El mayor océano de la Tierra está repleto de secretos y misterios aún por descubrir. Uno de ellos es el arrecife de coral que acaban de encontrar (casi sin querer) unas adorables tortugas. En él hay prácticamente todo lo necesario, para que multitud de criaturas marinas puedan vivir durante un largo período. No obstante, como suele pasar cuando se habla más de la cuenta, se ha enterado hasta el apuntador, por lo que tenemos que arreglárnoslas para formar grupos de animales según su afinidad. ¿Pero cómo?

Aqualin es un juego de mesa de la editorial Devir Iberia en el que los jugadores competirán por crear los grupos más numerosos de animales según su objetivo de partida. Uno tratará de agruparlos por colores, mientras que el otro lo hará por tipos. ¡Y los dos con las mismas fichas! ¿Quién se saldrá con la suya?

Portada de Aqualin
Número de jugadores:2
Duración:20 minutos
Edad mínima:10 años
Género:grid movement
set collection
colocación de losetas
Complejidad:1,60 / 5
Editorial:Devir Iberia
Diseño:Marcello Bertocchi
Ilustración:Sophie Rekasowski
Precio recomendado:22,46€

Preparación de partida

Colocamos el tablero, de aquí en adelante arrecife, en el centro de la mesa.

Junto a él ponemos todas las fichas de criaturas marinas boca abajo y las mezclamos, creando así la reserva común. De dicha reserva volteamos 6 al azar, formando lo que será el suministro.

A continuación, los jugadores deciden quién va a jugar a grupos de colores y quién lo hará por tipos de animales.

Por último, elegimos al jugador inicial y estamos listos para jugar a Aqualin.

¿Cómo se juega a Aqualin?

Una partida de Aqualin dura 18 rondas, hasta que se pongan en juego las 36 fichas de baquelita disponibles. Nuestro objetivo formar grupos de fichas, las cuales iremos tomando del suministro para componer un mosaico en el arrecife que estará en continuo cambio.

En su turno, el jugador activo realiza tres sencillos pasos:

  1. Mover una criatura marina: si quiere, puede elige una ficha del arrecife y moverla ortogonalmente el número de casillas que considere oportuno, teniendo en cuenta que no puede saltar otra ficha ni salirse del arrecife.
  2. Colocar una nueva criatura marina: posteriormente echa un vistazo al suministro y toma una ficha que puede poner en cualquier casilla libre del arrecife.
  3. Reponer el suministro: por último, voltea una ficha de la reserva para que el suministro cuente de nuevo con un total de 6 fichas.

Ahora es el turno del siguiente jugador, quien seguirá el mismo procedimiento.

Fin de la partida

Cuando el arrecife esté repleto de fichas, es decir, hayamos jugado todas las fichas, se procede al recuento de puntos de victoria (PV). Cada jugador comprueba cuantos PV ha conseguido según el objetivo que le ha tocado al inicio de la partida, recordando que:

  • Una misma ficha puede servir para ambos jugadores.
  • Podemos puntuar varios grupos de un mismo color/tipo.

Cada grupo de 2, 3, 4, 5 y 6 fichas nos otorga 1, 3, 6, 10 y 15 PV respectivamente. El jugador con más PV se lleva la partida a Aqualin.

Reseña del juego de mesa Aqualin

Los arrecifes de coral juegan un papel fundamental en el ecosistema marino, pues en ellos habitan todo tipo de especies de animales. Allí, en un lugar idílico, traen a sus crías al mundo, se protegen de depredadores, se alimentan y se reproducen. ¿Y qué pasaría si alguien descubre un maravilloso arrecife, con todas las comodidades posibles para vivir a cuerpo de rey? Que todas las criaturas del océano harían sus maletas para mudarse, algo que no sería un problema si no fuera por su limitado aforo y porque todos los animales quieren estar cerca de sus amigos. ¿Cómo lo hacemos?

