Como influyentes patricios, tenemos el privilegio de modelar a nuestro gusto el distrito de nuestra ciudad en el antiguo Imperio Romano. Hay que aprovechar el tiempo y no escatimar a la hora de construir residencias dignas para los sirvientes, mercados, panaderías, imponentes fuentes, jardines varios y suntuosas villas con los que aumentar nuestro prestigio y reconocimiento. ¿Lograremos complacer al mismísimo emperador Augusto?

Así se nos presenta Carpe Diem, un euro de colocación de losetas del autor Stefan Feld y editado en español por Maldito Games. En él, nos convertimos en la primera clase social distinguida de Roma con un único objetivo, vivir el momento y echar el resto para hacer cuanto antes un distrito a la altura de los inicios del que será, para muchos, el imperio más grande de la historia.

Portada de Carpe Diem
Número de jugadores:2 – 4
Duración:45 – 75 minutos
Edad mínima:10 años
Género:draft
colocación de losetas
rondel
Complejidad:2,51 / 5
Editorial:Maldito Games
Diseño:Stefan Feld
Ilustración:Lalanda Hruschka
Precio recomendado:21,48€

Preparación de partida

En primer lugar, colocamos el tablero principal en el centro de la mesa y entregamos a cada jugador 4 piezas de marco al azar, un tablero de construcción y uno resumen. Posteriormente, monta las piezas creando un marco y situamos en su interior el tablero de construcción, este será su distrito.

A continuación, cada jugador escoge un color y recibe un set de componentes formado por:

  • 1 meeple (que hará de patricio): lo pone en una casilla libre de las 7 del tablero principal.
  • 5 discos: los dejamos en el almacén, situado en el margen derecho del tablero resumen.
  • 9 banderolas: se distribuyen en las celdas indicadas en nuestro tablero de construcción.

Pasamos a preparar el tablero principal y los demás componentes de juego:

  • Las cartas de puntuación se dividen en 4 tipos (A, B, C y D). Seleccionamos de cada tipo tantas como sean necesarias según el número de jugadores, las barajamos y las ponemos boca arriba en el cuadrante izquierdo del tablero siguiendo, al igual que al elegir las cartas, una distribución acorde al número de jugadores. Esta preparación viene simplificada en el reverso de las cartas y en el propio tablero para agilizar el setup sin tener que acudir al manual.
  • Por otro lado, separamos las losetas de construcción en 2 grupos según el color de su reverso (verde claro y oscuro), las cuales mezclamos para crear 2 pilas de robo. Disponemos boca arriba 4 con el reverso verde claro en cada uno de los 7 cuadrantes con forma de plano del tablero y, en la fila inferior, ponemos 11 con el reverso verde oscuro.
  • Mezclamos las cartas de fuente y las dejamos boca abajo a un lado junto con las cartas de puntos de victoria, apiladas en este caso por valores desde 1 a 25 PV.
  • Dejamos las mercancías, panes y monedas en una reserva común.
  • Entregamos al jugador inicial la ficha correspondiente y le hacemos entrega de 8 PV. El resto de jugadores reciben 1 PV adicional por cada turno de distancia con respecto al jugador inicial, exceptuando el tercer jugador en partidas a 3, donde recibe un total de 13 PV.
  • Por último, los jugadores colocan 1 de sus 5 discos en la casilla inicial del track de banderolas, superponiéndolas de tal forma que la del jugador inicial quede en la parte superior y la del último en la parte inferior, quedando todo listo para empezar a jugar a Carpe Diem.

¿Cómo se juega a Carpe Diem?

Una partida a Carpe Diem se desarrolla a lo largo de 4 rondas que se dividen en 2 fases.

Fase de juego

Comenzando por el jugador inicial y en sentido horario, los jugadores llevan a cabo en su turno los siguientes pasos:

Mover patricio

El jugador activo desplaza su meeple a una de las casillas semicirculares de los 2 planos opuestos (esté o no ocupada). Los planos están conectados entre sí por una serie de líneas para identificar correctamente hacia cuales podemos movernos, aunque tenemos la posibilidad de gastar 1 ficha de pan para ir a cualquier otra e incluso para quedarnos en la misma en la que estamos. En el caso de que un cuadrante esté vacío rebotamos en este hacia cualquier otra dirección (siguiendo las líneas trazadas en el tablero) hasta que lleguemos a uno que tenga al menos 1 loseta.

Coger loseta de construcción

Elegimos una de las losetas disponibles en el cuadrante de destino para añadirla a nuestro distrito. En partidas a 2 y 3 jugadores, cuando en un plano solo queden 2 y 1 loseta respectivamente, las retiramos de la partida.

Construcción

Con la loseta en mano, es el momento de colocarla en nuestra zona de juego. La primera siempre ha de jugarse en la casilla con una pala impresa pero, a partir de ahí, tenemos que poner las siguientes adyacentes ortogonalmente a otra ya colocada, siempre y cuando el tipo de terreno o edificio encaje con el del resto de losetas y también con el marco del tablero si limita con él.

