Martes 13, un juego entre gatos y supersticiosos

Existe el mito popular de que si un gato negro se cruza en nuestro camino, si pasamos por debajo de una escalera o rompemos en añicos un espejo, la mala suerte se cebará con nosotros. ¿Pero qué sucedería si reunimos todas ellas en un juego de mesa?

Martes 13 es un juego de mesa de la editorial Tranjis Games. Un filler de Reiner Knizia, quien nos plantea el reto de llevarnos el mínimo de cartas posibles para esquivar la mala suerte.

¿De qué va Martes 13?

Una partida a Martes 13 transcurre a lo largo de 4 rondas, en las cuales los participantes tratarán de acumular la menor cantidad de cartas posibles para alzarse con la victoria.

En cada una de ellas, los jugadores parten con una mano de cartas al azar, que puede estar compuesta por cartas de 3 palos diferentes (numeradas del 1 al 7, sin 3 ni 6) y por cartas comodín de valor 4.

En cada ronda, los jugadores se turnan para jugar una carta de su mano en la zona de juego:

• Si es una carta de palo, esta se coloca boca arriba en la pila del color correspondiente (solo puede haber una pila de cada color).
• Si es un comodín, se puede poner en cualquier pila.

Tras ello, comprueba cuantos puntos suman las cartas de dicha pila:

• Si son menos de 13, no pasa nada y continua el siguiente jugador.
• Si son más de 13, el jugador se lleva a su área personal todas las cartas de la pila en cuestión, a excepción de la que acaba de jugar, y le cede el turno al siguiente jugador.

De este modo, los jugadores se irán alternando hasta que todos se queden sin cartas, momento en el cual pasamos a contar los puntos negativos de cada uno:

• El jugador que tenga más cartas de un palo respecto a sus rivales, se las descarta y no las puntúa.
• Mientras que el resto de cartas de palo otorgan 1 punto de mala suerte y los comodines 2.

Así repetiremos otras 3 rondas, y quien tenga menos puntos al final de la última se lleva la partida a Martes 13.

Primeras sensaciones

Reiner Knizia nos presenta este Martes 13, un pequeño y divertido filler que pondrá a prueba nuestra mala suerte. Un juego de reglas sencillas en el que bajaremos cartas de nuestra mano como si jugáramos a la patata caliente, procurando no rebasar la puntuación límite de ninguna de las pilas disponibles para no comernos ninguna carta.

No obstante, el azar tiene mucho que decir. Ya sea por la composición de cartas de la mano inicial o por el devenir de la partida, no siempre llegará nuestro turno con opciones de salir indemnes, siendo bastante probable que acabemos llevándonos alguna que otra carta que nos penalice. ¿O tal vez no?

Y es tras esta pregunta donde se encuentra el punto más llamativo de este título. Un sistema de mayorías que permite al jugador que tiene más cartas de un color determinado descartárselas, abriendo un pequeño resquicio por el que tal vez podamos escaparnos, si por h o por b nos vemos forzados a tener que tomar un grupo de cartas.

Juego ligerito que se saca fácil a mesa y que asegura momentos de risas con las zancadillas constantes entre los jugadores.