¡Qué alegría, qué alboroto, a por otro perrito piloto! ¿Oléis ya las pipas garrapiñadas de los puestecillos? ¿Escucháis las bocinas de las atracciones? La feria acaba de abrir sus puertas con entretenimiento para todos los gustos. Casetas para comer algodón de azúcar, patatas fritas o perritos calientes. Otras con juegos de azar tan divertidos como pinchar globos con dardos o tiro al pato. Y, por supuesto, las de regalos sorpresa con cosas de lo más variopintas. ¿Pero por dónde empezamos?

La maquina dispensadora de tickets está en marcha, a ver si tenemos suerte y pillamos un buen puñado de tickets para visitar las distintas casetas de la feria, y si hay que repetir. ¡Se repite! Hoy será un gran día para disfrutar con la familia o amigos pero, ¿quién conseguirá los puntos con los que canjear el premio de premios? ¡Ese diploma de «Master of Paradice» tiene que ser mío!

Así se nos presenta este Paradice, un juego de la editorial Zacatrus donde los jugadores se disputarán los dados-tickets que van saliendo de la máquina para ir a las casetas. Seamos rápidos y aprovechemos bien nuestros turnos, que los premios vuelan.

Portada de Paradice
Número de jugadores:2 – 4
Duración:30 – 45 minutos
Edad mínima:10 años
Género:set collection
draft
push your luck
Complejidad:2,00 / 5
Editorial:Zacatrus
Diseño:Sergio Ortiz
Ilustración:Isaac Murgadella
Precio recomendado:25,46€

Preparación de partida

Lo primero que tenemos que hacer es montar la máquina dispensadora de tickets pero tranquilos, es sencillo y solo tenemos que hacerlo una vez, ya que se guarda en la caja del juego con suma facilidad.

Con el dispensador en el centro de la mesa, a la vista y alcance de todos los jugadores para que estos puedan interactuar con ella, nos disponemos a preparar el resto de componentes.

Cogemos todos los dados (salvo los negros) y los dejamos caer por la rampa del dispensador, totalmente al azar hasta que rellenen las 9 filas de 5 columnas. Tras esto, ubicamos en la última fila los 5 dados negros.

Entregamos aleatoriamente una carta de caseta de valor 10 a cada jugador, que deja en su zona de juego. Mezclamos las restantes y formamos el mazo de robo del que revelamos 4, esta zona será la plaza.

Barajamos también las cartas de bolsa sorpresa y las ponemos a un lado junto a los 6 tickets.

Por último, situamos los tokens en la casilla inicial de la fila de su color del almacén (track de puntuación), elegimos quien empieza y ya estamos listos para jugar a este Paradice.

¿Cómo se juega a Paradice?

Una partida a Paradice se juega a lo largo de tantos turnos como sean necesarios, hasta que 2 tokens lleguen a la casilla final de su fila del almacén. Por turnos, el jugador activo escoge una de las siguientes acciones:

Elegir dados

Los dados que podemos conseguir mediante esta acción, se toman teniendo como referencia la fila inferior del dispensador. Podremos cogerlos:

  • En horizontal: solo de la fila fila inferior y teniendo en cuenta que los dados de las esquinas están conectados entre sí.
  • En vertical: los cogeremos empezando por la base de la máquina dispensadora y solo se puede actuar en una de las 5 columnas.

Ahora, ¿cuántos dados nos llevamos?

  • Un solo dado: tenemos la posibilidad de coger un único dado si está aislado. Es decir, no coincide ortogonalmente con ningún otro dado adyacente, ni en color ni en número.
  • Un grupo de dados: para coger más de un dado, estos deben de compartir al menos el color o el número con sus adyacentes (ortogonalmente). Los grupos de dados son indivisibles, de modo que si hay varios dados que coinciden en al menos una característica y decidimos cogerlos, nos llevamos todos sí o sí.

¿Y los dados negros? ¿Son el patito feo de la feria? En este caso no, pues son dados especiales con sus particularidades:

  • Solo se pueden coger cuando lleguen a la parte inferior del dispensador (teniendo en cuenta las reglas anteriormente comentadas).
  • Los podemos usar:
    • Como comodín, eligiendo el color y valor de dado a nuestro antojo, pero no puede haber más de uno en cada carta de caseta.
    • O para influir en el almacén, retrocediendo o adelantando un token que todavía no haya llegado a la última casilla.

Tras coger los dados, los que hay en la parte superior caerán ocupando su sitio y los que hemos elegido, manteniendo sus valores, los colocamos en los espacios de nuestras casetas. Estos deben de cumplir las 2 condiciones de la carta, tanto la del recuadro donde va el dado como la de la propia carta.

Si nos sobra alguno, se lo cedemos al jugador de nuestra izquierda, quien podrá colocarlos antes de comenzar su próximo turno. ¿Y si no? Los ponemos al azar en la parte superior del dispensador.

