La industria en el siglo XIX sigue creciendo a un ritmo vertiginoso y nosotros, en el papel de empresarios acaudalados, queremos convertir nuestra pequeña empresa emergente en todo un imperio. Para ello pujaremos para adquirir nuevas compañías, que mejoraremos y pondremos a pleno rendimiento, para extraer y procesar los recursos que producimos de la forma más óptima para venderlos al mejor precio. Solo así lograremos prosperar por encima de nuestros contendientes hasta hacernos con el título del empresario más pudiente de la Revolución Industrial.
Así se nos presenta Furnace, un juego de mesa editado por Maldito Games en el que competiremos por obtener las fábricas que mejor encajen en nuestro grupo empresarial, lo que nos abrirá las puertas para potenciar nuestra cadena de producción y despuntar del resto incrementando exponencialmente nuestros beneficios. Agilicemos el proceso de extracción-tratamiento de recursos y su posterior venta, catapultándonos así en el ranking de las fortunas más importantes de la época.
Número de jugadores: | 2 – 4 |
Duración: | 30 – 60 minutos |
Edad mínima: | 12 años |
Género: | subasta draft |
Complejidad: | 2,18 / 5 |
Editorial: | Maldito Games |
Diseño: | Ivan Lashin |
Ilustración: | Sergey Dulin Marta Ivanova Ilya Konovalov |
Precio recomendado: | 22,91€ |
Índice
Preparación de partida
Cada jugador recibe una carta de empresa emergente y otra de empresario (ambas aleatorias), junto con un set compuesto por 1 ficha de jugador y 4 discos de capital del mismo color.
Colocamos el contador de rondas en el centro de la mesa y barajamos las cartas de compañías, las cuales apilamos sobre la pieza de dicho contador a modo de mazo de reposición.
PD: no importa si las fábricas del mazo muestran la cara básica o mejorada, ya que no afecta al desarrollo de la partida.
Dejamos los recursos (carbón, hierro y petróleo), las fichas de mejora y las monedas a un lado en lo que será la reserva común, y repartiendo a cada jugador los recursos iniciales indicados en la parte superior de sus respectivas cartas de empresas emergentes.
Un jugador toma la ficha de jugador inicial y comenzamos la partida a Furnace.
¿Cómo se juega a Furnace?
Una partida a Furnace se juega a lo largo de 4 rondas, cada una de ellas dividida en 2 fases.
Fase de subasta
En primer lugar, el jugador inicial corta el mazo de cartas de compañía por donde le plazca, para disponer al azar en el centro de la mesa tantas fábricas como número de jugadores más 4, dejando boca arriba la cara básica de estas. Estas serán las cartas por las que pujaremos en esta fase.
A continuación, los jugadores se irán turnando para colocar uno de sus discos de capital sobre la carta de compañía que consideren oportuna, teniendo en cuenta que:
- Cada carta admite 1 disco por jugador, por lo que no podemos pujar 2 veces por la misma carta.
- En cada carta podemos colocar discos de menor y mayor valor a los que ya hubiera, pero nunca igualar una puja.
Cuando todos hayamos colocado 1, repetimos el proceso hasta que juguemos los 4 discos, procedemos a comprobar las subastas. En este caso, es importante que previamente hayamos definido en qué orden se llevará a cabo (por ejemplo de izquierda a derecha), ya que esto puede afectar a algunos procesos como puede ser la obtención de recursos.
El jugador que pujó con el disco de mayor valor se lleva la carta a su zona de juego personal, dejando visible la cara básica. El resto de jugadores que han pujado por ella, se llevan una compensación por no habérsela llevado. Esta viene indicada en la parte superior de la carta y se multiplica por el valor del disco jugado, pudiendo aumentar el número de elementos extraídos (recursos, fichas de mejora e incluso monedas) o procesar una mayor cantidad de recursos según muestre la carta.
Una vez resuelta por completo la subasta, retiramos de la partida las cartas por las que nadie se ha interesado y pasamos a la segunda fase.
Fase de producción
De forma simultánea, los jugadores proceden a realizar los efectos de las cartas que tienen en su zona de juego, los cuales pueden ser de obtención o procesamiento de recursos.
Cada carta se puede activar una única vez por ronda y es importante que la resolvamos por completo (si podemos y queremos) antes de pasar a otra, algo que nos impide combinar los efectos de varias cartas en nuestro beneficio. Cuando hayamos terminado con una carta, podemos subirla o girarla un poco para recordar que esta ya se ha usado y no estará de nuevo disponible hasta la siguiente ronda.
La carta de empresa emergente tiene todos sus efectos activos, siendo la forma habitual para conseguir fichas de mejora y evolucionar las fábricas. Mientras que por su parte las compañías cuentan con un efecto básico activo que podremos ampliar una vez mejoremos la carta.
Si todos los jugadores han terminado de hacer sus acciones, colocamos las cartas en su orientación correcta, giramos la rueda en el contador de rondas y pasamos la ficha de jugador inicial al siguiente.
Fin de la partida
Cuando la cuarta ronda llegue a su fin, cada jugador suma el valor de sus monedas, ganando la partida a Furnace el jugador que haya acumulado más dinero, y en caso de empate a quien le sobren más recursos.
Variante
Si queremos un punto más de dificultad podemos recrear en nuestra zona de juego una cadena de producción colocando las cartas en fila de izquierda a derecha. Tras cada fase de subasta, decidimos si las cartas conseguidas las colocamos a la izquierda, derecha o en un punto intermedio de dicha cadena, estando obligados a jugarlas en el orden establecido.
