El bullicio de la gente en las barcas y en los puestos inunda la zona, son múltiples los olores que se perciben en este peculiar mercado sobre el agua. Estamos en Bangkok, concretamente en el mercado flotante del río Chao Phraya, que llena de color sus aguas, vendiendo productos tailandeses de todo tipo: frutas, pescados, carnes, verduras y flores. Sin olvidarnos, que en esta cultura es de vital importancia venerar al líder espiritual o maestro Buda en sus dorados templos y al poderoso Rey, que se pasea en su barcaza real por las aguas, deteniendo el agitado transito de los canales para honrarle.

Phraya es un juego de mesa de la editorial DMZ Games, en el que nos convertiremos en comerciantes de un mercado flotante de Tailandia, en el que no paramos de comprar y vender productos en busca de maximizar nuestros beneficios. Además, construiremos rentables puestos en las zonas flotantes y perseguiremos el favor espiritual y real, con nuestra ofrendas. Todo ello, con la misión de llegar a ser los mejores negociantes de la región.

Número de jugadores:2 – 4
Duración:90 – 120 minutos
Edad mínima:12 años
Género:deckbuilding
especulación de mercancías
control de área
pick-up and deliver
Complejidad:3,13 / 5
Editorial:DMZ Games
Diseño:Alberto Millán
Ilustración:Michael Menzel
Precio recomendado:49,46€

Portada de Phraya

Preparación de partida

Para comenzar la partida a Phraya tenemos que montar el tablero principal, que conforma nuestro mercado flotante, uniendo las 4 losetas al azar, por la cara que prefiramos y utilizando piezas para fijarlas. De esta forma, creamos un cuadrado como zona de juego, colocando en su centro la barcaza real, que parte de este canal central.

Cerca de este, situamos el tablero auxiliar, en el que se encuentra el mercado de cartas, en el que se revelan 4 cartas boca arriba y el resto permanece boca abajo en el mazo; el precio de las mercancías, que se marca con los cubos pequeños de los colores correspondientes, colocándolos en la casilla 3 (sombreada); la ficha de mercader en el circuito de la izquierda en la región indicada, junto a las fichas de remero y de favor real, que se sitúan en los espacios pertinentes.

Cada jugador, por su parte, toma un tablero personal representando un barca y todas las piezas del color elegido, así como las 5 cartas con su color en la zona inferior que forman la mano inicial. El jugador inicial será el que haya comida Pad Thai más recientemente, cogiendo 8 monedas y el resto añaden 1 moneda más conforme aumenta su posición en el orden de turno.

Barca, cartas y todos los componentes listos para jugar

Por otro lado, separamos las losetas de pedido de restaurante por números, del 1 al 4, se barajan cada conjunto por separado formando diferentes pilas boca abajo. Después, en el tablero principal colocamos las losetas del tipo 1, boca arriba, en los 4 puestos de restaurante. En partidas a 2 jugadores, se devuelven 2 losetas de cada pila a la caja.

Además, se mezclan las fichas de cesta en la bolsa de tela, y se roban al azar hasta completar los puestos de cesta del tablero. Se forma una reserva común con las fichas de flores, de monedas y los cubos de mercancías.

Finalmente, el jugador inicial coloca su barca en uno de los tramos de canal conectados al exterior del tablero, es decir, tocando algún borde. Y en orden inverso, los jugadores colocan 1 de sus puestos en el mercado flotante, en los huecos simbolizado para ello.

Configuración a 4 jugadores del juego de mesa Phraya

¿Cómo se juega a Phraya?

Nuestro objetivo en Phraya es conseguir el mayor número de puntos de victoria (PV), para lograrlo debemos comerciar con estrategias las mercancías, construir puestos en el mercado, completar pedidos de los restaurantes, realizar ofrendas tácticas a los templos de Buda y al Rey tailandés, que se encuentra paseando en su barcaza.

La partida a Phraya se juega un indeterminado número de turnos, alternados entre jugadores, hasta que se cumplan 2 de las 3 condiciones de victoria, que se explican posteriormente. En cada turno de juego, se realizan estas 3 fases, siguiente este orden:

1. Jugar una carta

Comenzamos la partida con 5 cartas básicas en nuestra mano, elegimos 1 cada turno y resolvemos obligatoriamente sus efectos (modificar precios mercado, mover barcaza real u otras ventajas).

Para aumentar nuestras posibilidades, podemos comprar nuevas cartas en el mercado, pagando monedas o flores, que pasan directamente a nuestra mano. Por tanto, quedan disponibles para el próximo turno.