¡Ruleta!

¿Queremos dados y no nos convence ninguno? ¡Probemos suerte! Aprovechemos el hueco que hay en la parte inferior del dispensador para sacar de un golpe los 5 dados. Estos rodarán por la mesa, dándonos una nueva combinación de números y colores entre los que elegir un conjunto como hemos comentado en el punto anterior. Los que sobren van a la parte superior del dispensador, y los que seleccionemos y no podamos colocar pasan al jugador de la izquierda.

Tomar una carta

Si no nos apetece coger dados y preferimos ampliar nuestra zona de casetas, podemos llevarnos una de las 4 cartas de la plaza, reponiendo posteriormente su hueco. Eso sí, no podemos tener más de 5 casetas sin terminar.

Más cositas a considerar

Por medio de estas acciones, los jugadores irán consiguiendo nuevas casetas que irán completando con los dados que vayan adquiriendo. Así, cuando pongamos un segundo dado en una caseta o los 3 de una vez, podemos hacer la acción de tomar una carta gratuitamente, sin tener que utilizar la acción «tomar una carta».

Por otro lado, al terminar una caseta, tenemos que:

  1. Avanzar el token de su color en el almacén (salvo que ya esté en el último espacio).
  2. Comprobar si nos llevamos un ticket.
    • El Golden ticket se consigue al completar una caseta de cada color.
    • Cada caseta cuenta con un ticket de su color. El primer jugador en tener 2 casetas de un mismo color se lleva el ticket, pero si más adelante alguien le supera se lo roba.
  3. Retiramos los dados de la carta, los lanzamos para variar su resultado y los situamos en la parte superior de la rampa al azar, procurando que se vayan poniendo en las columnas más libres.
  4. Dejamos la carta a un lado, pues nos dará PV al final de la partida, y ahora nos otorga una ventaja en función de su color. Los poderes de las casetas son:
    • Algodón (rosa): nos llevamos un único dado de la parte superior del dispensador.
    • Patatas fritas (naranja): tras coger dados, antes de ponerlos en nuestras casetas podemos cambiarle el número a uno de ellos.
    • Globos (violeta): igual que la anterior, pero aumentando o disminuyendo en 1 el valor de un dado (el 1 se conecta con el 6).
    • Patos (azul): al utilizar la acción «elegir dados» actuamos sobre la fila que queramos, recordando las reglas mencionadas con anterioridad.
    • Bolsas sorpresa (verde): nos llevamos una carta de bolsa sorpresa y vemos qué nos ha tocado. ¿Serán PV o alguna acción especial?

Los efectos de las casetas no nos permiten coger dados negros, son de un solo uso y se pueden utilizar los poderes de tantas cartas como queramos en un mismo turno.

Fin de la partida

Cuando 2 tokens lleguen al final, se acabó lo que se daba. Pasamos al recuento final, donde se tiene en cuenta tanto el valor de las casetas terminadas como los PV extra de las bolsas sorpresa.

¡Pero cuidado! El valor de las casetas depende del valor de su token en el almacén, afectando a todos los jugadores por igual.

  • Las casetas cuyo token llegó primero al final de su track no valen nada.
  • El token que se haya quedado más atrasado (si no comparte casilla con otro token) duplica el valor de estas casetas.
  • Las demás puntúan lo que valga la carta.

El jugador con más PV gana la partida a Paradice.

Reseña del juego de mesa Paradice

El paraíso de los dados llega a la feria con Paradice, un juego de mesa de corte familiar con muchos, pero que muchos dados (50 en total), dónde tendremos que hacernos con las combinaciones que mejor nos vengan para ir completando nuestras casetas.

Para obtener los dados, el juego recurre a una mecánica de selección interesante mediante su máquina dispensadora. Esta nos presenta una especie de rampa con una inclinación notable en la que los dados se apilan unos sobre otros, lo cual es de gran utilidad para que tras tomarlos la gravedad haga el resto, reubicando los dados superiores en los huecos libres que hayamos dejado. El dispensador es funcional pero eso sí, mejor manipularlo con ambas manos si no queremos armar un estropicio.

De este modo, los jugadores se irán turnando para coger dados que asignarán a sus cartas de caseta, teniendo en cuenta los requisitos de colocación propios de cada carta. A la hora de obtener dados, podemos coger un grupo de ellos, siguiendo las reglas que hemos explicado con anterioridad, y teniendo siempre presente que los que no podamos poner tendremos que regalárselos al siguiente jugador. Pero también, si no nos convence ninguna de las posibilidades, juguemos a lo que Paradice llama «la ruleta». Esta acción básicamente sería coger los 5 dados de la última fila y relanzarlos en la mesa para buscar nuevos conjuntos, tirando de azar.

