La familia al completo nos vamos a pasar el día a los grandes almacenes, y cual es nuestra sorpresa que, ni estando en vísperas de Navidad ni en plena campaña de rebajas, pero parece que no somos los únicos a los que se nos ha ocurrido este plan para pasar el sábado juntos. Más de una treintena de personas se agolpan a las puertas de los ascensores y estos, lejos de ser amplios y espaciosos, solo tienen capacidad para 3-4 personas. No es de extrañar que la gente se ponga nerviosa y empiece a empujarse frente a los ascensores, colándose delante de niños, abuelas… ¿y esa niña de quién es?

Así se nos presenta Frente a los ascensores, un juego de mesa de la editorial Cacahuete Games donde cada jugador hará lo posible para que los miembros de su familia sean los afortunados que logren colocarse en las primeras posiciones para entrar en los ascensores e irse de compras. ¿Quiénes serán los desafortunados que se queden a las puertas?

Portada de Frente a los Ascensores
Número de jugadores:2 – 4
Duración:20 minutos
Edad mínima:8 años
Género:control de área
gestión de mano
Complejidad:1,45 / 5
Editorial:Cacahuete Games
Diseño:Saashi
Ilustración:Takako Takarai
Precio recomendado:13,46€

Preparación de partida

En primer lugar repartimos las cartas de familia entre los jugadores, 2 en partidas a 2 jugadores y 1 en partidas a 3 y 4. Cada familia representa un color, el cual marcará las cartas que dicho jugador va a poder puntuar. Adicionalmente, nos sirve como carta de referencia para conocer los efectos al jugar cada carta.

A continuación, preparamos las cartas de ascensor. Estas se agrupan por colores y en orden ascendente, dejando la carta con el número más bajo en la parte superior de cada grupo, de modo que podamos disponerlas en una columna con 3 filas.

Ahora, tomamos el mazo de cartas de persona, retiramos en partidas a 3 jugadores el color de la carta de familia que no se haya escogido, y las mezclamos. Entregamos a los jugadores 2 personas de su color de familia (una de cada a 2 jugadores). Esta será su mano inicial.

Las cartas de persona restantes las dividimos en 3 mazos lo más equitativos posibles, que colocamos a la izquierda de cada grupo de ascensores. Revelamos la primera de cada uno y la disponemos a la derecha de cada ascensor, marcando el inicio de esa cola.

Con todo listo, elegimos al jugador inicial y comenzamos la partida a Frente a los ascensores.

¿Cómo se juega a Frente a los ascensores?

La partida transcurre a lo largo de 3 rondas. En cada una de ellas, los jugadores se turnarán para añadir cartas en las distintas filas de ascensores, procurando que a medida que avanza la ronda, las de su color se queden en las primeras posiciones de cada fila. De este modo, cuando se agoten los mazos de robo, procederemos a comprobar quienes se han quedado dentro y fuera de cada ascensor.

Turno de juego

En su turno, el jugador activo escoge qué carta de su mano va a colocar en una de las 3 filas, donde se pueden dar 4 casos diferentes que afectarán a la hora de poner la carta:

  • Colarse: cada miembro de la familia (hija, hijo, madre, padre, abuela y abuelo), se puede poner delante de determinadas personas, independientemente de su familia/color. Así, si jugamos un abuelo, este se cuela delante de la niña, las madres delante de los padres, etc. Esta acción es obligatoria y, en el caso de que se encuentren en la misma fila con varios miembros del mismo tipo, adelanta a la que esté más cerca del ascensor. Ya que nos colamos, lo hacemos bien ¿no?
  • La hora del café: si añadimos a una fila una tercera persona del mismo tipo, los 3 se marchan de la cola y se van a tomar un café. Retiramos las 3 cartas de la fila y las colocamos frente a nosotros., pues nos puntuarán al terminar la ronda.
  • Al final de la fila: si al jugar la carta no se produce ninguna de las 2 situaciones anteriores, la carta jugada se situará en última posición de la cola.
  • Niña perdida: ¿y qué pasa con la niña perdida? Estas se juegan al final de la fila y arrastra otra carta del mismo color que se encuentre presente en la fila, la cual se pone tras ella.

Una vez jugada la carta, robamos una de la parte superior de cualquiera de los 3 mazos y la añadimos a nuestra mano. Así, los jugadores irán colocando cartas, alterando el orden de las distintas colas hasta que se robe la última carta posible, momento en el que jugamos una última vuelta antes de pasar al recuento de puntos.

Fin de la ronda y partida

Concluida la ronda, toca comprobar quienes se han subido en los ascensores. Para ello nos fijamos en las cartas de ascensor de la ronda en curso.

Por un lado nos indican la capacidad máxima del ascensor y cuanto puntúa cada carta según su posición. Los jugadores puntúan las cartas de su color que estén lo suficientemente cerca de cada ascensor como para poder montarse, teniendo en cuenta su límite de capacidad. Los puntos de victoria (PV) se otorgan empezando de derecha a izquierda, por lo que si no hay cartas suficientes para llenar el ascensor, las que hay se llevan los huecos que dan más PV.

