Corre el año 2008. La economía a nivel mundial se encuentra al borde del precipicio. La situación es delicada, pues dieciséis de las principales corporaciones están en peligro y necesitan una inyección de capital inmediata. Esto ha puesto a los bancos centrales de los países implicados en una tesitura difícil, ya que deben encontrar una solución para salvar estas empresas, pero también tienen que luchar contra el riesgo de imprimir demasiado dinero.
QE es un juego de mesa de la editorial SD Games. Un título de subastas en el que representaremos a una de las naciones que pujarán por salvar a las empresas más relevantes del panorama internacional, antes de que estas se vayan a pique en la ya conocida crisis económica de principios de siglo.
¿De qué va QE?
QE son las siglas de Quatitative Easing (en español Expansión Cuantitativa), una política monetaria implementada por los bancos centrales para estimular la economía. Esta se basa en aumentar la impresión de dinero para adquirir bonos o activos financieros con los que estimular el crecimiento económico.
La partida transcurre a lo largo de 15-16 turnos en función del número de jugadores. En cada turno, el jugador activo revelará una loseta de empresa al azar del mazo de robo y todos los jugadores pujarán por ella.
El jugador activo, que hará de subastador, anotará en su loseta de oferta cuánto está dispuesto a pagar para hacerse con la empresa en juego. Esta cifra, que puede ser tan alta como quiera, es pública y marcará el precio de salida para que los demás jugadores puedan pujar.
Con esta oferta inicial sobre la mesa, los demás preparan sus ofertas, indicando en sus respectivas losetas lo que quieren pagar, las cuales entregan en secreto al subastador.
Este, tras consultarlas, anuncia qué jugador ha hecho la oferta más alta, pero sin decir cuanto ha pagado por ella. Entrega la empresa al jugador apuntando por detrás el precio de la puja y tan solo qué otros jugadores no han pujado nada para otorgarles un par de puntos de victoria (PV).
De este modo se subastan el resto de empresas, para posteriormente pasar al recuento final, donde los jugadores reciben PV por las propias empresas, por las ofertas por valor 0 mencionadas y por varios set collection por empresas de su nación y según combinaciones por los sectores de las mismas. El jugador con más PV gana… ¡aunque mucho ojo! Pues el que más dinero haya gastado pierde, independientemente de los PV obtenidos.
Primeras sensaciones
QE es un divertido juego de subastas con un toque de set collection, en el que los jugadores competirán por reflotar a las empresas que más les convengan según sus interés, teniendo como objetivo conseguir la mayor cantidad de puntos posibles.
Para ello, QE nos plantea un título con mecánicas bastante sencillas. Cada turno se hace una puja cerrada y oculta, a través de la cual los jugadores anotan en sus tableritos lo que están dispuestos a pagar para quedarse la empresa. Quien más ofrezca se la lleva, y al final de la partida se hará un conteo de puntos mediante diversos sistemas de puntuación.
Ahora bien, la propuesta que nos ocupa logra resaltar dentro de su género por un par de aspectos. El más llamativo, esa libertad que ofrece a la hora de pujar. A diferencia de otros títulos donde se parte de una suma inicial de dinero, aquí empezamos con un cheque en blanco en cada puja, en el que ponemos lo que nos plazca.
Parte de la gracia de esta flexibilidad está en que no vamos a saber lo que han puesto los demás, o amenos no en todo momento. Cuando nos toque ser el subastador, podremos ver la puja de todos; mientras que cuando no lo seamos, sabremos de antemano la puja del propio subastador y también cuando alguien no apueste nada. Este pequeño resquicio de información da mucho juego y nos permite especular en función de las empresas que se vayan llevando cada uno.
¿Y por qué tanto interés en lo que pujen los demás? Aquí entra el otro punto a destacar. Para que el «no límite» de puja tenga sentido, al final de la partida el jugador que haya gastado más pierde automáticamente. Esto hace que, a pesar del descontrol habitual que se dan en las partidas, tengamos que jugar con cabeza, intentando ajustar las pujas en la medida de lo posible, sopesando por qué empresas arriesgar y cuales dejar pasar por alto para no imprimir más dinero del necesario y quedarnos eliminados.
Así, queda un juego de subastas con aires de party bastante resultón que, gracias a ese caos y desconcierto que da pie a faroleos y situaciones graciosas constantes, nos está dejando buenas sensaciones.