La vida, tal y como la conocemos, ha cambiado para siempre desde que las Fracturas se han hecho cada vez más evidentes en nuestro mundo. La Fractoenergía se extiende por la superficie a un ritmo vertiginoso dotando a la naturaleza de un poder sobrenatural incontrolable.
O al menos eso parecía, pues los gremios han aprendido a dominar a estos entes elementales y ahora se disponen a usarlos en su beneficio para hacerse con la suficiente Fractoenergía como para alcanzar el poder eterno. ¿Forjarán las alianzas adecuadas para conseguir su propósito?
Así se nos presenta este Riftforce, un juego para 2 jugadores de enfrentamiento directo que nos trae en español Maldito Games. Nuestro objetivo, combinar la fuerza de los elementales de los distintos gremios para derrotar a los de nuestro oponente y controlar las localizaciones para obtener Fractoenergía.
Número de jugadores: | 2 |
Duración: | 30 minutos |
Edad mínima: | 10 años |
Género: | control de área draft gestión de mano |
Complejidad: | 2,15 / 5 |
Editorial: | Maldito Games |
Diseño: | Carlo Bortolini |
Ilustración: | Miguel Coimbra |
Precio recomendado: | 16,96€ |
Índice
Preparación de partida
En Riftforce tenemos a nuestra disposición un total de 10 gremios, cada uno orientado a un elemento de la naturaleza y con una habilidad particular que lo diferencia (al igual que su color) del resto de gremios.
Cada uno de estos gremios está compuesto por un invocador, carta que nos sirve para identificar la habilidad del gremio, y 9 elementales que serán las cartas que iremos jugando en las distintas localizaciones.
Cada partida a Riftforce comienza con una fase de draft en la que cada jugador escogerá los gremios que formarán su mazo. Cogemos los 10 invocadores, los mezclamos y descartamos uno de ellos. Posteriormente repartimos al azar uno a cada jugador y colocamos los restantes boca arriba en el centro de la mesa. Empezando por el jugador inicial, alternamos la selección de gremios hasta que cada jugador tenga 4 invocadores, devolviendo los demás a la caja del juego.
Posteriormente, pasamos a montar la zona de juego. Disponemos las 5 localizaciones en fila y ponemos a continuación los 2 medidores de puntuación, formando así una Fractura de 7 cartas que hará de tablero. Las fichas de daño y las cartas de resumen de acción las dejamos a un lado a modo de reserva y recordatorio respectivamente.
A cada lado de los medidores de puntuación colocamos los 4 invocadores de cada jugador, lo que nos facilita estar al tanto de nuestras habilidades y las del otro jugador.
Por último, los jugadores se sientan a cada lado de la mesa (quedando la Fractura en horizontal) y mezclan las cartas de elementales de sus 4 gremios, formando su mazo de robo personal. Robamos 7 elementales para formar nuestra mano inicial y el jugador que no vaya a comenzar la partida coloca la primera carta de su mazo de robo en la localización central del tablero.
¿Cómo se juega a Riftforce?
Riftforce se juega en tantos turnos como sean necesarios hasta que uno de los dos jugadores consiga los 12 PV (llamados Fractoenergía) que le den la victoria. Empezando por el jugador inicial, cada jugador puede hacer 1 de las siguientes 3 acciones:
Colocar elementales
La Fractura delimita la zona de juego de cada jugador. Esta está compuesta por 5 cartas que representan las localizaciones que se están disputando los jugadores. En nuestro turno, elegimos de 1 a 3 cartas de nuestra mano y las colocamos en nuestro lado de la Fractura cumpliendo 3 reglas:
- Los elementales que juguemos deben pertenecer al mismo gremio o tener el mismo valor (independientemente del gremio).
- Además, se pueden distribuir por separado en localizaciones adyacentes o bien todas en la misma localización.
- Si los colocamos en una localización donde ya haya elementales, los ponemos apilándolos (mostrando solo la parte superior de la carta donde se indica la vida y el tipo de gremio) y alejándonos de la grieta.
Activar elementales
En Riftforce, para activar una o varias cartas de nuestra zona de juego tenemos que descartar de nuestra mano 1 elemental. Esto nos da la posibilidad de realizar la habilidad de hasta 3 elementales que coincidan en símbolo o número con la carta que hemos descartado, no pudiendo hacer una combinación de ambas.
La habilidad de cada carta se resuelve por completo antes de activar la siguiente. De este modo, si con una carta infligimos a un elemental más daño que sus puntos de vida, este daño adicional también afecta a la misma carta. Al final de cada activación, comprobamos si hay algún elemental con más daño que vida, en ese caso el elemental derrotado va a la pila de descarte de su propietario. El jugador atacante avanza su ficha de marcador 1 Fractoenergía en el medidor de puntuación.
Al igual que en la acción anterior, cualquier carta que reubiquemos se coloca al final de la nueva localización.
Comprobar el control y robar cartas
Si tenemos menos de 7 elementales en mano reponemos mano hasta tener 7. Si no quedan cartas en nuestro mazo de robo barajamos la pila de descarte.
Además, revisamos si tenemos presencia en alguna localización en la que nuestro adversario no tenga ninguna carta. De ser así, nos llevamos 1 Fractoenergía por cada localización que cumpla esta condición.
Fin de la partida
El jugador que llega a 12 Fractoenergías desencadena el final de partida. El juego se desarrolla por rondas, por lo que si cierra el jugador inicial su oponente tiene que jugar su turno en busca del empate o la victoria. Si le iguala, se siguen jugando rondas hasta que se proclame un vencedor de este Riftforce.
