Los reinos se enfrentan en el tablero de juego para conseguir la mayor cantidad de oro y así dominar la región. Para ello, centrando sus esfuerzos en las cartas de Kingdom Builder, los jugadores deberán expandir su territorio situando estratégicamente sus asentamientos para ganar la partida.
Así se nos presenta este Kingdom Builder, un juego de mesa editado en español por Devir Iberia y que, por su aparente sencillez y elevada profundidad, consiguió hacerse con el preciado SdJ en 2012.
Número de jugadores: | 2 – 4 |
Duración: | 45 minutos |
Edad mínima: | 8 años |
Género: | control de área cercado de áreas |
Complejidad: | 2,07 / 5 |
Editorial: | Devir Iberia |
Diseño: | Donald X. Vaccarino |
Ilustración: | Oliver Schlemmer |
Precio recomendado: | 42,26€ |
Índice
Preparación de partida
Escogemos aleatoriamente 4 secciones de tablero y las unimos entre sí para crear el tablero de juego de 2×2. Cada una de ellas está asociada a un lugar diferente, por lo que colocamos 2 losetas en cada hexágono de lugar y las tarjetas de resumen en sus respectivas secciones para recordar sus acciones especiales.
Cogemos una de las secciones sobrantes y la ponemos por el lado de su reverso mostrando el track de puntuación.
Mezclamos las cartas de Kingdom Builder y colocamos 3 de ellas boca arriba cerca del tablero, y por otro lado barajamos las cartas de terreno, repartimos una a cada jugador y ponemos las restantes a un lado formando el mazo de robo.
A su vez, cada jugador recibe todos los asentamientos de su color y un indicador de riqueza que deja en la casilla inicial del tablero de puntuación.
Elegimos al jugador inicial, le hacemos entrega de la loseta correspondiente y empezamos.
¿Cómo se juega a Kingdom Builder?
Por turnos, cada jugador muestra su carta de terreno y construye 3 asentamientos en el tipo de terreno indicado, pudiendo aplicar antes o después las habilidades especiales de las losetas de lugar que estén en su poder.
A la hora de construir un asentamiento hemos de tener en cuenta que:
- Es obligatorio construir en el tipo de superficie que muestre nuestra carta de terreno. En el caso de que no hubiera más espacios de dicho tipo se roba una nueva carta del mazo de robo.
- Siempre que sea posible hemos de colocar los 3 asentamientos adyacentes unos a otros y en contacto directo con asentamientos propios que ya tuviéramos en el tablero. En caso contrario construimos en cualquier otro sitio del tablero, respetando la carta de terreno.
- En cada hexágono solo puede haber un asentamiento.
- No se puede edificar en casillas de montaña, de lugar y de castillo, y en las de agua solo si tenemos la loseta de puerto.
Cuando construimos al lado de un hexágono de lugar conseguimos una loseta de lugar. Se puede usar cada una de ellas una vez por turno (a partir del siguiente), reflejando que se ha utilizado volteando la ficha. Estas nos permiten edificar asentamientos adicionales en lugares específicos o mover los que ya tenemos sobre el tablero.
De cada hexágono de lugar solo podemos tener una loseta, por lo que solo si construimos al lado de dos hexágonos de lugar del mismo tipo tendremos dos iguales. Eso sí, si en algún momento de la partida dejamos de tener asentamientos colindando con uno de los hexágonos de lugar descartamos nuestra loseta.
Cuando hayamos terminado nuestro turno, robamos una nueva carta de terreno y pasamos el turno al jugador sentado a nuestra izquierda.
Fin de la partida
Cuando un jugador construye su último asentamiento se activa el final de la partida, permitiendo al resto de jugadores jugar un turno más antes de pasar al recuento de puntos.
- Cada jugador recibe 3 onzas de oro (PV) por cada castillo con el que esté colindando.
- Comprobamos las onzas que gana cada jugador por cada una de las tres cartas de Kingdom Builder que escogimos al inicio de la partida.
El jugador con más onzas de oro se proclama vencedor.
Reseña del juego de mesa Kingdom Builder
En Kingdom Builder nos encontramos con un juego de mesa mecánicamente sencillo que se explica en un minuto. Revelamos nuestra carta de terreno para colocar 3 asentamientos y conforme vayamos consiguiendo losetas de lugar, podemos usarlas en turnos posteriores para añadir o reubicar asentamientos.
Con pocas reglas tenemos ante nosotros un título aparentemente asequible, al menos a priori donde tendremos la sensación de que este Kingdom Builder es fácil y azaroso. No nos dejemos engañar por las impresiones de las primeras partidas pues, a medida que vayamos jugando más, nos daremos cuenta de su profundidad y que no es solo colocar tres casas y ya.
Puede parecer que las cartas de terreno nos limitan o incluso nos guían a la hora de colocar los asentamientos, aunque este azar es relativo y se puede controlar. La clave está en expandirnos por el tablero con cabeza, colocándonos bien y haciendo buen uso de las habilidades especiales de las losetas de lugar que adquirimos durante la partida. Nuestra disposición inicial nos va a condicionar, pero si nos posicionamos cuidadosamente y aprendemos a reubicar nuestros asentamientos con vistas a futuro tendremos mayor libertad para decidir por donde crecer.
En cuanto a la escalabilidad, Kingdom Builder se juega bien al rango completo de jugadores, variando la experiencia de juego según el número de jugadores. Tanto las dimensiones del tablero como la cantidad de losetas de lugar se mantienen independientemente de cuantos juguemos, siendo mucho más apretado y exigente en partidas a más jugadores, donde nos estorbamos con facilidad y las losetas especiales vuelan. Esto no quiere decir que a dos sea menos, a más jugadores el juego es más tenso, teniendo que anticiparnos a qué hará el resto y evitar que nos corten con mayor facilidad.
Las acciones a realizar son tan concretas y simples que por mucho que le demos al coco para encontrar el movimiento más óptimo apenas da lugar al AP, por lo que disfrutaremos de partidas rápidas con una duración ajustada y muy dinámicas.
Pros
- Rejugabilidad: la configuración del tablero y los objetos propuestos por las cartas de Kingdom Builder son variables, de modo que no jugaremos dos partidas iguales.
- Sencillez: es un gustazo contar en la ludoteca con un juego que es tan fácil de aprender a jugar y que va a entretener tanto a iniciados como veteranos.
- Escalabilidad: lo he jugado a 2 y 4 jugadores y, aunque las sensaciones son diferentes, funciona muy bien.
Contras
- ¿Quién va ganando?: podemos intuir quién va mejor, pero en partidas igualadas con la mesa completa es difícil predecir quién va un paso por delante para truncarle lo que resta de partida. Eso sí, esto frena que se produzca el tan conocido efecto kingmaker.
- Azar: aunque en cierta medida se puede controlar, a veces se nos puede atrancar algún movimiento clave si no nos entra la carta de terreno adecuada.
- Color casitas: el diseño general del juego es clásico y me gusta, pero el color de los asentamientos claritos no me terminar de convencer al no destacar en el tablero, pues quién lo coja puede pasar desapercibido en el terreno desértico.
Mi veredicto
Y con esto vamos cerrando esta reseña de Kingdom Builder, un euro que con un par de reglas es capaz de ofrecer muchas horas de diversión, escondiendo más estrategia de la que podemos ver tras las primeras partidas de toma de contacto. Su alta variabilidad a la hora de preparar el setup hará que vea mesa con frecuencia y además escala bien algo que siempre es un plus a la hora de añadir un juego a la estantería. Por ello le doy mi emblema de juego distinguido.