El 5 de diciembre de 1791, a los 34 años, Wolfgang Amadeus Mozart fallecía tras una corta pero intensa enfermedad. Se encontraba escribiendo Réquiem en re menor, la que intuía que sería su última obra. Esta quedó inconclusa, pero no por mucho tiempo, ya que su viuda estaba dispuesta a mover todos los hilos que fueran necesarios para completarla, por lo que no tardó en llamar a sus antiguos mecenas.

Lacrimosa es un juego de mesa de la editorial Devir Iberia. En la piel de benefactores de Mozart, viajaremos por sus distintas etapas creativas, recordando las experiencias vividas junto al virtuoso músico y financiando la consecución de su última obra, pues solo así nos aseguraremos de que Constanze pondrá nuestro nombre en las memorias del compositor.

Número de jugadores:1 – 4
Duración:90 minutos
Edad mínima:14 años
Género:gestión de mano
control de área
deckbuilding
movimiento por áreas
Complejidad:3,11 / 5
Editorial:Devir Iberia
Diseño:Gerard Ascensi
Ferran Renalias
Ilustración:Jared Blando
Enrique Corominas
Precio recomendado:62,96€

Portada de Lacrimosa

Preparación de partida

En primer lugar, desplegamos el tablero principal en el centro de la mesa y lo preparamos:

  • Ponemos el token de Mozart en la ciudad de Salzburgo en el mapa de Centroeuropa.
  • Configuramos el mazo de cartas de obra y memorias, separándolas y barajándolas por rondas y utilizando las tarjetas de bonificación como separadores. Posteriormente, colocamos la tarjeta de bonificación de la primera ronda en el espacio indicado y rellenamos la fila superior con cartas del mazo, de forma que las obras tapen la iconografía inferior y las memorias la superior.
  • Elegimos 2 compositores y separamos sus tarjetas de compositor por movimientos. Cada grupo de losetas se ordena por coste y se coloca en el espacio reservado para el autor en dicho movimiento del Réquiem.
  • Tomamos al azar una carta de Constanze y, según el número de jugadores, tapamos las casillas del Réquiem indicadas con silencios de negra.
  • Mezclamos las tarjetas de corte real para crear un mazo de robo, con el que rellenamos los espacios adecuados del mapa, dejando boca arriba la cara sin mejorar. Hacemos lo propio también con las tarjetas de ciudad.

A continuación, cada jugador escoge un color y recibe los siguientes componentes:

  • Un tablero personal y un resumen del juego.
  • Una ficha de escudo de armas, que pone por el lado sin el +50.
  • 1 carta de obra inicial, que deja boca arriba frente a él.
  • 9 cartas de memoria iniciales, que baraja para crear su mazo de robo personal.
  • 7 fichas de réquiem (+1 blanca), que sitúa en los espacios de instrumentación.
  • Un indicador de relato de cada tipo en la casilla 2 de sus respectivos tracks.
  • El indicador de finanzas en el espacio 2 del track de finanzas.
  • Una ficha de puntuación en la casilla 0 del track de puntuación del tablero principal.
  • Se le entrega a un jugador el marcador de jugador inicial, y en sentido horario, cada jugador recibe una cantidad de ducados y puntos de victoria (PV).

Creamos una reserva general con los ducados y los 3 tipos de fichas de puntos de relato (talento de Mozart, ruta y escritura musical) y ya estaríamos listos para jugar una partida a Lacrimosa.

¿Cómo se juega a Lacrimosa?

Nuestro objetivo en Lacrimosa es ayudar a Constanze a terminar la composición del Réquiem inacabado de Mozart. Para ello, tendremos que contratar a los compositores más habilidosos de la época para que la ultimen, a la par que recordamos nuestras vivencias junto al compositor para impresionar a su querida esposa, quien tal vez nos mencione en sus memorias si adornamos nuestra aportación en la vida del músico.

La partida transcurre a lo largo de 5 rondas, y cada una de ellas consta de 2 fases de juego.

Fase principal

Al inicio de la ronda, los jugadores roban cartas de memoria de sus respectivos mazos hasta tener 4 en mano. A partir de ahí, empezando por el jugador inicial y en sentido horario, estos se irán alternando para jugar 2 de ellas, una en la sección de vivencias y otra en la de relato.

