¡El gran día ha llegado! Después de un sin fin de preparativos que ha tenido a toda Francia involucrada, ya está todo listo para que mañana comience La Exposición Universal de 1889. No obstante, será un día excepcional por doble motivo, pues también se celebra el centenario de la Revolución Francesa. ¿Os lo podéis creer? La expectativas están altas y nada puede salir mal. ¿O tal vez sí?
Nuestra iluminación, admirada a nivel mundial, se ha ido al traste sin previo aviso y como comprenderéis, la ciudad de la luz sin luz no tiene ningún sentido. Así que ahora, en la piel de las personalidades más destacadas, tenemos el deber de darle la vuelta a la situación, iluminando los edificios de uno de los barrios más ilustres con la mejor red de farolas de gas.
Paris, la cité de la lumière es un juego de mesa de la editorial Devir Iberia, en el que los jugadores se disputarán la construcción de un barrio representativo de la ciudad. Preparemos las calles adoquinadas y ubiquemos los distintos edificios con una iluminación óptima para llevarnos la partida.
Número de jugadores: | 2 |
Duración: | 30 minutos |
Edad mínima: | 8 años |
Género: | draft control de área grid coverage colocación de losetas |
Complejidad: | 2,04 / 5 |
Editorial: | Devir Iberia |
Diseño: | J. A. Abascal Acebo |
Ilustración: | Oriol Hernández |
Precio recomendado: | 19,76€ |
Índice
Preparación de partida
En primer lugar, colocamos la caja en el centro de la mesa, la cual hará de tablero de juego durante la partida.
A su alrededor situamos 8 de las 12 postales de acción, mostrando sus reversos y junto a ellas, si fuera necesario, ubicamos los elementos adicionales que les corresponda. Para la primera partida se recomienda jugar con las tarjetas que tengan un asterisco, aunque se pueden combinar a nuestro gusto.
Cada jugador elige un color y recibe los siguientes componentes:
- 8 losetas de adoquines, que mezcla y pone boca abajo, formando una pila de robo de la que toma la primera (y mantiene oculta en su mano).
- 7 fichas de chimenea.
- 4 indicadores de acción.
Dejamos a un lado las fichas de edificio y comenzamos la partida a Paris, la cité de la lumière.
¿Cómo se juega a Paris, la cité de la lumière?
La partida se compone de 2 fases de juego, en las que los jugadores colocarán sus losetas de adoquines a la par que adquieren edificios para, posteriormente, poner estos últimos en el tablero de juego apoyándose en las tarjetas de acción.
Fase 1: colocar adoquines y tomar edificios
Para dar forma a la ciudad de París, toca comenzar por preparar las calles y apropiarse de los edificios más interesantes según consideremos oportuno. Así, empezando por el jugador inicial, cada uno escoge en su turno entre las siguientes 2 acciones:
- Colocar la loseta de adoquines: podemos poner en el tablero la loseta que tenemos en la mano, ocupando para ello uno de los 16 cuadrante en los que se divide el mismo. Cada espacio se debe ocupar en su totalidad, no siendo posible ocuparlo parcialmente. Hecho esto, cogemos una nueva loseta de la pila.
- Reservar un edificio: cogemos el edificio que consideremos que nos va a venir bien para jugarlo en la siguiente fase y lo situamos frente a nosotros.
Cuando ambos jugadores hayan jugado sus 8 losetas de adoquines, pasamos a la segunda fase de este París, la cité de la lumière.
El primero en jugar sus 8 losetas empezará la siguiente fase. No obstante, este podrá seguir obteniendo edificios en su turno (si quiere) mientras su adversario todavía no haya jugado su última loseta.
Fase 2: colocar edificios y seleccionar acciones
Con todo listo, es hora de levantar la ciudad, haciendo uso de forma puntual de acciones complementarias, que nos ayudarán a ensalzar cada rincón de París. Nuevamente por turnos, el jugador activo elige entre:
- Colocar un edificio: para jugar uno de nuestros edificios, podemos cubrir tanto espacios de adoquines de nuestro color como mixtos (morados), situando una chimenea sobre este para identificar que es nuestra. De este modo, no es posible utilizar espacios del oponente o farolas, salvo que la acción de alguna postal nos lo permita.
