La laguna de Venecia presencia desde primera línea el buen hacer de los maestros vidrieros, quienes saben de primera mano cómo crear auténticas obras de arte. Para trabajar este maleable material, utilizan una antigua tradición que se ha transmitido de generación en generación durante siglos. Esta, conocida como mille fiori, es una técnica minuciosa que requiere de mucha pericia para conseguir un producto de la más alta calidad. ¿Estaremos a la altura?

Mille Fiori es un juego de mesa de la editorial Devir Iberia, en el que los participantes competirán por convertirse en los mejores profesionales del vidrio. Para fundar una dinastía de vidrieros, además de producir cristalería, deberemos desarrollar nuestra propia red comercial, pues solo así lograremos hacernos con el suficiente apoyo de los ciudadanos de la laguna para despuntar sobre la competencia.

Número de jugadores:2 – 4
Duración:60 – 90 minutos
Edad mínima:10 años
Género:control de área
draft
colocación de losetas
Complejidad:2,20 / 5
Editorial:Devir Iberia
Diseño:Reiner Knizia
Ilustración:Stephan Lorenz
Precio recomendado:40,46€

Portada de Mille Fiori

Preparación de partida

Desplegamos el tablero en el centro de la mesa y colocamos junto a este el mazo de cartas previamente barajado, del que revelamos un número determinado en función del número de jugadores para formar el suministros.

Cada jugador elige un color y recibe:

  • 27 diamantes.
  • Un barco, que dispone en la casilla inicial de la ruta comercial.
  • Un peón de puntuación, que deja al principio del track de puntuación.

Se le hace entrega al jugador inicial de la carta Dux y ya estamos preparados para jugar una partida a Mille Fiori.

Lista la batalla entre 4 vidrieros en la laguna de Venecia

¿Cómo se juega a Mille Fiori?

Una partida a Mille Fiori transcurre a lo largo de un número indeterminado de rondas. Al inicio de cada ronda, se le entrega a cada jugador una mano de 5 cartas.

A continuación, de forma simultánea, cada uno elige una carta de su mano, que mantiene oculta de momento, y pasa las restantes al compañero sentado a su izquierda, quien las deja boca abajo frente a él sin mirarlas.

Posteriormente, comenzando por el jugador inicial, cada uno voltea la que ha escogido y pone uno de sus diamantes en el tablero de juego, siguiendo las siguientes reglas de colocación:

  • El color de la carta determina en qué zona del tablero debemos situar el diamante.
  • El símbolo de la carta muestra qué tipo de casillas tenemos que ocupar (salvo en la zona de ciudadanos como veremos más adelante).
  • La casilla tiene que estar libre.

Tras ello, el jugador obtiene una cantidad variable de puntos de victoria (PV) de forma inmediata, y puede que un bonus o turno extra según la zona y situación del diamante, como explicaremos a continuación.

No obstante, si no le convence la carta elegida, en lugar de jugar su carta para colocar un diamante y activar las reglas especiales de la zona, puede usar el número del timón para moverse por la ruta comercial de la zona de puerto.

Un juego dinámico y divertido de Reiner Knizia

Cuando todos los jugadores hayan jugado, toma las cartas que su compañero ha dejado frente a él. Si hay más de una, se repite el proceso para elegir y jugar una nueva carta como hemos comentado.

Si por el contrario solo reciben una (o un par a 2 jugadores), los jugadores las dejan en el suministro, pasan la carta Dux al siguiente jugador en sentido horario e inician una nueva ronda.

Fin de la partida

La partida a Mille Fiori termina cuando:

  • Se agota el mazo de cartas (se completa la ronda).
  • Un jugador pone en juego su último diamante. En este caso se juegan los turnos restantes para que todos jueguen el mismo número de turnos.
Aprovechemos las opciones de jugar más cartas por turno

Zonas del tablero

Al colocar un diamante, hay que tener en cuenta el área de juego donde se pone para resolverlo. El tablero de este Mille Fiori se compone de 5 regiones, y cada una de ellas tiene sus reglas especiales para colocar diamantes, puntuar y jugar una carta adicional:

  • Talleres:
    • Colocación: en una casilla libre que coincida también con el símbolo de la carta.
    • Puntos instantáneos: 1 PV por diamante conectado al que acaba de jugar (incluido este). El símbolo de pigmentos duplica los PV conseguidos.
    • Bonificación: cuando haya cubierto al menos un símbolo de cada tipo de esta zona, usa un diamante para marcar la casilla de bonificación de puntos de mayor valor.
    • Carta adicional: si con el diamante recién colocado rodea una estrella (da igual el color de los diamantes restantes), juega un turno extra. Coge una carta del suministro y la pone en juego.
  • Residencias:
    • Colocación: se ocupa la siguiente casilla vacía del recorrido.
    • Puntos instantáneos: obtiene los PV indicados en dicha casilla más los PV de los diamantes conectados a este que sean del mismo propietario.
    • Bonificación: cuando cubra 4 números de distinto valor, usa un diamante para marcar la casilla de bonificación de puntos de mayor valor.
    • Carta adicional: la primera vez que cubra 3 y 5 números de distinto valor, juega un turno más. Coge una carta del suministro y la pone en juego.
  • Ciudadanos: 2 áreas independientes que disponen de las mismas reglas especiales.
    • Colocación: el jugador activo no está obligado a colocar en la casilla que tenga el símbolo de la carta que ha jugado. La zona cuenta con 3 alturas y los diamantes se ponen de abajo hacia arriba como si de una pirámide se tratase. De este modo, para colocar en los niveles superiores, las 2 casillas inmediatamente inferiores deben estar ya ocupadas.
    • Puntos instantáneos: el jugador obtiene 1, 3 o 6 PV por situarse en la 1ª, 2ª o 3ª altura. Si la carta jugada además coincide con el símbolo de la casilla, se duplican los PV. Adicionalmente, cada vez que se completa un triángulo de 2 o 3 alturas, los diamantes inferiores vuelven a puntuar, sean del jugador que sean (pero sin duplicar los PV aunque hayan jugado en su momento el mismo símbolo).
    • Bonificación: cuando cubra 3 símbolos diferentes, usa un diamante para marcar la casilla de bonificación de puntos de mayor valor.
    • Carta adicional: si coloca el diamante en la 3ª altura, toca una estrella y por lo tanto juega un turno extra. Coge una carta del suministro y la pone en juego.
Jugando la carta con la que completar una jugada perfecta
  • Comercio:
    • Colocación: el jugador ocupa cualquier casilla que comparta el símbolo de la carta jugada.
    • Puntos instantáneos: puntúan todos los jugadores que tengan algún diamante de ese tipo. Cada uno multiplica el total de símbolos que hay del mismo tipo en esa columna (da igual su propietario) por los diamantes que son suyos. Esta será la cantidad de PV que se lleve.
    • Bonificación: cuando cubra 4 símbolos diferentes, usa un diamante para marcar la casilla de bonificación de puntos de mayor valor.
    • Carta adicional: si al hacer el reparto de puntos instantáneos, algún jugador se ha llevado más PV que el jugador activo, este último juga un turno adicional. Coge una carta del suministro y la pone en juego.
  • Puerto:
    • Colocación: el jugador ubica su diamante en cualquier casilla de barco y, si quiere, avanza su barco por la ruta comercial tantos espacios como indique el número del timón de la carta jugada.
    • Puntos instantáneos: cuando se complete una fila de 3 barcos, se activa la puntuación inmediata. Los jugadores que tengan barcos en esa fila, multiplican sus barcos por una cantidad variable en función de la cantidad de diamantes (da igual el propietario) que haya en esa fila de la zona de comercio. Además, si el barco se detiene en una casilla con PV, los recibe de inmediato.
    • Carta adicional: si el barco termina su movimiento en una casilla con estrella, esta le permite jugar una carta adicional. Coge una carta del suministro y la pone en juego.

Variante

Si queremos jugar con un mayor nivel táctico los jugadores, en lugar de elegir carta simultáneamente, pueden hacerlo por turnos y jugar su turno completo antes de pasar al siguiente jugador, de modo que podamos reaccionar a lo que hayan hecho los otros jugadores.

Los barcos zarpan en busca de puntos

Reseña del juego de mesa Mille Fiori

El nombre de la laguna de Venecia está muy ligado al vidrio, algo lógico si echamos la vista atrás y vemos como históricamente ha sido el epicentro de producción de vidrio de Europa. Es por eso que hasta allí nos desplazamos para ponernos en la piel de un aplicado vidriero, quien se pondrá manos a la obra para montar su fructífero negocio. Para ello, tendremos que desentrañar los misterios de nuestro oficio y a la par aumentar nuestra red comercial para tener de nuestro lado a los conciudadanos de la laguna.

Mille Fiori es una interesante propuesta del aclamado autor Reiner Knizia, el cual nos presenta un título de reglas sencillas pero con un componente estratégico bastante importante gracias a las diferentes opciones entre las que elegir y puntuar, la alta dosis de interacción y los múltiples combos que podemos desencadenar.

A lo largo de la partida, los jugadores se turnan para colocar un diamante de su color en el tablero, pieza que les reportará un montante variable de puntos y puede que les dé pie a jugar algún turno adicional. Disponer un diamante en una zona u otra del tablero dependerá de la carta que hayan escogido previamente. Esto nos lleva a la mecánica sobre la que gira el juego. Un sistema de draft a través del cual los jugadores elegirán simultáneamente una carta de su mano para jugarla por turnos. ¿Y qué pasa con las restantes? Se les pasa al siguiente jugador en sentido horario, quien no podrá mirarlas hasta que todos jueguen su carta. De esta forma, al compartir el momento de selección de carta, se consigue que el ritmo general de partida sea fluido y dinámico, además de reducir considerablemente el azar en el reparto al inicio de la ronda, evitando que este tenga un peso determinante en partida.

Elijamos la carta que más nos interese... ¿o no?