Cada carta de memoria se divide en 2 partes, y en función de la sección del tablero en la que la juegue le dará un uso u otro.

  • Sección de vivencias: está situada en la parte superior de su tablero personal y le indica la acción a realizar durante este turno.
  • Sección de relato: se encuentra en la parte inferior del mismo tablero y muestra los puntos de relato que ganará en la fase de mantenimiento.

Pasamos a explicar los 5 tipos de acciones que nos vamos a encontrar en las cartas de memoria:

  • Documentar recuerdos:
    1. Paga el coste de una carta de memoria del tablero principal, que viene en el espacio donde está la carta.
    2. Pone la carta en la ranura de la sección de relato que ha ocupado este turno, descartando la otra.
    3. Desplaza a la derecha las cartas de la fila para reponer el hueco sobrante.
  • Encargar composición:
    1. Paga el coste de una carta de obra del tablero principal. El coste aparece en la propia carta y tal vez en el espacio.
    2. Coloca la obra frente a su tablero personal y recibe los PV.
    3. Desplaza a la derecha las cartas de la fila para reponer el hueco sobrante.
  • Jugar una obra: elige una de las que no haya jugado este turno y decide si:
    • Representa la obra: paga el coste, gana dinero y gira la carta para indicar que se ha utilizado.
    • Vende la obra: paga el coste, recibe la recompensa y retira la carta de la partida.
  • Viajar:
    1. Gasta ducados para mover el token de Mozart por los caminos del mapa.
    2. Se detiene en una localidad con loseta, donde paga el coste y recibe la recompensa marcada.
    3. Si es una loseta de corte real se la queda en su zona de juego, de lo contrario la descarta.
  • Réquiem:
    1. Elige una ficha de réquiem de su tablero personal y recibe la recompensa.
    2. Sitúa la ficha en un espacio libre con el mismo símbolo. Dependiendo de por qué lado la haya puesto apoyará a un compositor u otro.
    3. Paga el coste de la tarjeta superior de este compositor y se la lleva a su tablero personal.
    4. Recibe la recompensa puntual de la tarjeta, o en su defecto una recurrente durante el resto de la partida cuando proceda.

Cada una de las acciones vistas requiere un pago en ducados y/o puntos de relato. Estos últimos se pueden descontar de los indicadores de relato o gastando fichas de puntos de relato.

Si un jugador no quiere/puede realizar la acción de la carta, pasa y recibe tantos ducados como el número de la ronda en curso.

Adicionalmente, en cualquier momento de su turno el jugador activo puede:

  • Entregar 3 ducados a cambio de 1 ficha de relato a su elección.
  • Cambiar 1 ficha de relato por 1 ducado.

Por último, antes de ceder el turno al siguiente jugador, roba cartas de memoria de su mazo, tantas como refleje el próximo espacio libre de la sección de vivencias. Cuando le regrese el turno tendrá una mano con 4 cartas en el 2º y 3º turno, y 3 en el 4º, de forma que termine la ronda sobrándole solo una.

Fase de mantenimiento

Una vez los jugadores hayan hecho sus 4 turnos, pasamos a la fase de limpieza. En las rondas 2, 3 y 4 hacemos todos los puntos, pero en la ronda 5 solo los 3 primeros.

  1. Los cubos de los indicadores de relato se colocan en la posición cero y se actualizan según muestren las cartas jugadas en la sección de relato y, si procede, de las tarjetas de compositor conseguidas.
  2. El marcador del indicador de finanzas otorga a cada jugador ducados, fichas de relato y/o PV.
  3. La tarjeta de bonificación de ronda muestra la recompensa que reciben los jugadores por cada acción de ese tipo que hayan jugado.
  4. Se enderezan las cartas de obra utilizadas.
  5. Se sacan del tablero personal las cartas jugadas, las cuales se barajan para formar un nuevo mazo.
  6. Las tarjetas de ciudad y corte real que sigan sobre el mapa de Centroeuropa se voltean para mostrar el lado mejorado. Posteriormente se rellenan los espacios vacíos.
  7. Se sustituye la tarjeta de bonificación de ronda.
  8. Se retiran las 4 cartas situadas a la derecha de la fila, se desplazan las demás y se reponen con cartas de la nueva ronda.

