cartas de su mazo y el troyano 3, ya que es el ejército griego el que da el primer paso en la ofensiva (jugador inicial).

Finalmente, ponemos la ficha circular de Héctor/Paris en la casilla de protección del lado troyano y empezamos la partida a Troia.

Un tira y afloja entre dioses y guerreros

¿Cómo se juega a Troia?

¡Vamos con el duelo! El objetivo del juego Troia es derribar la protección del ejército enemigo con el avance de nuestros héroes en el tablero. Para ello, debemos contar con la bendición celestial para poder culminar el gran golpe, con nuestro caballo de Troya o con la unión de Héctor y Paris.

En cada turno de juego, podemos elegir entre hacer una ofrenda a los dioses o robar 2 cartas de nuestro mazo. Si optamos por la primera opción, los pasos a realizar son:

  1. Jugar las cartas de ofrendas: decidimos el Dios al que vamos a entregar nuestra ofrenda, aportando de nuestra mano al menos el mismo número de elementos que viene indicado en la zona del tablero donde esté situado el jugador. Esta ofrenda debe contener un mínimo de un elemento del tipo especificado que aparece en la ficha del Dios.
  2. Mover el Dios del Olimpo: tras ganar la influencia del Dios al que hemos realizado la ofrenda, su ficha se desplaza a la casilla más cercana a nosotros. De esta forma, se aumenta su valor al máximo y se abarata para el oponente.
  3. Mover el Héroe en batalla: los héroes se relacionan con los dioses, por los colores de fondo de la loseta y por el símbolo de ofrenda. Si hemos realizado nuestra ofrenda de forma superior, es decir conformándola con los símbolos específicos del Dios elegido, podremos mover 2 posiciones a nuestro héroe. Sin embargo, si la ofrenda es mixta, mezcla elementos específicos del Dios con otros que no lo son, el héroe se mueve 1 posición en dirección al oponente.
  4. Activar el poder especial del Dios: utilizamos el poder del Dios seleccionado, indicado en su ficha. Si no se puede realizar, se pierde esta acción.
  5. Construir el caballo o mover a Héctor/Paris (según el bando): al conseguir desplazar 2 o más de nuestros héroes guerreros a la zona de protección del oponente, podremos construir 1 trozo del caballo de Troya con 1 de las cartas de nuestra mano (no pueden usarse piezas repetidas, son 4 diferentes) o avanzar una casilla en el track de Héctor/Paris descartando las cartas que la próxima casilla indica: Héctor o Paris, Paris, Héctor y, finalmente los 2 (Paris y Héctor). Después, 2 héroes de la zona enemiga vuelven al centro del tablero, a la región de combate.
Con 2 guerreros podremos avanzar en nuestro objetivo

Fin de la partida

La partida a Troia acaba cuando se presenta una de las siguientes posibilidades:

  • El jugador griego gana inmediatamente al completar el caballo de Troya.
  • Los troyanos se hacen con la victoria si avanzan su ficha de Héctor/Paris a la 4ª casilla.
  • Cuando se agote uno de los mazos de robo. Aquí, se comparan los avances en piezas de caballo o track de Héctor/Paris, el que presente mayor ventaja gana. En caso de empate, se tienen en cuenta la posición de los héroes, el que posea más en campo enemigo se proclama vencedor de este duelo en Troia.
Los troyanos resisten el ataque del invasor

Reseña del juego de mesa Troia

En esta batalla de Troia, los griegos y troyanos se enfrentan en una partida estratégica a 2 jugadores, por la conquista del terreno enemigo. Cada bando intenta invadir el territorio del rival, mientras defiende su zona de los guerreros contrarios. Por tanto, sentiremos en todo momento la tensión del constante ataque-defensa, con una gran interacción entre jugadores que se convierte en un vaivén de guerreros por las 5 filas del campo de batalla. El diseño e ilustración del tablero y las fichas me parecen bonitos y prácticos, ya que los propios colores nos ayudan a diferenciar cada región, la asociación de dioses y héroes, además de lograrlo en armonía con la temática y con una simbología muy clara.

Las reglas sencillas de Troia lo hacen accesible a la par que camuflan la dosis de estrategia que guarda el juego. Conforme avanzamos en partidas descubriremos el come-cocos que puede llegar a ser si queremos optimizar cada uno de nuestros turnos al máximo. Planteándonos cuestiones como si es mejor entregar una ofrenda superior, aunque gastemos más cartas para avanzar rápido, o si por el contrario con una ofrenda mixta podemos conseguir nuestro objetivo de control de área aprovechando bien el poder del Dios. Es importante llegar a cabo una buena gestión de cartas, pensando en turnos posteriores y, como no, en la condición de victoria, analizando la rentabilidad del uso de cada carta en ese momento.

Hagamos ofrendas para activar las habilidades de los dioses

La rivalidad a Troia se crea al compartir héroes-guerreros, que son desplazados por ambos jugadores según sus intereses, así como al realizar las plegarias a los mismos dioses que hacen que las ofrendas sean más exigentes o más factibles de alcanzar para nosotros, y al contrario para el adversario. En este juego exclusivo para 2 jugadores, tendremos que estar atentos a los pasos del rival, pues afectan directamente a nuestra próxima jugada.