Si en algún momento, ocupamos una casilla donde haya una banderola, la quitamos y avanzamos 1 casilla con nuestro disco en el track de banderolas, colocándola encima de la última que ya esté en esa casilla.

En Carpe Diem, cuando construyamos un edificio único o completemos uno con más de una loseta, recibimos una recompensa instantánea, exceptuando las villas que nos premiarán a posteriori. Veamos en qué consisten los tipos de losetas:

  • Villas: se pueden hacer tan grandes como queramos y nos otorgarán una retribución a modo de PV, en la fase de puntuación estén o no cerradas en función del tipo de carta de puntuación y al final de partida solo si están completadas.
  • Contamos con 4 paisajes: los viñedos nos dan racimos de uvas, los huertos plantas, los corrales gallinas y los estanques peces. Al completar uno de ellos, recibimos una cantidad de mercancías del tipo indicado igual al número de losetas menos 1 que lo compongan.
  • Mercader: cuando completamos este edificio contamos las mercancías que tenemos en ese momento, las devolvemos a la reserva común y recibimos la misma cantidad en monedas más 1 moneda adicional. Estas harán de comodín, por lo que podremos usarlas como cualquier tipo de mercancía.
  • Panadero: al completarlo recibimos 2 fichas de pan. Como ya hemos visto, se puede usar 1 ficha de pan al inicio de nuestro turno para ubicarnos en cualquier plano, pero también podemos usar 3 panes en la fase de puntuación para cumplir «gratuitamente» los requisitos de una carta de puntuación.
  • Administrador: al completarlo, avanzamos 2 espacios nuestro contador en el track de banderolas.
  • Artesano: si cerramos este edificio, robamos de inmediato una de las 11 losetas con reverso oscuro que hay en la fila inferior del tablero y la colocamos en nuestro tablero siguiendo las reglas habituales de colocación, ejecutando la acción del edificio si fuera preciso.
  • Mercado: loseta única que nos da 1 moneda al construirla.
  • Panadería: al colocar dicha loseta, recibimos 1 ficha de pan.
  • Fuente: al jugarla, robamos las 2 cartas superiores de la pila de robo de cartas de fuente y nos quedamos 1. Esta nos dará puntos al final de la partida por cada edificio que completemos de un mismo tipo. Si más adelante volvemos a poner otra fuente, volvemos a robar 2 cartas pero, esta vez podemos devolver cualquiera de las que ya tuviéramos con anterioridad.

De este modo, se irán sucediendo los turnos hasta que cada jugador haya robado y construido un total de 7 losetas. En ese momento, pasamos a la fase de puntuación de final de ronda.

Fase de puntuación

Llegados a este punto, los jugadores proceden a puntuar pares de cartas de puntuación adyacentes. Para ello, nos fijamos en el track de banderolas para comprobar el orden de elección y, empezando por el jugador más avanzado, cogemos uno de nuestros discos, lo colocamos en una de las casillas circulares libres que conecten 2 cartas de puntuación y las resolvemos.

Estas cartas muestran en la parte superior el requisito a cumplir, que puede ser entregar algún tipo de mercancía o tener en nuestro distrito lo que se muestra en la imagen, y en la parte inferior la recompensa a obtener. Podemos escoger en qué orden llevarlas a cabo, pues los recursos de una se pueden emplear para completar los de la otra. También existe la posibilidad de gastar 3 fichas de pan para cubrir el requisito de una de las cartas de puntuación si no somos capaces de cumplirlo. En cualquier caso, si no podemos satisfacer alguno de ellos perdemos 4 PV.

PD: en el caso de poder duplicar o triplicar el requisito a cumplir, multiplicamos la recompensa a conseguir.

Todas las fichas permanecen en el tablero hasta el final de partida, por lo que no podrán volver a ser ocupadas en rondas posteriores por ningún jugador.

Una vez que todos los jugadores hayan realizado esta fase, hacemos una minifase de mantenimiento en la que reponemos las losetas de construcción de los planos. Para la 2ª y 3ª ronda se ponen las losetas restantes con el reverso verde claro y en la 4ª ronda se utilizan las losetas con el reverso verde oscuro, de modo que a lo largo de la partida estarán disponibles todas y cada una de las losetas de Carpe Diem.

Pasamos la ficha de jugador inicial al siguiente jugador y comenzamos una nueva ronda.

Fin de la partida

Tras la 4ª fase de puntuación, realizamos una puntuación final en la que se tiene en cuenta:

  • Villas: sumamos las chimeneas de las villas terminadas y obtenemos los PV que corresponda.
  • Medidor de banderolas: sumamos los PV alcanzados por nuestra ficha en el track de banderolas.
  • Cartas de fuente: comprobamos los PV que nos otorgan las construcciones de nuestro distrito.
  • Logros del marco: cada pieza del marco muestra 2 tipos de logros a conseguir. Para hacerlo, hemos de completar un edificio que cruce la línea imaginaria en la dirección hacia la que apunta la flecha y, aunque tengamos varios edificios del tipo indicado en la misma dirección, solo puntuamos una vez por cada logro.
  • Artículos restantes: tantos PV como la mitad de los elementos sobrantes.

El jugador con más PV ha ganado la partida a este Carpe Diem.

