El eurazo Brass: Birmingham saltó al estrellato como una nueva versión de Brass y es que, para no defraudar a los ya fans de este clásico, en lugar de transformar el juego original decidieron crear de forma paralela esta revisión con un nuevo título. Esta nueva propuesta la situaron en la ciudad inglesa de Birmingham (ahora tan famosa por la serie Peaky Blinders, que nos muestra de forma vivaz los canales de transporte de esta importante ciudad en aquella época), mientras que al anterior juego le colocaron el apellido de Brass: Lancashire. Las modificaciones del juego permiten que Brass: Birmingham sea un diseño más accesible y con menor penalización de los errores en la gestión, además de corregir algún punto débil como la escalabilidad, limitaciones estratégicas y el azar en algunos aspectos. No obstante, estos cambios supusieron también una pérdida de tensión y competitividad entre los adversarios. Así que, la disputa entre uno u otro sigue vigente, nosotros como lo solemos jugar a 2, hemos optado por la disputa en los canales de Birmingham.
Este juego económico y de gestión de recursos tiene como autor principal a Martin Wallace, siendo este su título más importante y famoso, pero también creador de otros juegos de mesa como Anno 1800 o Auztralia. Vamos a conocer un poco más del juego Brass: Brimingham, para los que aún no sepan mucho de él, y después os presento su inserto de Laserox.
¿De qué va Brass: Birmingham?
En la segunda mitad del siglo XVIII se inició la llamada Revolución Industrial, un proceso de cambio global en el que se sucedieron una serie de transformaciones a todos los niveles (económico, social y tecnológico). Este supuso un punto de inflexión sin precedentes en el desarrollo urbano, donde el trabajo manual dio paso a la maquinaria y por consiguiente al auge del sector industrial. Inglaterra fue su epicentro, y allí destacaron importantes emprendedores, quienes serán los protagonistas de este Brass: Bimingham.
El juego que nos ocupa en el día de hoy es un eurogame consolidado de corte económico, en el que los jugadores, en la piel de empresarios con perspectivas de crecimiento, competirán durante esta trascendental época para ampliar sus respectivos imperios, hasta donde sus recursos y rivales se lo permitan.
La partida transcurre a lo largo de 2 eras (de los canales y del ferrocarril), periodos delimitados por el mazo de cartas de localización e industria. En cada ronda, los jugadores dispondrán de un único turno para realizar un par de acciones. Estas les van a permitir construir industrias en ciudades determinadas como puede ser algodoneras, cervecerías, fundiciones de hierro, etc.; crear conexiones entre ciudades por canales o vías férreas según la era; desarrollar industrias para tener acceso a industrias mejores que las existentes; vender a los comerciantes; solicitar préstamos para salir del paso en situaciones críticas; y explorar para tener acceso a localizaciones e industrias comodines.
De este modo, los jugadores se irán expandiendo por el tablero de juego, procurando aprovechar todo lo posible sus acciones mediante una buena gestión de cartas-recursos y haciendo una lectura adecuada del mapa. Así nos anticiparemos a los adversarios, apoyándonos en lo que están haciendo y salvando el cambio de era con la llegada de los ferrocarriles, abriendo nuevas posibilidades e incrementando la competitividad en la optimización de nuestro imperio.
Brass: Birmingham es un gran euro, complejo y exigente, que se puede aprender a jugar de una forma muy superficial para una primera partida, pero que requerirá de tiempo y partidas para que los jugadores conozcan todo lo que ofrece para disfrutar de una partida plena.
Inserto Laserox para Brass: Birmingham
Brass: Birmingham suele ser una de esas joyitas de las que presumir en nuestra ludoteca, de las que nos gusta mimar, y es que este eurogame aporta una buena dosis de competición, interacción y rejugabilidad en sus tensas partidas, por lograr construir el imperio mercantil que supere al resto de contrincantes. Por ello, a pesar de no ser un juego que requiere una ardua preparación en mesa y no nos desborden sus componentes en la caja, haciendo tetris para guardarlos como pasa en otros juegos como Barrage o Spirit Island, si nos gusta tener organizados y guardados de forma especial sus componentes. Como he mencionado, hay juego que nos piden tener un lugar especial en nuestra ludoteca y este Brass: Birmingham lo tiene.
Por esta razón, decidí contar con un inserto de madera de Laserox, marca de la que ya tenemos otros modelos, gustándonos sus cuidados detalles, facilidad de montaje y calidad de su material, siendo además una alternativa sostenible, que acaba con las múltiples bolsas de plástico que suelen inundar las cajas de los juegos de mesa. Y es que, para amantes del orden como yo, es un auténtico placer abrir un juego y encontrar todo estructurado en compartimentos. Esto, compensa el peso que gana la caja al incluir el inserto, junto a la comodidad de disponer los elementos en la mesa para comenzar la partida. Pues, ya que las partidas a Brass: Birmingham se suelen alargar, meditando nuestra estrategia para cada era, que perdamos el menor tiempo posible en preparar el escenario de juego.
Este inserto de Brass: Birmingham llama la atención principalmente por los detalles tematizados de sus compartimentos, estando compuesto por 4 barcazas, simulando las que nos mueven por los canales de esta ciudad, en las que se organizan los componentes de cada jugador, así como 1 locomotora para guardar los barriles y 2 vagones mineros que recogen los recursos del carbón y del hierro. Para guardar las cartas (incluso enfundadas en premium) y mercados exteriores, los recipientes del inserto imitan las cajas de madera, que se utilizan para transportar mercancías por las rutas fluviales de Birmingham. Por otro lado, las monedas quedan distribuidas en una bandeja más sencillo estéticamente, pero con una inclinación que lo hacen realmente útil para cogerlo con comodidad.
En cuanto a su montaje, mencionar que las instrucciones son fáciles de seguir, consistiendo en una tarea sencilla y entretenida. Aunque en otros insertos de juegos las piezas encajaban y se fijaban con ayuda de algún golpecito, en este caso tuve que recurrir al uso del pegamento especial para este tipo de insertos, siendo una especie de cola para madera, que a pesar de parecer que se manchan las pareces, al pasarnos en la cantidad, cuando se seca desaparece completamente el rastro dejado, por lo que no temáis en usarla. Además, en la cuna de este Brass: Birmingham todo se acopla con facilidad y quedan los compartimentos al ras, por lo que permite su colocación en posición vertical en la estantería de juegos. Un gran plus para aprovechar el espacio en nuestra ludoteca.
En definitiva, con este inserto de Brass: Birmingham le he dado un toque de estilo temático al juego, que le hace lucir más en mesa, acompañando a su tablero más lúgubre, a la vez que permite una cómoda organización y guardado de los componentes.