Ymir, gigante de la mitología nórdica y fundador de la raza de los gigantes de hielo, fue derrotado por Odín junto con sus hermanos Vili y Ve. Ellos, hijos de Borr y miembros de los Æsir, hicieron un 2×1 al acabar con Ymir. Por un lado, eliminaron de un plumazo a todos los gigantes salvo la familia Bergelmi y por otro, con su cuerpo crearon un nuevo mundo. Midgard sería el noveno reino de Yggdrasil, un enorme árbol cuyas raíces y ramas conectaban los ahora 9 reinos. En ellos vivirían dioses, espíritus, criaturas místicas y… ¿por qué no vikingos?

Ragnarocks es un juego de mesa de la editorial Delirium Games. En él, los jugadores representan a clanes vikingos, quienes compiten por el control territorial tirando de pericia y movimientos estratégicos, apoyándose en la disposición de piedras rúnicas y haciendo uso de la ayuda que les brindan los poderes excepcionales de seres de otros reinos.

Número de jugadores:2 – 6
Duración:30 minutos
Edad mínima:14 años
Género:control de área
grid movement
Complejidad:1,50 / 5
Editorial:Delirium Games
Diseño:Gordon Hamilton
Ilustración:Clarck Miller
Precio recomendado:29,71€

Portada de Ragnarocks

Preparación de partida

Para empezar, ponemos la base del árbol sobre la mesa y colocamos sobre esta el tablero de juego.

Dejamos las piedras rúnicas al alcance de los jugadores en lo que será el suministro.

Tras ello, los jugadores escogen color, marfil o rojo, y reciben las figuras de vikingo de su clan. Cada jugador dispone sus vikingos en las posiciones iniciales en lados opuestos del tablero, tal y como se observa en la siguiente imagen, y ya estaríamos listos para jugar una partida a Ragnarocks.

¿Cómo se juega a Ragnarocks?

Una partida a Ragnarocks se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de rondas. Nuestro objetivo, formar territorios utilizando las piedras rúnicas a modo de frontera, de forma que solo queden vikingos de nuestro color en lo que se llama regiones cerradas, ya que estas nos otorgarán puntos al final de la partida según su extensión.

En su turno, el jugador activo realiza los siguientes pasos:

  1. Seleccionar vikingo: elige con cual de sus vikingos, que no esté en una región cerrada, va a jugar este turno.
  2. Mover vikingo: desplaza este en línea recta, colocándolo en cualquier hexágono en esa trayectoria, teniendo en cuenta que no puede obviar los obstáculos del terreno, es decir, no se saltan ni piedras rúnicas ni otros vikingos.
  3. Invocar piedra rúnica: ahora, partiendo del hexágono en el que ha dejado a su vikingo, traza una línea recta desde esta ubicación para determinar donde colocar una nueva piedra rúnica, no pudiendo saltar tampoco ni piedras rúnicas ni vikingos.

De este modo, a medida que los turnos se van sucediendo, los jugadores irán delimitando las regiones con ayuda de las piedras rúnicas, procurando dejar al menos un vikingo de su color dentro de cada territorio.

Fin de la partida

La partida a Ragnarocks continua hasta que ninguno de los jugadores pueda jugar su turno. Ahora, cada jugador comprueba las regiones cerradas en las que solo hay figuras de su color. Suma la cantidad de hexágonos que contienen y el jugador que más tenga gana la partida.

Modo avanzado

Ragnarocks cuenta con un modo para expertos, en el que cada jugador contará con una carta mitológica que le dará una serie de ventajas.

Los hay que rompen las reglas básicas del juego. Con Ymir la invocación de la piedra rúnica se hace desde cualquier vikingo disponible; mientras que con Fjörgyn & Fyörgynn los vikingos se mueven a través de hexágonos ocupados.

También las hay que nos hacen interactuar con el adversario. Con Aegir, al crearse una región, se pueden mover los vikingos rivales un espacio. Con Bragi por su parte, antes de jugar, se desplaza un vikingo enemigo adyacente a uno de distancia.

Otras ofrecen condiciones de victoria especiales, como es el caso de Fenrir que gana si al comenzar el turno, uno de sus vikingos está adyacente a uno del enemigo.

Incluso algunas aplican cambios en la puntuación final, como Freyja que puntúa también las regiones que no tengan vikingos o Hel que solo puntúa todas las piedras rúnicas que haya sobre el tablero.

Modo por equipos

Al inicio de la partida se forman 2 equipos, se define en qué orden se van a jugar los turnos, alternando entre equipos, y se reparte a cada uno una carta mitológica avanzada. Se mantienen todas las reglas ya vistas, solo que cada jugador tendrá en cuenta la habilidad de su carta mitológica durante su turno y también el turno del siguiente jugador rival.

Reseña del juego de mesa Ragnarocks

El enfrentamiento entre el primigenio Ymir y los dioses Odín, Vili y Ve, supuso un antes y un después en Yggdrasil. Este fresno perenne había conectado hasta entonces los reinos de Asgard, Alfheim, Helheim, Jötunheim, Muspelheim, Niflheim, Svartalfheim y Vanaheim. Sin embargo ahora, con la creación de Midgard, un nuevo reino empezaba a tener protagonismo, el reino del ser humano. ¿Pero qué clan se hará con el control de Midgard?