Aqualin es un juego de mesa abstracto para 2 jugadores, donde jugaremos a ser Poseidón. A lo largo de la partida los jugadores contribuiremos, mediante un mecanismo de selección y colocación muy básico, para formar un bonito arrecife representado en una cuadrícula de 6×6. Una tarea a priori tan simple como las propias mecánicas de este juego, de no ser por los intereses opuestos de los jugadores.

Cada ficha de criatura la encontraremos en 6 formas y colores diferentes, contando así con un total de 36 animales únicos, que tenemos que casar como buenamente podamos con los de su mismo tipo. Esto nos abre 2 opciones de agrupación, por color y forma que nos llevan a una disputa continua y directa durante toda la partida, pues un jugador puntuará por fichas adyacentes del mismo color y el otro lo hará por las que tengan la misma forma.

De este modo, intentaremos aprovechar bien nuestras 2 acciones principales para marcar poco a poco la diferencia sobre el tablero. Primero reubicaremos una ficha ya dispuesta sobre el tablero, lo cual nos permite romper grupos del adversario, ampliar uno nuestro o incluso ambas. Esta acción que genera mucho rifirrafe entre los jugadores se consolida en la mayoría de los casos con la segunda acción. Por medio de esta añadimos una nueva ficha en el espacio que queramos, impidiendo que el contrario pueda corregir con facilidad el cambio que acabamos de hacer y que tenga que improvisar una nueva forma de conseguir grupos de su tipo.

Al principio hay sitio de sobra y todo se destruye con suma facilidad. Sin embargo, conforme avanza la partida cada vez habrá más fichas en el tablero, y por consiguiente más barreras que van a frenar la capacidad de movimiento de las fichas. Es por ello que tenemos que ser capaces de jugar a 2 turnos vista y no vivir del turno presente sino, cuando queramos acordar, será demasiado tarde para partir determinados grupos.

Como podéis comprobar, entorpecer al oponente es una constante en Aqualin y es bastante gratificante cuando encima nos sirve para sumar nosotros. Pero lo mismo que va viene, así que tenemos que ingeniárnoslas para sabotear los planes del rival, rompiéndole sus grupos, y beneficiarnos ampliando los nuestros, procurando bloquear los huecos necesarios para que le sea complicado fastidiarnos.

Pros

  • Sencillez: las reglas simples facilitan que el juego se explique en un suspiro y que se pueda jugar con agilidad. Las partidas se resuelven con rapidez, convirtiéndolo en una interesante propuesta para sacar en cualquier sitio con cualquiera que quieran echarse un par de partidas distendidas con su punto táctico.
  • Interacción: que ambos jugadores utilicen las mismas fichas, pero tras objetivos opuestos, hace que la lucha por afianzar nuestros grupos sea el pan de cada día. Lo que hace uno, lo deshace el otro, y aunque eso no siempre sea del agrado de uno, es la chispa que mantiene la emoción en cada partida.
  • Producción: destacar las fichas de baquelita de buen tamaño, llamativas y coloridas, que animan a echarlo en la mochila y sacarlo en una mesita o toalla en la playa o piscina.

Contras

  • Identificar grupos: es más fácil reconocer los grupos de fichas por colores que por formas, lo que en ocasiones provoca que, el jugador que vaya a formas, pueda pasar más desapercibido.
  • Profundidad: para jugar en familia, con los pequeños de la casa o con jugadores esporádicos que se estén iniciando funcionará muy bien, pero no encajará igual con jugadores experimentados que vayan tras un abstracto con mayor recorrido y complejidad como puede ser Hive.

Mi veredicto

Y con esto ponemos el broche a Aqualin, un juego de mesa abstracto muy rápido y sencillo de jugar, cuya dificultad radica en la capacidad de los jugadores de ser capaces de formar grupos más numerosos que los del adversario, tirando de una interacción continua con la que reiremos y lloraremos a partes iguales. Un título agradable de jugar que, aunque le falte profundidad, es ideal para sacar a mesa con principiantes y con quienes busquen algo ligerito para echar un al mejor de tres en ratitos sueltos. Por ello le doy mi emblema de juego de mesa recomendado.

Juego recomendable para una ludoteca estándar
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