¿Quién no ha deletreado alguna vez una palabra? Seguro que muchos, pero hoy vamos a ir un pasito más allá, silabeando entre todos palabras en bucle y utilizando efectos especiales para ponernos la zancadilla los unos a los otros hasta que alguien falle. ¿Os apuntáis?

Cacahuete Games nos trae en esta recta final del año Pepinillo, un juego de carterita que se presenta como la apuesta party para estas Navidades de la editorial.

Portada de Pepinillo
Número de jugadores:2 – 30
Duración:15 minutos
Edad mínima:8 años
Editorial:Cacahuete Games
Diseño:Miguel Bustillo
Ilustración:José Soto
Precio:6,76€

¿De qué va?

En Pepinillo los jugadores tienen que crear, utilizando una única palabra, una cadena de sílabas repitiendo una y otra vez la palabra de forma interrumpida, siquiera hasta que alguien falle (y os aseguro que lo hará). El jugador que se equivoque se lleva una penalización y al final de la partida, el jugador con menos puntos negativos es el ganador.

El setup es sencillito. Al inicio de la partida, elegimos uno de los 8 modos de juego disponibles (aunque hay infinitas combinaciones) y colocamos en el centro de la mesa las 3 cartas de pepinillo. Estos serán los gestos y efectos sobre los que va a girar la partida, por lo que los comentamos en voz alta para que a todos los jugadores les quede claro cuales son. Que luego vienen los llantos porque no se han explicado bien las cosas ¡que nos conocemos! A continuación, dejamos las cartas de pepinillo restantes boca abajo formando un mazo de robo, el jugador inicial escoge la carta de categoría con la que vamos a jugar y comenzamos.

En cada una de las 12 rondas, el jugador inicial selecciona una palabra de la categoría, avisa al resto cual ha elegido y dice la primera sílaba de esta. A partir de ahí, en sentido horario, los demás continúan la palabra por la sílaba siguiente y, cuando la palabra se haya completado, vuelven a empezar la palabra por donde se ha quedado.

Categorías y gestos conforman el macito de cartas

Sin embargo, para meterle un poquito de salseo al asunto, cuando se haya dicho por primera vez la palabra los jugadores pueden, al decir su sílaba, usar uno de los efectos de las cartas de pepinillo que se revelaron al principio de la partida. Este hará que el próximo jugador tenga que repetir la sílaba, utilizar una vocal específica, cambiar el orden de juego, decir otra sílaba e incluso seguir jugando de pie.

Así, la ronda continúa hasta que un jugador se equivoque, tarde mucho en decir su sílaba o emplee un efecto especial antes de tiempo. Este jugador recibe una carta de pepinillo del mazo de robo y se lleva los puntos negativos en forma de pepinillos que vienen en la parte superior izquierda de la carta. Adicionalmente, decide con qué palabra de la categoría vamos a jugar la siguiente ronda y continuamos como hemos comentado.

Cuando se acaben las cartas del mazo de robo, el jugador que haya acumulado menos pepinillos gana la partida.

Se penaliza al primero en errar una sílaba

Mi opinión

PE-PI-NI-LLO. Recordad estas 4 sílabas porque van a quedar grabadas en vuestras mentes, al menos durante las primeras 24 horas tras jugar a este Pepinillo. Os lo digo desde la experiencia, pues tuvimos la oportunidad de probarlo con buenos amigos en uno de los últimos eventos de juegos de mesa en el que estuvimos.

Un party game sencillito de reglas pero que se va complicando conforme la ronda se acelera y aparece en escena la gracia del juego, los gestos. Estos, que a priori los entendería hasta un peque de 6 años, provocarán que erremos constantemente, ya sea porque se nos olvidan, porque perdemos el hilo de la palabra o simplemente porque estamos pensando más con qué gesto fastidiar al siguiente en lugar de hacer bien nuestro turno. Y no vayáis a pensar que las palabras son complicadas, ¡ni mucho menos! Chocolate, karaoke, mariposa, escalera, Tenerife y abanico son algunas de las muchas palabras que nos traerán de cabeza.

Eso sí, podemos adaptar la partida según el grupo de juego, utilizando solo 2 gestos cuando jueguen los pequeños de la casa o introduciendo alguno más si creemos que jugar a Pepinillo es coser y cantar. Además, el juego cuenta con múltiples gestos que se combinan entre sí aleatoriamente para darle mayor variabilidad a las partidas al alterar las reglas básicas del juego, pudiendo personalizar nuestro propio efecto y aventurarnos a crear una categoría propia.

Un título pequeño para llevar en la cartera

Pepinillo es un juego tremendamente divertido y rápido que funciona mejor cuantos más seamos en mesa, que invita a sacarlo incluso con grandes grupos de 15-20 jugadores con su variante por eliminación donde, el jugador que se equivoca en lugar de puntuar es eliminado de la partida, ganando el que no se haya equivocado ninguna vez.

Un título festivo, para todo el mundo, que cabe en el bolsillo y económico para poner en mesa en ratitos sueltos, asegurando las risas con amigos y familiares que quieran echarse unas partidas ligeras sin darle muchas vueltas al coco. Estas fiestas nos vamos a atiborrar de pepinillos en vinagre, y entre picoteo y picoteo algunas partidas van a caer a este Pepinillo.

Y aunque no estamos ante un juego cooperativo, cerramos el artículo lanzando esta pregunta. ¿Cuál es el record de sílabas que habéis logrado encadenar en una misma ronda?

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