Ragnarocks es un juego de mesa abstracto de Gord!, autor del ya conocido Santorini y con el que comparte ciertas características. Ambos son abstractos que brillan a 2 jugadores, son fáciles de aprender a jugar, cuentan con una vistosa puesta en mesa y trae cartas que aportan habilidades especiales para dotarlos de asimetría.

En esta ocasión, los jugadores dirigirán a su propio clan vikingo, con el que tratarán de hacerse con el control mayoritario de las tierras de Midgard antes de que lo haga su oponente. Para ello colocarán piedras rúnicas, con las que delimitarán las regiones y procurando quedarse tras estas imponentes rocas para apropiarse del territorio creado.

Nos encontramos ante un juego que implementa la mecánica de control de áreas de una forma bastante sencilla. Los distintos clanes juegan turnos alternos para hacer un movimiento doble. Con el primero desplazar a un vikingo propio y con el segundo, desde esta nueva ubicación, lanzar una piedra dentro de su rango de acción para bloquear un hexágono.

Unas reglas simples que, unidas a las 2-3 restricciones a la hora de mover una pieza, hacen que este título sea una propuesta accesible para que pueda jugarlo un público más familiar, ya que se juega con rapidez y dinamismo, teniendo su punto estratégico para ir bloqueando los movimientos del rival a la par que forjamos nuestro propio área para puntuarlo.

La experiencia de juego se verá truncada a las pocas partidas por la monotonía en el juego y su excesiva simplicidad, especialmente para jugadores exigentes que busquen una vuelta de tuerca. Sin embargo, el modo avanzado incorpora una serie de cartas que hacen que este Ragnarocks de un giro bastante importante. Las 32 cartas de mitología, de las que solo entrarán en juego un par por partida, otorgan a cada jugador efectos que rompen el sistema del juego base para que las partidas no sean tan estáticas.

Cada jugador contará con un poder único que le permitirá hacer cosas diferentes respecto a su contrincante. Como ya hemos comentado, algunas modifican las formas de mover los vikingos y las piedras rúnicas, otras añaden una interacción directa con las figuras del rival y también las hay que alteran la forma de ganar la partida, ya sea mediante nuevas condiciones de victoria o cambiando cómo se puntúa al final de partida. Con ello cambia el juego por completo, introduciendo una asimetría muy necesaria que nos da muchas más posibilidades, incrementándose la variabilidad, la rejugabilidad, el componente estratégico y la tensión, por lo que difícilmente vuelva a salir a mesa sin utilizar estas cartas.

Pros

  • Sencillez: reglas sencillas que se explican en 30 segundos que ayudan a que el juego pueda ver mesa con suma facilidad con jugadores ocasionales y familiares.
  • Estrategia: a pesar del punto anterior, el juego no está exento de planificación a corto-medio plazo. Un tira y afloja que nos hará pensar a 2-3 turnos vista para colocar nuestros vikingos y piedras con estrategia, conformando las regiones que queremos apropiarnos e impidiendo que el clan contrario pueda arrebatárnoslas.
  • Variabilidad: las más de 30 cartas de mitología disparan la variabilidad del juego y por consiguiente la rejugabilidad. Cada enfrentamiento es totalmente diferente al anterior cambiando tan solo un par de cartas que aportan una asimetría que le sienta bien.

Contras

  • Cartas desequilibradas: los poderes no están del todo compensados, habiendo algunas más ventajosas que otras o que parten con cierta ventaja frente a determinadas cartas. Por ello recomiendo que al hacer la selección de cartas, los jugadores escojan las 2 cartas de mutuo acuerdo y luego sorteen quien se queda cada una, o hacer un pequeño draft para elegir.
  • Escalabilidad: se agradece que Gord! haya tratado de adaptar un juego originalmente creado para jugar a 2 jugadores para que pueda salir a mesa en un modo por equipos. No obstante, este tipo de juegos se resienten por equipos y este no es una excepción.
  • Árbol: los vikingos, las piedras rúnicas y el árbol hacen que la sobreproducción de este juega permita un despliegue en mesa asombroso. Sin embargo el árbol, como ya ocurre con la base de Santorini, es poco práctico y provoca que el tamaño de la caja se duplique innecesariamente.

Mi veredicto

Y con esto vamos cerrando la reseña de Ragnarocks, un juego de mesa abstracto en el que gestionaremos un clan vikingo que quiere expandir su territorio por el reino de Midgard. Un título accesible en cuanto a reglas y mecánicas pero con su dosis estratégica, ofreciéndonos una experiencia de juego divertida y con su pique sano por cercar más hexágonos que el rival. Un buen juego para jugar en pareja que mejora considerablemente con la introducción de las cartas mitológicas, que mejoran el juego a todos los niveles. Si sabemos seleccionar los poderes para no desbalancear la partida y no pretendemos jugarlo con recurrencia en su variante por equipos, es un juego que está bastante bien. Por ello, se lleva mi emblema de juego recomendado.

Juego recomendable para una ludoteca estándar
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