Mientras que las cartas usadas van al descarte personal, y la única forma de recuperarlas es usando 1 carta que nos bloquea ese turno. Pero, a cambio nos da monedas por las cartas acumuladas hasta ese momento en el descarte (contando la propia carta), las cuales vuelven a nuestra mano de nuevo. Adicionalmente, también puedes descartar la primera carta del mercado, el resto se desplaza a la izquierda y se repone una nueva en el hueco, facilitando que se ciclen la oferta de cartas.

Elegir qué hacer entre las cartas de la mano

2. Mover nuestra barca

Después, tenemos que mover nuestra barca como mínimo 1 tramo y como máximo el número de remeros que tengamos. Empezamos con 2, pero podemos conseguir más durante la partida, como máximo 4, pagando el coste establecido en el tablero principal (1 mercancía de carne o pescado).

No está permitido retroceder, ni atravesar la barcaza real. Pero, sí podemos pasar a través de las barcas de otros jugadores, aunque no es posible compartir posición, siendo necesario sobrepasarlos.

Si en nuestro turno, observamos que la barcaza real y el borde del tablero nos impiden la realización de movimientos, estamos obligados a utilizar 1 carta que mueva la embarcación del Rey. De esta forma, podremos realizar al menos 1 movimiento de barco en ese turno.

La barca navega por los canales para realizar acciones clave

3. Acciones disponibles

En esta fase, tenemos la posibilidad de interactuar con los 2 puestos que hayan quedado colindantes a nuestra barca. Algunas reglas a tener en cuenta son: no podemos comerciar con el puesto más de una vez y se puede hacer en el orden que queramos.

Asimismo, si la barcaza real está en un cruce adyacente a nuestra barca, también podemos realizar 1 ofrenda, pagando algún coste disponible, que nos permita colocar 1 marcador en esa zona y obtener 1 ficha de favor real (que nos ofrece descuentos en algunos costes).

Las barcas próximas a la barcaza reciben su recompensa

Existen diferentes puestos en este mercado flotante, que visitar con nuestra barca, ofreciéndonos estas acciones:

  • Puesto de mercancías: para comprar o vender verdura, fruta, pescado o carne, pagando o cobrando el precio del mercado, que va cambiando según las fluctuaciones económicas que todos los jugadores van ejerciendo sobre este. Las mercancías van a nuestras cestas de la barca, marcando el límite que podemos obtener. En nuestro turno, hay que decidir si queremos vender o comprar, ya que no se pueden hacer ambas acciones, aunque sea en puestos diferentes.
  • Puesto de cestas: en el que podemos ampliar el almacén de alimentos nuestra barca, comprando con monedas 1 cesta. El hueco se repone inmediatamente, robando una nueva ficha al azar de la bolsa de tela. O existe la opción de, en lugar de compara la cesta, contratar 1 nuevo remero, descartando 1 mercancía de carne o pescado de nuestra barca.
  • Restaurante: que proponen 1 pedido a completar con mercancías, el cual nos otorga monedas y PV al final de la partida. Al cumplirlo, es robado por el jugador y se repone de la pila correspondiente, de menor a mayor número.
  • Templo: se realizan ofrendadas, eligiendo el tipo de mercancía que queremos dar, junto al número de flores indicado. Así, colocamos 1 de nuestras fichas en este marcador, que nos dará PV al final de la partida o nos puede penalizará si no tenemos presencia en algunas zonas.
  • Escriba: en estos puestos, podemos comprar 1 carta disponible del mercado, abonando su precio en monedas o flores, indicado encima de estas. El resto, se desplazan a la izquierda y se repone una nueva, abaratando los costes anteriores.
  • Administración del mercado: es la forma de colocar nuestros puestos en el mercado flotante de Phraya. Para ello, tenemos que pagar 10 monedas y escogemos el sitio desocupado que más nos interese.
Entregar las mercancías para ganar PV y dinero

Por otro lado, mencionar también que cuando movemos la barcaza real con alguna de las cartas que tengan dicha acción, los puestos cercanos reciben la bendición de 1 flor, por parte del soberano. A su vez, si un adversario realiza la acción de una zona del mercado en el que tengamos 1 ficha de nuestros puestos, recibimos a cambio de la banca 1 flor.

Fin de la partida

No existe un número de rondas determinado para culminar la partida de Phraya, ya que la partida acaba cuando se cumplen 2 de estas 3 condiciones de cierre:

  • En el diezmo real, se ha llegado a la última línea de la tabla de ofrendas, es decir, se ha completado una fila con las fichas de los jugadores.
  • Si en la adoración a Buda, hay al menos 1 disco en la última sección, de las 3 existentes, en las 2 últimas columnas.
  • Un jugador ha colocado todos sus puestos en el mercado flotante de Phraya.