Adicionalmente, cada ascensor duplica los PV de determinados tipos de personas. Las niñas perdidas ocupan sitio pero no dan puntos y por cada 3 cartas que se hayan ido a tomar café nos llevamos 1 o 2 PV, según si son miembros estándar o niñas perdidas respectivamente.

Anotamos los puntos en la libreta de puntuación y empezamos una nueva ronda repitiendo el setup, salvo que hayamos finalizado la tercera, en tal caso sumamos el total de PV y el jugador con mayor puntuación habrá ganado la partida a Frente a los ascensores.

Reseña del juego de mesa Frente a los ascensores

Frente a los ascensores nos lleva a las puertas de los grandes almacenes, preparados para que nuestra familia al completo visite las distintas plantas para comprar como si no hubiera un mañana. Eso sí, acabamos de llegar y ya nos encontramos con el primer problema. Los ascensores no son muy amplios que digamos, y sin duda no somos los únicos flojos que no queremos subir por las escaleras.

3 o 4 huecos por ascensor y 35 personas con prisas. ¿Sabéis cuánto rato vamos a tener que esperar? A la vida hay que echarle a veces un poco de cara, y hoy no va a ser la excepción. ¿Colarse? No va a ser la primera ni la última vez, pero hay que hacerlo con desparpajo y seleccionando muy bien a nuestras víctimas.

A lo largo de cada ronda/mini partida, los jugadores tendrán siempre 2 cartas en mano, las cuales irán jugando progresivamente en una de las 3 filas con unas intenciones u otras. Y digo esto porque podremos tomar cartas de cualquier tipo de familia, sean o no nuestras. Así, dependiendo del color de la carta que bajemos, colaremos al miembro de una familia u otra.

Nuestro objetivo está claro, poner nuestros familiares en las primeras posiciones de cada ascensor, y si es el ascensor favorito de esa persona, ¡mejor que mejor! Sin embargo, si la carta es de otro jugador, toca jugar un poco con las filas, procurando que no siempre vaya a puntuar el mismo jugador echando para atrás a quien tenga más cartas mejor posicionadas. No obstante, si logramos que 3 personas del mismo tipo se asienten en una fila, no solo las echaremos de ella, sino que además rascaremos algún punto.

Las limitadas acciones de las que disponemos invitan a que el juego sea ágil en el primer tramo de cada ronda, donde jugaremos por inercia sin preocuparnos mucho en la estrategia. Sin embargo, cuando las colas se cargan de personas y los mazos de cartas de robo brillan por su escasez, es hora de meditar más los movimientos. Si tenemos buena memoria para recordar las cartas que se han jugado ya (hemos comentado que algunas van al descarte del jugador al tomar café), al disponer de información parcial de las cartas de los demás (el color del reverso), podremos hacernos una idea de las cartas que quedan en juego y seguir lo que resta de ronda jugando con un poco más de cabeza.

En cuanto a la escalabilidad, el juego funciona bien al rango completo. No soy muy partidario de jugar en pareja a aquellos títulos que a 2 jugadores asignan un segundo color para jugar. En este caso nos encontramos con una excepción, ya que tenemos algo más de decisión en lo que sucede en mesa, al menos dentro de lo que cabe.

Pros

  • Jugar con las familias: interesante el sistema que nos da la posibilidad de jugar cartas tanto nuestras como de otros, influyendo en el devenir de la partida de cualquier jugador.
  • Interacción: el pan de cada día en Frente a los ascensores. Colarse no es una opción, es una obligación si no queremos quedarnos a las puertas, generando momentos divertidos de piques y puñaladas a última hora que dejarán a más de uno con la miel en los labios.
  • Inclusión: en las cartas se implementan símbolos que permiten a los daltónicos diferenciar las familias.

Contras

  • Pérdida de control: durante la primera mitad de cada ronda, los jugadores colocarán las cartas donde buenamente puedan, dejando la sensación de que no hay ningún control en lo que hacemos para imponernos a los demás.
  • La última palabra: empezar primero queda como algo anecdótico, pero quien ponga la última carta parte con una ventaja importante respecto a los demás jugadores, pudiendo decidir quién sube y quién no.

Mi veredicto

Terminamos esta reseña de Frente a los ascensores, un filler ligerito con mucha interacción y dinámico, donde elegiremos el personaje de qué familia jugamos de entre 2 opciones y por qué ascensor va a luchas, activando su efecto para adelantar posiciones en la cola. Pasos muy sencillos que hacen que el juego sea lo suficientemente rápido como para que apetezca echarse las 3 rondas completas, aunque la falta de control en el transcurso de la partida juega en su contra. Por ello, le doy mi emblema de juego recomendado.

Juego recomendable para una ludoteca estándar
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