Pasamos el marcador de jugador inicial para comenzar la siguiente ronda de Lacrimosa.

Fin de la partida

Al término de la quinta ronda, a los PV ya conseguidos se suman:

  • Los PV otorgados por las losetas de corte real cumplidas.
  • En cada movimiento se comprueba qué compositor tiene mayor y menor presencia. Recibe PV por cada ficha de réquiem dependiendo del autor por el que se haya apostado.
  • 1 PV por cada 2 puntos de relato.
  • 1 PV por cada 3 ducados.

El jugador con más PV se convierte en el mecenas con mayor reconocimiento en este Lacrimosa.

Reseña del juego de mesa Lacrimosa

Desde su lecho de muerte, Mozart trabajó en varios compases correspondientes al movimiento Lacrimosa del Réquiem en re menor. Esta pasaría a ser una de sus grandes obras, tanto por calidad como por el misterio que hay tras la misma. ¿Fue un encargo de un tercero o su propio réquiem? Finalmente no logró terminarla, algo que no frenó el especial empeño de su viuda Constanze, quien reunió a los mecenas que le acompañaron en vida para que le ayudaran a completarla.

Lacrimosa es un eurogame de peso medio que utiliza como mecánicas principales la gestión de mano y deckbuilding a través de las cartas de memoria. Estas, que vienen a ser el motor del juego, tienen un doble uso dependiendo del lado del tablero personal por el que las juguemos. En cada turno, el jugador activo coloca una en la sección de vivencias, lo que le ofrece una o más acciones a realizar, y otra en la sección de relato, lo que le brinda al final de la ronda recursos que gastará en la siguiente para hacer sus acciones.

Un sistema de selección de acciones interesante, que aunque no es original (¿qué lo es hoy en día?), si que se presenta en un formato cuanto menos llamativo. Un tablero con forma de cuaderno cuyas ranuras nos dejan introducir las cartas, dejando solo visible el lado a utilizar. Así veremos de un simple vistazo lo que obtendremos al término de la ronda, y sobre todo la acción que haremos ahora.

Las acciones, al igual que lo ya comentado en cuanto a mecánicas, son bastante sencillas. Documentar recuerdos nos hará ganar nuevas cartas de memoria, que sustituiremos por alguna usada en la sección de relato. Esto nos permite mejorar nuestro mazo manteniendo un número cerrado de cartas, de modo que en cada ronda siempre pasarán por nuestras manos todas las cartas.

Encargar composiciones nos suministra de obras, cartas que utilizaremos al representar o vender para ganar recompensas: ducados, PV o progresar en nuestro track de finanzas, aumentando en este último el beneficio extra que percibimos al inicio de cada ronda. Estas además crean sinergias con otros elementos del juego (tarjetas de ciudad, de corte real o de compositor), por lo que escoger las obras del tipo adecuado en el momento idóneo nos puede venir genial para aprovechar cada paso que damos en Lacrimosa.

Viajar por Centroeuropa nos ofrece la posibilidad de obtener losetas con ventajas de un solo uso o de puntuación de final de partida. Estas, y especialmente las últimas que no vuelven a entrar en juego una vez compradas, ofrecen recompensas suculentas que, llegados a cierto punto, querremos ganar a toda costa. Eso, sumado a que todos jugamos con un único token, hacen que la disputa por las losetas sea tensa si está esa loseta que nos da eso que nos hace falta para eso otro.

Y por último, componer el Réquiem. ¿O a qué habíamos venido? Esta zona del tablero introduce un sistema de mayorías muy interesante, mediante el cual los jugadores compiten por aportar su granito de arena en la elaboración de cada movimiento de la obra. Cada vez que participemos en el Réquiem, liberaremos un espacio de nuestro tablero personal que nos dará una pequeña recompensa, que será aún mayor si sabemos utilizar bien su ficha de réquiem asociada.