En ese momento, la partida acaba inmediatamente, si posibilidad de que el resto de jugadores hayan su turno. Sí está permitido vender las mercancías de la barca, para obtener el dinero correspondiente según el precio del mercado, ya que los cubitos de alimentos no tienen valor de PV.

Terminar una fila del diezmo real provoca el fin de partida

Ahora, se realiza la puntuación final para determinar al ganador de Phraya, apoyándonos de la libreta de recuento de puntos. Los aspectos que nos aportan PV son:

  • Monedas: por cada 5 recibimos 1 PV.
  • Templo: en primer lugar, recibimos PV según nuestro número de discos, los cuales se multiplican por diferentes cantidades según la fila. Después, observamos la mayoría de cada sección, al tenerla nos otorga el número de PV indicado arriba, mientras que si no tenemos ningún disco sufrimos una penalización de PV.
  • Diezmo real: gana 12 PV el jugador con más fichas en esta región, el 2º recibe 6 PV. Además, por cada conjunto de 3 marcadores en cada fila, obtenemos 8 PV, pudiendo realizarlo varias veces, si el resto de adversarios nos lo permite.
  • Pedidos: que se han ido completado durante la partida, ahora sumamos los PV conseguidos.
  • Cartas: comprobando las cartas que poseen beneficios al final de la partida y calculamos los PV que nos otorgan.
  • Puestos del mercado: hay que determinar qué jugador tiene la mayoría en cada tipo de puesto de mercancías (verdura, fruta, pescado y carne) recibiendo PV el 1º y 2º jugador con más fichas de cada categoría en el tablero central.

La victoria en Phraya es para el jugador que tras la suma de todas estos elementos, haya conseguido mayor número de PV. En caso de empate, el que tenga más favores reales. O si persiste, quién tenga más flores sin usar.

Comprobando los puntos conseguidos durante la partida

Reseña del juego de mesa Phraya

En el mercado flotante de Phraya en Bangkok, el bullicio de gente es constante, existiendo abundantes comerciantes que batallan por los canales con sus barcas por ser los más rápidos, eficaces y productivos, aumentando sus dominios, ganancias y reconocimiento. Y sin abandonar su culto a Buda, así como aprovechando cada acercamiento de la barcaza real para honrar al Rey con algún obsequio, en busca de recompensas a posteriori.

El juego de mesa Phraya es una carrera entre canales tailandeses, llena de especulaciones comerciales, siendo su mecánica principal el el pick-up and deliver (coger y soltar), junto a la gestión de mano, mayorías y elección de acciones. Existen múltiples formas de conseguir PV, como realizando una buena estrategia de transacción de productos, aprovechando las fluctuaciones del mercado en nuestro beneficio, dominando el mercado con nuestros puestos, realizamos pedidos y sacando el mayor partido a cada ofrenda religiosa y real realizada.

Esta ensalada de puntos final puede generar que no sepamos dónde centrarnos del todo, pero he de decir que hay que ir a todo. Pues, si olvidamos algún elemento como colocar marcadores en el diezmo real o situar puestos en el mercado, estamos facilitando que el resto de jugadores tomen dominio de esas zonas aumentando su puntuación. Además, en el templo no adorar en ciertas regiones a Buda nos puede suponer alguna penalización.

Aunque la mayoría de puntos están al descubierto, quizás algún contrincante nos sorprenda con cartas de puntuación que aumenten sus posibilidades de triunfo, a pesar de que en ciertos marcadores del tablero principal no despuntaba. Es crucial estar atentos a los movimientos rivales e intentar bloquear sus avances, además de cumplir nuestros objetivos tácticos.

Progresar en estos tracks es clave de cara a la puntuación final

No existe un número determinado de rondas, sino que la partida se juega en turnos consecutivos, que nos van acercando a cumplir las condiciones de fin de partida. Por ello, conforme avanzamos en el juego, va aumentando la tensión de aprovechar cada turno de la manera más optima posible en PV, pues podría ser la última. No obstante, todos estos elementos que pueden generar el final son visibles, por lo que los jugadores deben estar atentos al resto, para que no les pille demasiado desprevenidos.

Aunque al principio las mejoras en la barca, tanto de cestas como de remeros, no son tan rentables, suponiendo un coste que no estamos sobrados de realizar, durante los primeros turnos. Sin embargo, conforme vamos ganando ritmo y nuestras arcas se llenan, es interesante aprovechar la posibilidad de coger mercancías iguales en mayor cantidad y desplazarnos a los lugares deseados sin escalas impuestas. Esto nos ayuda a aprovechar nuestro turno mejor.