Aunque en nuestro turno nos centraremos principalmente en la elección inmediata y lo que nos interesa ahora, debemos tener presente en todo momento que Mille Fiori prima que busquemos aprovecharnos de los demás. A pesar de que en zonas como los talleres o residencias sean relevantes esos grupos de diamantes del mismo color, en líneas generales el juego nos ofrece vías muy suculentas y provechosas por medio de las cuales podemos amasar muchos puntos, esperando el fallo o caridad de nuestros compañeros de mesa. Poner un diamante puede habilitar a otro jugador un espacio no disponible hasta ese momento que le lleve a una carta extra, a un símbolo que le falte de cara a obtener una bonificación o dar por cerrado un conjunto de barcos en el puerto. Pero también están los puntos pasivos, algo que veremos en ciudadanos, comercio y puerto, donde una pieza ajena puede ocasionar una puntuación en cadena que beneficie a otros jugadores, algo que me ha encantado y que hace que este juego tenga un nivel de interacción elevadísimo que le sienta genial.

Puede parecer que algunas zonas del tablero son más ventajosas que otras. Sin embargo, cada una tiene su aliciente para que todas tengan su protagonismo en partida. Una auténtica ensalada de puntos que nos llevará a picar un poquito de todo, tratando de maximizar nuestra puntuación. Tenemos que conocer lo que podemos exprimir de cada zona y prestar atención a lo que hacen y dejan de hacer nuestros compañeros de juego, si no queremos que nuestro futuro como vidrieros quede en entredicho.

Reñida carrera por lograr puntos extra

Otro aspecto a destacar y que me ha sorprendido gratamente, es lo combero que es Mille Fiori. Sobre el papel se vislumbraba que la posibilidad de ampliar nuestro turno con una carta más iba a darle bastante juego. Pero lo que no me esperaba es que pudieran sucederse múltiples combos en una misma jugada, dando lugar a giros de guion que lleven a un jugador a remontadas en el track, dignas de admirar si se lo monta bien, encadenando acciones adicionales junto con sumas importantes de puntos y bonificaciones.

Así, vemos como Knizia lo vuelve a hacer para traernos un título muy disfrutable, ofreciéndonos un juego de mesa mecánicamente asequible para el público más familiar, pero con el suficiente trasfondo como para que apetezca sacarlo a mesa a jugadores más recurrentes que busquen un juego con miga, sin excesiva complicación, aunque con una interacción constante y feroz.

El área de comercio espera la llegada de los barcos

Pros

  • Combos: sin duda la gracia del juego está en la posibilidad de los jugadores de hacer de su turno un megaturno, donde con la colocación de un simple diamante podemos lograr encadenar varias cartas que nos hagan disfrutar de turnos muy satisfactorios.
  • Interacción: me gusta toda la interacción que nos propone el juego, desde el draft al pasar las cartas hasta las puntuaciones pasivas que se producen en determinadas zonas, lo cual hace que los jugadores estén metidos en partida en todo momento para no perderse nada de lo que suceda en mesa.
  • Producción: estéticamente el juego es precioso, entrando por los ojos con suma facilidad con un colorido despliegue en mesa, donde dispondremos nuestras llamativas piezas transparentes, resaltando esos barcos y peones de puntuación. Los peones son el único pero, pues hubiera preferido discos que facilitarán la colocación en una misma casilla y llevar el recuento una vez superada la primera vuelta al track.

Contras

  • Orden de juego: al inicio de la partida, al estar todas las zonas por empezar, puede parecer que comenzar primero es contraproducente. Sin embargo, esta sensación se queda en los primeros 2-3 turnos por jugador, ya que a partir de ahí el orden de juego tiene un peso notorio en partida, llegando a ser muy suculento ser jugador inicial en las últimas rondas.
  • Escalabilidad: el juego no es que escale mal, pues el planteamiento de los jugadores diferirá dependiendo de cuantos estemos en mesa, pero sí es verdad que es mucho más entretenido con más jugadores. A 2 el volumen de cartas y la competitividad por las zonas pierde fuerza, pero a 3 y 4 brilla más.
  • Tarjeta de ayuda: cada zona tiene sus particularidades que es difícil de recordar, especialmente por jugadores más ocasionales y familiares. Aunque las propias cartas nos detallen cómo se puntúa la carta, no hubiera estado de más contar con tarjetas de ayuda para aclarar cada aspecto de cada zona.

Mi veredicto

Y con esto vamos cerrando la reseña de Mille Fiori, lo nuevo de Reiner Knizia, quien nos trae un juego con mecánicas asequibles para llegar al público más familiar, pero que al ofrecer diversas vías de puntuación e interacción y combos a raudales, abren el rango para que cada partida deje muy buenas sensaciones también entre los jugadores más exigentes, quienes no dudarán en echarse otra partida. Por estas razones, a Mille Fiori le doy mi emblema de juego distinguido.

Juego de mesa que destaca por encima de la media
5% de descuento en ¿Jugamos una?
clic en el enlace