Esta será colocada en el espacio correspondiente del movimiento que escojamos en función del compositor que nos interese. Dependiendo del autor elegido, nos llevaremos una tarjeta de compositor que nos dará un push puntual en forma de recursos o PV, pero también otras más potentes que nos reportarán más recursos al final de la ronda, PV al interactuar con cartas de obra específicas y hasta repetir ciertas acciones. Pero la cosa no queda ahí, puesto que al final de la partida, el compositor que se imponga en cada movimiento le otorgará al propietario de cada ficha una cantidad importante de PV. El Réquiem es un aspecto fundamental en el juego, por lo que no podemos olvidarnos de él.

Las acciones en sí no son difíciles, pero es tras las cartas que nos permiten jugarlas donde está la complejidad de este juego. Lacrimosa requiere de un ejercicio de planificación a ronda vista, ya que tendremos que preparar la sección de relato pensando en qué acciones querremos hacer en la siguiente ronda para aumentar los indicadores pertinentes. Sin embargo, esta previsión se puede ir al traste, puesto que las cartas no siempre llegan a mano en el orden que nos gustaría y también porque los rivales pueden hacer de las suyas, adelantándose en conseguir cartas que queríamos, anticipándose en la adquisición de losetas por Centroeuropa o dando un vuelco inesperado en un movimiento que creíamos tener controlado.

Pros

  • Selección de cartas: la doble funcionalidad de las cartas, para emplearlas para jugar acciones o conseguir recursos dependiendo de como las coloquemos, me encanta. Le da un girito bastante chulo que hay que saber gestionar para jugar lo que queremos, pero a la vez asegurarnos los recursos de la próxima ronda según lo que queramos hacer.
  • Exigencia: a pesar de ser un juego sencillo a nivel mecánico, lo que permite sacarlo a mesa con cualquier jugador que ya se haya introducido en el mundillo euro, el juego aprieta bastante más de lo esperado, y eso me gusta. Los puntos de relato escasean con facilidad cuando más los necesitamos, y si no, lo harán las monedas, lo que siempre nos tiene dándole vueltas al coco buscando la fórmula perfecta, con la que podamos hacer todo según la hoja de ruta que teníamos prevista. ¿Pero lo conseguiremos?
  • Producción: la editorial nos tiene acostumbrados a que sus grandes lanzamientos de edición propia cuenten con una producción exquisita, y lo han vuelto a hacer. Al igual que con The Red Cathedral y Bitoku, la caja viene repleta de componentes que cuesta hasta cerrarla. Lo más original, esos tableros personales con ranuras para poner las cartas de memoria, aunque no podemos obviar el diseño del conjunto (portada, tablero, cartas, losetas, etc.) que encajan perfectamente con la época en la que se ambienta.

Contras

  • Escalabilidad: me gusta a 3 y 4 jugadores, pero a 2 no me termina de funcionar bien. Cierto es que los espacios del Réquiem se ajustan en función del número de jugadores, pero este arreglo no termina de hacer tan entretenida esta zona del juego como lo es a más jugadores. Del mismo modo, la fila de cartas no rota con tanta celeridad y el viaje por Centroeuropa es más previsible.
  • Variabilidad: aunque de una partida a otra cambien los compositores, las tarjetas de bonificación y el resto de elementos no aparezcan en el mismo orden, el sistema del juego no sufre cambios significativos de una partida a otra.
  • Implementación tema: la temática no está tan integrada como me hubiera gustado, especialmente entre rondas, donde apenas hay cambios notables que nos hagan apreciar esa evolución en la vida de Mozart.

Mi veredicto

Y con esto vamos terminando la reseña de Lacrimosa. Un eurogame de peso medio en el que ayudaremos a Constanze a concluir la última gran obra de Mozart. Título que plantea una gestión de mano bastante guay que nos permite desarrollar nuestro propio mazo, gestionando tanto las acciones que vamos a tener disponibles en turnos venideros como los recursos a conseguir para hacerlas. Sencillo de explicar y empezar a jugar, lo que da pie a partidas rápidas y fluidas, pero que no está exento de complejidad, ya que tendremos que estar atentos a los cambios que suceden tanto en el tablero principal como a lo que hacemos en el nuestro personal. Juego que me apetece sacar a mesa a más de 2 jugadores, pero sin abusar para que esa frescura se mantenga entre partidas. Por todo ello, le otorgo mi emblema de juego distinguido.

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