- Adquirir una postal: si todavía nos quedan indicadores de acción sin emplear, podemos poner una sobre una postal que no se haya utilizado aún. Estas postales, que veremos ahora, nos dejan hacer diversas acciones en ese instante o reservarlas para su uso más adelante. Es por ello que, una vez la hayamos utilizado, volteamos la postal para saber que esta ya está terminada.
Cuando no queden acciones disponibles por hacer, damos por concluida esta segunda fase.
¿Qué postales de acción incluye París, la cité de la lumière?
- Boquinistes sur la Seine: incrementamos en 1 el tamaño de un edificio.
- Chartier: a partir del próximo turno tenemos la opción de usarla para construir un edificio pisando un espacio de adoquines del rival.
- Fontaine des Mers: loseta de tamaño 2×1 que no es un edificio pero nos da 3 PV por cada edificio propio que la toque.
- Jardin des Plantes: edificio de 2×1 que podemos colocar en este momento.
- La Grande Lumière: debe cubrir una farola y amplía el alcance de esta, siempre y cuando no haya delante otro edificio.
- Levitation: cambiamos una loseta que no hayamos dispuesto todavía por otra de la reserva, la cual jugamos de inmediato en el tablero.
- Lampadaire: situamos la farola en un espacio de adoquines de nuestro color.
- Le peintre: el pintor se juega de inmediato sobre un espacio de adoquines propio. Nos da 2 PV por cada farola que haya en el área que abarca, cortando tan solo su camino los edificios.
- Le penseur: se juega en un espacio de nuestro color y nos da 2 PV y 1 PV por cada espacio libre de nuestro color a su alrededor, ortogonal y diagonal respectivamente. Si se tapa el hueco frente a él, no ganamos ningún PV.
- Metropolitain: se puede utilizar a partir del siguiente turno y es la única alternativa que tenemos para construir sobre una farola.
- Moulin Rouge: la ponemos en un espacio de nuestro color y nos dará 1 PV por espacio de adoquines en su área. A diferencia de Le peintre, cualquier elemento que no sea adoquines corta su zona de acción.
- Sacré Coeur: los edificios que no logremos poner, no penalizan al terminar la partida.
Fin de la partida
Tras jugar la segunda fase, pasamos al recuento de puntos, donde cada jugar tiene que tener en cuenta:
- Edificios iluminados: el valor de cada edificio se calcula multiplicando su tamaño (espacios que ocupa del tablero) por las farolas que lo toquen.
- Edificios agrupados: 1 PV por cada espacio del grupo de edificios de nuestro color más grande.
- Edificios pendientes: perdemos 3 PV por los edificios que cogimos en la fase 1 y que no hemos dispuesto en la fase 2.
- Postales de acción: sumamos los PV de las postales de acción que tengan un sello.
Calculamos los puntos y el jugador que tenga más habrá ganado la partida a Paris, la cité de la lumière.
Reseña del juego de mesa Paris, la cité de la lumière
La Exposición Universal de 1889 marcó un antes y un después en la historia de Francia. Para muchos fue el inicio de la auténtica revolución francesa, y para otros tantos una feria más. Pero lo que es innegable es que catapultó a está preciosa ciudad, impactando en el panorama internacional a todos los niveles, sorprendiendo por igual a entusiastas y críticos. Incluso a pesar de ese amasijo de hierros que han colocado a la entrada de la feria. ¿Cómo se llama? ¿La Torre Eiffel? De ella ya hablaremos, pero no en el día de hoy.
Paris, la cité de la lumière es un juego de mesa abstracto para 2 jugadores que les enfrentará en la construcción de uno de los barrios más representativos de París. Para ello, el juego se divide en 2 fases bien diferenciadas. La primera será de planteamiento y nos llevará a formar las calles adoquinadas de la ciudad y tomar edificios, alternando turnos con nuestro oponente. Cada loseta que vayamos bajando al tablero se compone de 4 secciones, pudiendo contener áreas de adoquines de nuestro color, del adversario, neutras o farolas. Los colores de los adoquines limitarán a un jugador u otro al colocar sus edificios, mientras que las farolas son claves para la puntuación final. Es por ello que la disposición de unos y otros juega un papel importante en nuestra estrategia.