Reseña del juego de mesa Carpe Diem

En Carpe Diem nos encontramos ante un buen euro de peso medio del aclamado diseñador Stefan Feld, conocido por grandes títulos como Los Castillos de Borgoña, con quien tiene ciertos parecidos como el reparto de losetas en distintas secciones, que iremos recogiendo para ir añadiendo a nuestro tablero personal y posteriormente activar ciertas habilidades según el tipo de edificio. Sin embargo, esto solo es una pincelada que tienen en común ambos juegos pues, a partir de ahí, cada uno de ellos toma su propio camino, ofreciéndonos una experiencia de juego diferente.

El título que nos ocupa en el día de hoy nos transporta a la antigua Roma, donde nos enfrentaremos al resto de patricios para construir no solo un distrito digno de enseñar, sino además llegue a ser el más prestigioso del Imperio Romano. A lo largo de cada una de las 4 rondas, acudimos por turnos a un rondel común de 7 puntas para escoger, estratégicamente, las losetas con las que conformar nuestro tablero. Podemos robar losetas de los 2 planos opuestos al nuestro pero, con una sola ficha de pan, tenemos a nuestro alcance cualquier loseta, así que toca vigilar el pan que le queda a cada jugador, a qué planos tiene acceso y qué construcciones tiene por terminar para hacernos a la idea de lo más cotizado durante la ronda en curso.

¿Y por qué tanta preocupación por lo que hacen los demás? Muy sencillo, las cartas de puntuación son comunes y de un único uso, por lo que el primer jugador en tomar un par de cartas de puntuación será el afortunado que se lleve su beneficio. Esto nos lleva también a priorizar la disputa por las banderolas, las cuales otorgan al jugador más adelantado la opción de elegir en primer lugar, pudiendo activar aquellas cartas que más le benefician, llegando incluso a bloquear a otro jugador que solo podía cumplir esos requisitos, aunque si ha sido capaz de ahorrar 3 fichas de pan…

La colocación de losetas parece trivial, no obstante tiene una vuelta más que interesante. Definamos desde el principio (en la medida de lo posible) qué losetas vamos a necesitar para puntuar la mayor cantidad de los logros de nuestro marco y que a la vez nos sirvan para la fase de puntuación. Si lo hacemos de forma improvisada, según vayamos robando losetas, veremos como las limitaciones del tablero y encontrar las losetas idóneas para cubrir huecos específicos nos complicará el tramo final de partida, lo que nos dará más de un quebradero de cabeza para cerrar construcciones y además hacerlo en el sitio exacto para puntuar los logros mencionados.

Carpe Diem no es especialmente complicado pero requiere de un par de partidas para pillarle el punto a la optimización de losetas y saber la incidencia que tiene cada tipo de loseta en la partida. Apostar por las fuentes al inicio para orientarnos más a determinadas construcciones, convertir las mercancías en monedas en el momento preciso y escoger entre completar una gran villa de cara a la puntuación final o hacerlas más pequeñas para rascar más puntos en puntuaciones intermedias.

Y entre esta edición de Maldito Games y la nueva de Ravensburger, ¿con cuál quedarse? El juego es exactamente el mismo, no se introduce ningún módulo ni miniexpansión que aporte algún cambio en cuanto a jugabilidad. Por su parte, el diseño prácticamente no se ha modificado, siendo el único cambio significativo los reversos blanco-negro de las losetas, lo que no justifica pagar más del doble por la nueva edición estando esta rondando los 21€.

Pros

  • Variabilidad: la zona de juego personal es cambiante en cada partida, no siempre podemos robar las losetas que queremos en el orden que nos interesa y las combinaciones de las cartas de puntuación son prácticamente infinitas, haciendo que cada partida a Carpe Diem sea diferente a la anterior.
  • Sistema de puntuación: sin duda el fuerte de este juego de mesa, y lo que más me ha sorprendido, es la fase de puntuación. Que cada círculo solo pueda ocuparse una vez hace que la tensión sea constante y solo podamos relajarnos unos instantes tras colocar nuestra ficha.
  • Escalabilidad: el rondel, al igual que la fase de puntuación, está montado de tal manera que el juego funciona estupendamente bien a 2 que a 4 jugadores.

Contras

  • Diseño: el arte del juego es mejorable y se aleja de lo que estamos habituados a ver hoy día. Una vez superada esta barrera, el diseño queda en un segundo plano como ya nos ha pasado con Los Castillos de Borgoña
  • Losetas de construcción: cuesta distinguir las losetas de color verde claro y las de verde oscuro.

Mi veredicto

Y con esto vamos cerrando la reseña de Carpe Diem, un juego de colocación de losetas bastante interesante que fluye a buen ritmo y nos mantendrá entretenidos desde la primera partida, aunque tendremos que esperar a echar un par para empezar a dominar la selección y colocación de losetas además de la disputa por las distintas puntuaciones disponibles. Un juego con una curvita media de aprendizaje, que escala genial y que tiene rejugabilidad de sobra para que Carpe Diem tenga recorrido en nuestra ludoteca. Por ello, le doy mi emblema de juego distinguido.

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