Proveniente del latín «clarus», la palabra «claro» cobra en nuestro idioma multitud de significados. Puede referirse a algo que tiene mucha luz, como un día claro. También, puede hacer referencia a algo que es evidente, como una verdad clara o un error claro. Pero es que además, puede utilizarse para decir que algo es fácil de entender, como una explicación clara. ¿Tenéis claro por dónde irán los tiros en este juego de mesa?

Claro es un juego de cartas diseñado por Josep M. Allué. Un título rápido y sencillo, apto para jugadores de todas las edades y que se autodefine como el juego que acabará con la UNO-tonía.

Número de jugadores:2 – 6
Duración:15 minutos
Edad mínima:7 años
Editorial:Rocket Lemon Games
Diseño:Josep M. Allué
Ilustración:Oliver Freudenreich
Precio:10,16€
Portada de Claro

¿De qué va Claro?

Claro es un filler que se basa en el popular UNO pero simplificando, más aún si cabe, las reglas de juego. La partida se desarrolla en rondas semi-independientes. El objetivo en cada ronda es ser el último jugador en quedarse sin cartas en la mano.

Al inicio de la ronda se reparten 5 cartas a cada jugador, entre las que podremos encontrar cartas únicas numeradas del 1 al 50, las cuales pueden tener de 0 a 2 estrellas de color, y otras 5 cartas llamadas estrella comodín, que tienen los 3 colores de estrellas pero que no tienen número.

En cada ronda, empezando por el jugador inicial y siguiendo en sentido horario, cada uno debe jugar una carta de su mano. Para hacerlo, esta tiene que cumplir al menos un requisito respecto a la última carta que se haya jugado. Así, la carta será válida si la carta jugada es más alta o si tiene una estrella del mismo color (aunque el valor sea más bajo).

Si un jugador no puede jugar ninguna carta, pasa y termina la ronda para él. Los demás por su parte continúan jugando hasta que un jugador sea el último en jugar carta. Ese jugador será el ganador de la ronda, llevándose 1 estrella y empezando la siguiente ronda. El primero en conseguir 3 estrellas gana la partida.

Secuencia de cartas jugadas durante la ronda

Primeras sensaciones

Claro es un juego de mesa sencillo y divertido. Las reglas son muy fáciles de aprender y el juego en sí es rápido y dinámico, por lo que se explica en 15 segundos y se juega en apenas 5-10 minutos.

Juego muy versátil que se puede sacar a mesa (o en cualquier sitio porque es portable y apenas ocupa espacio) con grupos de todas las edades. Eso sí, por su simplicidad y ligereza encaja más con grupos ocasionales, en familia o con los pequeños de la casa, quienes se echarán un buen rato sin tener que pensar demasiado.

Caja y estrellas del juego de mesa Claro

Además, como propuesta educativa está bastante bien. Los niños aprenderán a identificar qué cartas de su mano pueden jugar, ya sea por ser un número superior a la anterior o por asociación de color. Esto, sumado a la puntual gestión de mano, tratando de guardarse las cartas más altas para el final y/o algún color por si nos dejan vendidos con alguna estrella comodín, lo hacen un juego apto para llevar al aula.

Sin embargo, Claro tiene un par de peros que hay que poner sobre la mesa. Por un lado, carece de elementos que puedan alargar la vida útil del juego, haciéndose repetitivo si lo jugamos con regularidad. ¡Así que cuidado con quemarlo! Por otro lado, y más destacable, el alto componente de azar.

Dependiendo de las cartas que recibamos en cada ronda y de cómo transcurra la misma, quedaremos a expensas de aspectos que no podemos controlar que pueden provocar que nos sea imposible jugar carta, por lo que existe la posibilidad de que no lleguemos a jugar tan siquiera una sola carta, lo que frustra la experiencia de juego.

Esta carta se puede jugar cuando salga cualquier carta con estrellas
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