Sim embargo, el tablero reducido de 4×4 invita al roce entre jugadores. Lo que nosotros hagamos afectará directamente en los planes del rival, siendo este el kit de la cuestión que nos tendrá en vilo todo el tiempo. ¿Cuándo ponemos loseta y cuándo cogemos edificio? Como siempre, depende del momento de la partida y de lo que estemos dispuestos a arriesgar. ¿Mejor adelantarse para asegurarnos una loseta que creemos que va a venir bien o esperamos a componer una región para saber si vamos a poder colocarla? ¿Cerramos la fase para poder empezar jugando en la siguiente? Hay que tener en cuenta que los edificios sobrantes, además de no computar en la puntuación final, nos penalizarán.
Con las calles preparadas, va siendo hora de construir la ciudad de París, llenándola de vida con sus edificios de estilo haussmaniano y todo tipo de monumentos como la estatua de El pensador, la Fuente de los Mares y el Jardin des Plantes entre otros. A priori esta segunda fase puede dar la sensación de que todo esté prácticamente decidido, tras un inicio en el que un jugador puede haber salido con mayor ventaja. ¡Ni mucho menos! Las losetas neutrales y por supuesto las postales serán determinantes, pudiendo cambiar el rumbo de la partida. Lo que antes veíamos claro se puede torcer en unos segundos.
Aquí las postales dan mucho juego, de ahí que tengamos que tenerlas en mente desde que las elegimos al inicio de la partida. Dar el cambiazo a una loseta que ya no nos viene bien, evitar la penalización de edificios sobrantes, cambiar el color de un espacio de adoquines y añadir una farola extra, son solo algunas de las alternativas que tendremos a nuestro alcance. Movámonos rápido para ubicar esos edificios grandes que puntúan tan bien antes de que sean un estorbo, o aprovechemos varias farolas en zonas cercanas a nuestros colores para que brille con luz propia hasta el edificio más discreto.
Paris, la cité de la lumière es uno de esos juegos que resalta a primera vista por su cuidada estética y que sale a mesa con frecuencia por su divertido sistema de juego. Independientemente de la fase en la que nos encontremos, cada turno tiene un peso importante en la partida, lo que nos llevará a darle vueltas al coco intentando que el oponente no nos lea la jugada. Esa facilidad para pisarnos, tanto sin querer como a propósito, da lugar a una alta interacción que va desde el minuto uno hasta el término de la partida, generando momentos de tensión, nerviosismo y piques que alimentan las ganas de revancha, para lo que disponemos de diversas postales que podremos combinar para que la variabilidad entre partidas sea notable.
Pros
- Sistema de juego: me gusta que en cada fase tengamos que decidirnos entre 2 acciones, ambas importantes pero por las que habrá que decantarse en cada turno, procurando que nuestra estrategia no se desdibuje demasiado.
- Producción-arte: el espacio hay que aprovecharlo y este Paris es un claro ejemplo de ello, seña de identidad de los juegos de producción propia de Devir. Caja con cero aire con tablero incorporado en la propia cuna. A esto sumamos el arte parisino que ha sabido integrar estupendamente el ilustrador, envolviéndonos en un viaje por la ciudad con una portada diferente y postales dignas de enmarcar. ¿Las hay en tamaño póster?
- Interacción: la disputa continua por losetas, zonas del tablero bien iluminadas, adoquines compartidos y acciones especiales mediante postales nos mantiene en tensión durante toda la partida estando a expensas de qué pasará en la siguiente jugada.
Contras
- Explicación postales: cada postal tiene sus particularidades tanto en cómo se juega como al puntuarlas. No viene reflejado con claridad en las propias tarjetas, por lo que toca recurrir al manual durante la partida para comprobarlo.
- Guardar componentes: se ha aprovechado tanto el espacio en la caja que toca encajar todo muy bien para guardarlo, algo un tanto engorroso pero que finalmente cierra bien.
Mi veredicto
Y vamos cerrando la reseña de Paris, la cité de la lumière, un juego de mesa abstracto para jugar en pareja que disfrutamos mucho en casa. Un título exigente donde ambos jugadores trabajan en la construcción de la ciudad de Paris, intentando en la medida de lo posible hacerse con las mejores zonas del tablero para iluminar sus edificios. Un título de reglas sencillas pero con un elevado componente estratégico, en el que la planificación es fundamental a la hora de colocar adoquines y tomar edificios con vistas a jugar estos últimos, sin olvidarnos por supuesto de que el otro jugador nos puede cortar los planes. Por ello, unido a la variabilidad que le dota las postales, sus dosis de puteo y su buena producción, le doy mi emblema de un señor juegazo.