Recoger mercancías similares nos ahorra tiempo y costes

Phraya es un euro medio de gran interacción, en el que podemos jugar con los valores del mercado a nuestro antojo, lo que afecta a las transacciones de todos, utilizar la barcaza real para bloquear o dificultad el camino de los oponentes, completar pedidos más rápido u ocupar con nuestros puestos el mayor número de espacios en el mercado. Además, nos haremos las zancadillas también ocupando posiciones en el diezmo real o adoración a Buda. Viviremos un tira y afloja constante, que a 2 jugadores se resiente, al no existir ninguna adaptación significativa.

Como todo juego económico, lo que más apremia es el dinero, siendo fundamental para comprar mercancías, que nos permiten lograr la mayoría de modos de puntuación (pedidos, marcador real o templo), mejorar nuestra mano de cartas y colocar puestos en el mercado, con el alto coste de 10 monedas. A pesar de que al final de la partida no tenga mucho valor, durante esta será nuestro mejor aliado para progresar. Asimismo, las flores blancas también son cruciales, para comprar cartas y adorar a Buda o al Rey, haciendo decisivo construir puestos, que son los que nos permiten obtenerlas.

Conseguir nuevas cartas para potenciar nuestras posibilidades

Por otro lado, es muy sencillo el método de aumentar o disminuir el precio de las mercancías en el track circular del mercado, pudiendo variarlo sin tener que interactuar con ningún puesto específico, simplemente usando 1 carta con el símbolo del mercader. El único inconveniente que podemos encontrar, es que los movimientos no nos permitan llegar a la combinación de productos más interesante para nuestra jugada. No obstante, su facilidad de cambio es común para todos los jugadores, por lo que estaremos generalmente en un vaivén de cambios dinámicos, intentando buscar nuestro beneficio y el prejuicio del resto.

Y finalmente, destacar su colorido y llamativo diseño que atrae todas las miradas a Phraya, quién diga que está saturado, no ha estado en un mercado tailandés, pues capta la esencia del caos y la mezcla de colores que existen. No obstante, hay algún aspecto que no me convencen del todo, como son los elementos de unión de los cuadrantes del tablero central, que más pronto que tarde se irán deteriorando, por su uso tan ajustado en los huecos del cartón.

Mano de cartas disponibles del jugador violeta

Pros

  • Competición: en este juego de comercio, batallamos en un mercado tailandés por realizar las mejores transacciones y ocupar las posiciones más rentables del tablero. Para ello, lidiamos en una carrera por optimizar nuestro turno e intentar obstaculizar los progresos de los contrincantes lo más posible.
  • Estética: es un juego llamativo por sus preciosos componentes con barcas de estilo tailandés y coloridos tableros, que llenan la mesa con la esencia de esta preciosa cultura.
  • Múltiples formas de puntuar: existen en Phraya diversos métodos para obtener PV, por lo que nos hace estar atentos a los avances de los rivales, para que no nos saquen ventaja por ningún costado. Cualquier acción, no puede aportar puntos, pero hay que actuar con estrategia, analizando cuál es mejor en cada momento de la partida.

Contras

  • Escalabilidad: al ser un juego con gran interacción, la partida de Phraya a 2 jugadores se queda corta sin tanto choque ni presión. A 2 el tablero es demasiado grande, los precios del mercado no sufren tantos altibajos, el suministro de cartas se estanca y la disputa en los tracks se relaja. Mucho mejor con 3 y 4 jugadores en mesa.
  • Duración de la partida: al no tener un final de partida establecido por rondas, sino que se alcanza cuando se cumplen 2 de 3 condiciones, esto puede llevar a que la partida se alargue en exceso. Sobre todo con jugadores principiantes que no se centran en los objetivos de cierre, que van explorando sus opciones de juego, sin intenciones claras.
  • Análisis Parálisis: al tener una interacción tan alta, es habitual que alguna de las acciones que haga el jugador que nos precede propicie que se nos desajuste lo que teníamos previsto realizar, lo que puede llevarnos a volver a sopesar la carta a jugar y las acciones a realizar, y por consiguiente ralentizar el ritmo de juego.

Mi veredicto

Phraya es un eurogame medio de gran interacción entre jugadores, por lo que es mejor cuantos más jugadores entren en la disputa por el monopolio en el mercado flotante. En esta economía tan fluctuante, debemos actuar con estrategia para sacar el mayor rendimiento a nuestras compras-ventas y colocarnos en las posiciones más ventajosas. Pues, a pesar de que existen diversas formas de puntuar, no debemos dejar regalar ninguna de ellas a los rivales, por lo que debemos estar atentos a los avances de nuestros contrincantes en todo momento. Un juego con buena rejugabilidad, pero que puede generar partidas demasiado largas y flojea en pareja. Por estas razones, Phraya se merece mi emblema de juego recomendado.

Juego recomendable para una ludoteca estándar
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