Para evitar que tengamos que obsequiar a otro jugador con dados golosos, y a su vez aprovechar si nos hacemos con una agrupación amplia, es recomendable contar con varias cartas de caseta sobre la mesa. Para ello tenemos 2 alternativas. La primera consistiría en gastar nuestro turno en coger una carta de la plaza y la segunda en utilizar el efecto pasivo al colocar dados en nuestras cartas. Esta última es mucho más atractiva al no tener que «perder» un turno para solo coger una nueva carta, aunque si nos quedamos bloqueados tal vez no nos quede otra salida que usar el turno en tomar una carta.

¿Y entre varias casetas por cuál nos decantamos? Eso depende de varios factores que tenemos que tener en cuenta. Fijémonos si es factible cumplir sus requisitos, los PV directos que otorga, el poder del tipo de caseta, si sería posible conseguir un ticket y por supuesto el track de puntuación de las casetas. Este track al final de la partida indicará por cuanto multiplicamos el valor de cada caseta. Las más demandadas no valdrán absolutamente nada, mientras que las menos queridas podrían duplicar su valor. Es cierto que terminar cartas acercará al token de su respectiva caseta al final del recorrido y por consiguiente peligrará su valor, pero podremos intervenir para retrasar o adelantar algún que otro token utilizando los dados negros o el efecto de alguna bolsa sorpresa.

En Paradice no gana el que es capaz de gestionar mejor sus dados para llevarse más casetas, sino el que es capaz de planificar a corto-medio plazo para hacerse con las casetas adecuadas e influir significativamente en los progresos de los tokens en el almacén. Un tira y afloja continuo en el que los jugadores echarán siempre un ojo a cómo van los demás compañeros para intentar fastidiarles en las casetas que están priorizando, buscando aliados puntuales con los que tengamos objetivos comunes para darle la vuelta a la partida cuando se decanta demasiado por un jugador.

Sergio Ortiz, al igual que en sus otros 2 títulos ¡Desplumados! y La Morada Maldita, ha incluido en la última hoja del reglamento un listado de logros para los quieran marcarse un reto personal con el juego. ¿Cuántos seremos capaces de hacer?

Pros

  • Almacén: el juego es muy sencillo, pero el sistema del track de puntuación para variar el valor final de las casetas le mete un punto de estrategia muy chulo que hace que el juego tenga recorrido dentro de los grupos familiares más exigentes.
  • Dispensador: me gusta como la disposición de los dados puede cambiar con el movimiento más simple, lo que permite que las combinaciones se modifiquen constantemente, abriendo y cerrando posibilidades a unos u otros. Nos llevará a readaptarnos sobre la marcha, aunque esto puede alargar el turno de los jugadores más pensativos.
  • Producción: estéticamente bonito con tropecientos dados de colores y un dispensador llamativo y funcional que no hay que montar y desmontar en cada partida. Un elemento realmente práctico y que le da un salto de calidad al juego, no como el árbol de Everdell. Agradecer que se haya pensado en adecuar el tamaño de la caja y la colocación de componentes para que todo entre a la perfección. Listo para sacar y jugar.

Contras

  • Poderes de las casetas: hay casetas más interesantes que otras desde el inicio de la partida. Las violetas pierden peso respecto a las naranjas. Estas últimas nos dejan elegir el número que queramos del dado, mientras que las primeras solo varía en 1 su valor, limitando su uso. Por otro lado las azules nos dejan jugar nuestro turno sobre cualquier fila, algo realmente muy útil, mientras que con las rosas cogemos un dado extra de la parte superior, gratis pero menos apetecible que la otra.
  • AP: las acciones a realizar en nuestro turno son muy concretas, pero al estar el dispensador en continuo movimiento no sabremos hasta que empiece nuestro turno qué dados tendremos disponibles. Esto provoca que nuestro turno se extienda al tener que decidir los dados qué vamos a coger, qué cartas vamos a usar, si mejor completar una u otra, variar el orden del almacén, comprobar como van los demás, etc.

Mi veredicto

Y con esto vamos cerrando la reseña de Paradice, un juego familiar mecánicamente accesible y muy llamativo para poder jugarlo con pequeños y grandes. En él, nos centraremos principalmente en conseguir cartas para luego asignarles dados que vayamos sacando de su llamativo dispensador. El grueso de nuestra puntuación dependerá de ello. ¿O no? El autor le da una estupenda vuelta de tuerca y va un paso más allá al permitir que los jugadores decidan a lo largo de la partida cuánto puntuará cada tipo de caseta. Paradice se convierte en una trepidante carrera por lograr que nuestras casetas más numerosas se queden lo más atrás posible, a la par que empujamos las del resto a la debacle. Por ello, le doy mi emblema de juego recomendado.

Juego recomendable para una ludoteca estándar
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