Partidas a 2 jugadores
Introducimos un jugador ficticio para las fases de subastas, donde siempre juega en tercer lugar colocando su ficha de menor valor en la carta que nos indique el lanzamiento del dado. Si no es posible ponerla en ella cumpliendo las reglas básicas de colocación, lo hace en la siguiente y así sucesivamente hasta que la coloque. Esto limita nuestro rango de acción y puede robarnos cartas que nos íbamos a llevar.
Reseña del juego de mesa Furnace
Furnace es un euro ligero que nos lleva a la época dorada de la Revolución Industrial, donde seremos protagonistas al dirigir una de las empresas emergentes que quieren marcar el ritmo en esta época.
A priori, el juego puede dar la sensación de ser bastante complejo pero, si somos eurogamers recurrentes, veremos que es más accesible de lo que aparenta. Con una primera partida será suficiente para asimilar la importancia de ganar o perder una puja y ver como es el proceso de obtención y tratamiento de recursos, para posteriormente venderlos e incrementar las arcas de la empresa. Aunque esto no quiere decir que el juego sea fácil, pues saber gestionar las subastas para rascar lo que realmente nos interesa y así sacar el máximo rendimiento de nuestras fábricas tiene su miga.
La fase de subasta tiene un peso determinante en la partida y solo contamos con 4 discos para pujar por 4 compañías, haciendo una apuesta única por carta. Aquí Furnace añade un original sistema que recompensa a los jugadores que pierden la puja según cuanto hayamos arriesgado para ganarla, lo que nos hará jugar entre 2 opciones que debemos de sopesar antes de apostar. ¿Queremos conseguir una carta o solo hacernos con la compensación? Si tenemos claro que una nos viene de maravilla para mejorar nuestra zona de juego, vayamos con todo y metamos ese disco de 4 para evitar que nos la quiten, siendo conocedores de que dejamos vía libre para que los demás puedan multiplicar hasta por 3 la compensación de la misma. Y quién sabe, si esperamos un poco lo mismo somos nosotros quienes pegamos un buen pelotazo para hacernos con alguna suculenta compensación o una carta que nos viene bien con una puja a la baja.
¿Tomar la iniciativa o esperar en la retaguardia? Depende de como se desarrolle la fase. En cualquier caso, mucho ojo con esperar a ver qué hacen los demás, en ocasiones nos puede salir bien la jugada y en otras tantas comernos una carta que pensábamos compensar. No es de extrañar que nos lleguemos a ver obligados a coger una fábrica que ni nos viene bien, solo por haber intentado obtener un posible beneficio puntual.
Todo lo que hayamos hecho en la subasta se verá reflejado en la fase de producción, donde la mecánica de engine building que implementa el juego hará que, si conseguimos hacernos con las cartas que combinan bien entre sí, podamos agilizar el proceso de extracción de materiales, procesarlos y convertirlos en dinero lo más rápidamente posible. Es por ello que tenemos que aclararnos y pensar bien qué cartas nos harán falta, pues si fallamos al tomarlas o las activamos en un orden ilógico, nos quedaremos atascados y frenaremos el ritmo de trabajo de nuestras fábricas.
El juego nos recomienda una variante para expertos que nos hace definir el orden para jugar las cartas, como si de una cadena de producción se tratase. A nivel personal veo esta opción más adecuada para partidas más ligeras, puesto que la fase de producción es más guiada y reducimos el AP que se pueda generar.
Pros
- Subasta: el sistema de compensación fomenta que no solo juguemos a ganar cartas, sino también a intentar perderlas a propósito para conseguir recursos extras de una forma rápida y directa, haciendo que la fase de subasta genere momentos más tensos de lo habitual.
- Profundidad: euro ligero que se resuelve en unos 40 minutos cuando los jugadores son capaces de meter una marcha más en la fase de producción. Ofrece un reto no muy complejo con la suficiente toma de decisión, dejando buen sabor de boca si no nos disipamos cuando se acumulan en nuestra zona de juego demasiadas compañías.
- Escalabilidad: cuando leí juego de subastas a 2 y un bot para hacer de tercer jugador ya me temía lo peor. Sin embargo, las pujas a valor único, las reglas de colocación y las compensaciones hacen que funcione bien en pareja, disfrutándose indudablemente más a 3 y 4 si el resto de jugadores pujan con sentido común.
Contras
- Fraude empresarial: partimos de que nuestros compañeros de juego son de fiar. Aunque como la fase de producción se puede jugar de forma simultánea (por no decir que es obligatorio si no queremos eternizar la partida), si hay algún tramposo en la mesa el juego le pone a huevo que repita acciones y recurra a la apropiación indebida de recursos.
- Bola de nieve: como suele pasar en los juegos de construcción de motor, si un jugador casa bien sus cartas y se desmarca notablemente en las 2 primeras rondas, la partida se le pone de cara y difícilmente se le pueda bajar de la primera posición. Pero como las partidas son cortas, echamos una revancha y listo.
Mi veredicto
Y vamos cerrando esta reseña de Furnace, un eurogame ligero que me ha sorprendido al ofrecer, en partidas con una duración tan ajustada, un juego con un sistema de subasta novedoso que juega un papel fundamental en nuestro objetivo de montar un grupo empresarial consistente, que funcione bien en su conjunto para optimizar el proceso de extracción, transformación y venta. Un título agradable y con miga que nos deja con ganas de echarnos otra o para calentar motores como paso previo para sacar a mesa un juego más durete. Por ello, le doy mi emblema de juego distinguido.