A pesar de que en Troia los equipos cuentan con cierta asimetría, esta no modifica el modo de juego, el cambio es principalmente en la condición de victoria. ¡Ojo! Esta se complica en el tramo final para el bando de los troyanos, teniendo que culminar con la entrega de 2 cartas (Héctor y Paris). Así que cuando nos acerquemos al último hueco, hay que pensar en ir ahorrando cartas con personajes. No obstante, esto no desbalancea la partida, solo es un aspecto a tener en cuenta. Por su parte, los griegos tienen que estar pendientes de no descartar o usar alguna de las 4 piezas del caballo de madera que necesiten, si progresan con su batallón. En definitiva, es crucial ser conservadores con las cartas que sean útiles para ganar, pues nunca se sabe cuando podremos volver a robar otra igual, entrando en juego el azar.

Los guerreros van y vienen en esta lucha continua

Durante la partida al juego de mesa Troia, es fundamental planificar bien nuestras acciones, conociendo cuál es el mejor momento para robar o actuar, ya que al coger cartas dejamos al rival con la posibilidad de jugar 2 turnos consecutivos sin posibilidad de contraataque. Por ello, quedarnos sin cartas puede ser una gran oportunidad para una invasión enemiga. Por otro lado, también tenemos que reflexionar sobre el Dios que podemos agasajar con nuestros obsequios, considerando el gasto de cartas, el héroe que se mueve y el poder celestial que activamos. Y, sin olvidarnos, de analizar los pasos y posibilidades del oponente para intentar córtale las alas con nuestra ofensiva.

El juego Troia también tiene variabilidad con su ligera asimetría, Dioses por las dos caras, así como su colocación al azar, junto al robo de carta de nuestro mazo, que nos puede desquiciar o salir redondo en cada turno, pero al que siempre nos debemos adaptar durante la partida, sacándole el máximo provecho a nuestras posibilidades con un buen planteamiento táctico. Además, el equipo troyano debe sobreponerse a no empezar la partida, hecho que se intenta compensar con cartas de más de 3 elementos, pero todo depende de la pericia del jugador, aprovechando cualquier despiste de los griegos, para tomar la delantera y forzar a la actitud de defensa al rival.

El caballo de Troya logra traspasar la barrera enemiga

Pros

  • Estrategia: en este juego de mesa es importante realizar un buen ataque a la vez que nos cubrimos las espaldas para no ser alcanzados por los enemigos. Por tanto, debemos gestionar bien nuestra mano para lograr un buen equilibrio y planificación en nuestra lucha, para optimizar los turnos ganando la guerra batalla a batalla.
  • Rejugabilidad: la asimetría de querer dominar ambos bandos, junto a los diversos dioses que podemos combinar, nos hacen crear infinidad de partidas diferentes entre sí. Además, las cartas que vayamos robando, y las decisiones que tomemos con ellas, nos irán marcando nuestro rumbo en cada partida.
  • Acciones sencillas: aunque Troia requiera de una adecuada planificación y combinación de actuaciones para sacar el máximo partido al turno, las acciones a realizar son muy fáciles de ejecutar e intuitivas. Lo difícil es hacer lo más óptimo en cada momento.

Contras

  • Azar: las cartas de nuestra mano nos van abriendo posibilidades de acción durante la partida. No obstante, en ocasiones alguna mala decisión o la mala fortuna del robo de cartas nos lo puede poner más difícil que a nuestro rival.
  • Análisis parálisis: la gran estrategia que demanda conseguir la victoria en Troia, nos obliga a meditar los pasos a realizar, pues cualquier error puede ser aprovechado por el contrincante en un fuerte contraataque. Por ello, los entreturnos se pueden alargar más de la cuenta a pesar de la sencillez del juego, ya que debemos esperar a ver los avances del oponente para analizar cómo nos deja el campo de batalla y la distribución de los dioses, antes de decidir nuestra acción.
  • Peanas: un pequeño detalle que chirría, sobre todo por el cuidado y bonito diseño del juego, es el hecho de que las peanas de los héroes-guerreros tapen el nombre. No hay que bajarlas del todo para evitarlo. Se podría haber ajustado más el producto a las fichas para esta espléndida ambientación de la mitología griega.

Mi veredicto

Para cerrar la reseña, destacar que el juego de mesa Troia es un título sencillo, pero cargado de estrategia y planificación. En estas partidas a 2 jugadores se mantiene un continuo rifirrafe por el progreso de nuestros guerreros con el retroceso, en consecuencia del rival, ya que compartimos héroes en el tablero. Además, rezamos a los mismo dioses que nos ayudan con sus acciones especiales, pudiendo hacer que el turno acabe con un buen sabor de boca, si sabemos combinar y optimizar la jugada. La mala suerte en el robo de cartas y su más que posible dosis de AP pueden jugar en su contra, pero por lo demás nos encontramos con un juego estratégico y disfrutable. Por estas razones, le entrego Troia mi emblema de juego recomendado.

Juego recomendable para una ludoteca estándar
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