Reseña del juego de mesa Riftforce
En el día de hoy reseñamos Riftforce, un juego de mesa de enfrentamiento exclusivo a dos jugadores y publicado en español por Maldito Games. En él, nos sumergimos en un conflicto directo por el control de la Fractoenergía para alcanzar el poder eterno.
A nuestra disposición tenemos un total de 10 gremios entre los que elegimos solo 4 para formar nuestro equipo. Para ello, recurrimos a una fase previa de draft en la que los jugadores escogen alternativamente los gremios con los que van a jugar. Este draft puede parecer algo trivial a priori, sin embargo es el factor clave en el desarrollo de la partida y puede marcar la diferencia en el desenlace final. Las habilidades de los mismos comban entre sí, de ahí la importancia no solo de elegir bien, sino también de bloquear a nuestro rival según qué tipos vaya seleccionando.
Una partida a Riftforce tiene lugar en torno a la fractura, la cual delimita el campo de batalla en dos zonas de juego, una para cada jugador. Esta grieta está compuesta por 5 cartas de localización, áreas en las que los jugadores disponen sus cartas para, posteriormente, activar sus habilidades y así hacerse con su control. Ahora bien, en nuestro turno solo podemos hacer una acción, por lo que toca escoger entre bajar, activar o robar cartas según la situación de partida.
A la hora de jugar los elementales en las distintas localizaciones, tenemos que tener en cuenta las sinergias de los gremios y aprovechar los dos tipos de colocación de cartas (apiladas o en zonas contiguas) para potenciar, según sus efectos, los ataques de nuestros personajes. Al principio nos va a costar ver las posibilidades que nos ofrece cada gremio, ya sea por su habilidad de ataque, de reubicación o cualquier otra que hasta que no las vayamos probando no aprenderemos a explotarlas al máximo. Esto hace que Riftforce tenga una interesante curva de aprendizaje y que cada vez que lo sacamos en casa Doña Meeple y yo nos esté gustando más.
Cuando nos dispusimos a jugar la primera partida, intuíamos que la elección de los gremios en el draft iba a tener cierto peso en la partida. Sin embargo, hasta que no transcurrieron varias rondas no fuimos conscientes de la importancia de colocar estratégicamente elementales de distintos tipos pero con el mismo valor para que, al combinar sus habilidades en un mismo turno, podamos infligir un daño considerable en los elementales del rival, o incluso se puede llegar a desbaratar una jugada al mover una simple carta de localización. La experiencia de juego mejora a medida que le vamos echando más y más partidas, probando diferentes combinaciones de gremios, descubriendo lo que pueden aportar a la partida y cuales encajan mejor entre sí. Y este es el punto fuerte de este Riftforce, aprender cómo funcionan los gremios y exprimirlos al máximo para que su impacto en la partida sea mayor. De este modo, lograremos dar un golpe en la mesa con un ataque contundente, sin olvidar lo que esté preparando el otro jugador en su lado de la mesa para que no nos pille con la guardia baja, pudiendo contrarrestarlo a tiempo.
Mención especial al arte del juego con Miguel Coimbra a los pinceles (como en otros grandes títulos como 7 Wonders Duel), con ilustraciones llamativas y que representan fielmente el enfrentamiento entre los distintos gremios por la Fractoenergía.
Pros
- Variabilidad: el juego cuenta con 10 tipos de gremios, cada uno con sus habilidades y particularidades. En cada partida solo jugaremos con 8 que se elegirán de forma alterna. Esto, unido al desarrollo variable de las partidas hacen que este juego tenga una rejugabilidad altísima.
- Fluidez: tenemos una mano limitada de cartas y solo podemos ejecutar una acción por turno, lo cual permite que las partidas vayan a buen ritmo y no se extienda más de los 30-35 minutos indicados en el manual. Vamos a reconocerlo, en casa soy el que tiene el premio del AP y Doña Meeple no me ha tenido que regañar en ninguna de las 7 partidas que hemos jugado antes de esta reseña.
- Profundidad: el juego es sencillo de explicar pero difícil de dominar. Hay que saber jugar para que la balanza se empiece a inclinar de nuestro lado en la fase inicial de draft. Hay que jugar las cartas con cabeza para cubrir las localizaciones más vulnerables para que el oponente no liquide a nuestros elementales y a la vez podamos responder con un mejor ataque. Anticipar el robo de cartas en el momento idóneo puede darnos una ventaja en la partida considerable.
Contras
- Diferencia entre jugadores: este punto está estrechamente ligado con el último pro. Los jugadores evolucionan con las partidas y, al igual que ocurre en Hive, para que las partidas sean lo más equilibradas posibles os recomiendo jugarlo con la misma persona, o que al menos tenga ya unas cuantas partidas a las espaldas.
- Bola de nieve: si un jugador tiene un fallo importante en una fase temprana de la partida (y su rival lo sabe aprovechar) se da el efecto runaway leader y la partida se le pondrá cuesta arriba.
Mi veredicto
Y con esto ponemos punto y final a esta reseña de Riftforce, un juego de mesa de enfrentamiento por el control de la Fractoenergía. Para ello, haremos uso de los elementales que forman nuestro mazo de cartas para combinar sus habilidades de la forma más óptima y así desequilibrar la partida de nuestro lado. Duelos rápidos y dinámicos que se juegan con agilidad pero con un alto componente táctico, dejándonos con muy buen sabor de boca tras cada partida. Por ello, le doy mi emblema de juego recomendado.