El rey Eduardo III de Inglaterra ha muerto y ahora, sin descendientes directos, el trono espera un justo sucesor. El candidato a la corona se decidirá con una gran batalla en Hastings. Las tropas de infantería, caballerías y arqueros avanzan hacia el enfrentamiento directo, superando desafíos por el camino. Esta guerra por el reino, se resolverá con la lucha entre el ejercito anglosajón del recién nombrado rey Harold II y del inconformista duque William II de Normandía. Vamos a involucrarnos de lleno con uno de los bandos, intentando declinar la balanza a nuestro lado. ¡A por todas!

Así se nos presenta 1066, La Batalla de Hastings, un juego de mesa de la editorial Draco Ideas, donde afrontaremos el combate definitivo entre anglosajones y normandos por el trono de Inglaterra, desplegando nuestros ejércitos por el campo de batalla buscando el punto débil del adversario que nos catapulte hacia la victoria.

Portada de 1066: La batalla de Hastings
Número de jugadores:1 – 2
Duración:30 – 60 minutos
Edad mínima:12 años
Género:gestión de mano
Complejidad:2,22 / 5
Editorial:Draco Ideas
Diseño:Tristan Hall
Ilustración:Ania Kryczkowska
Precio recomendado:33,96€

Preparación de partida

Los jugadores escogen con qué facción van a disputar la partida, normandos o sajones, y reciben todos los componentes de su color, azul o rojo respectivamente. Así, cada jugador contará con una carta de líder, un mazo de cartas de facción, 7 cartas de objetivo y 40 marcadores de daño con forma de lágrima. Adicionalmente, el jugador azul toma el marcador de jugador inicial.

Posteriormente preparamos la zona de juego. Si nos sentamos uno enfrente del otro, colocamos las 3 cartas de frente en la zona central de la mesa, formando una fila siguiendo la numeración de las mismas. De este modo, el campo de batalla queda dividido en 2 áreas de 3×3 (una para cada jugador) donde desplegaremos nuestras cartas en 3 frentes (columnas) a distinta distancia (filas).

Comenzando por el jugador azul, nos turnamos para poner nuestro líder en uno de los 3 espacios de la primera fila nuestro campo de batalla, no teniendo por qué coincidir con el del adversario.

Ordenamos alfabéticamente nuestras cartas de objetivo y las dejamos boca arriba en una pila. Junto a esta, ponemos el mazo de cartas de facción bien barajado y robamos 4 cartas. Esta será nuestra mano inicial, aunque podemos hacer un mulligan si no nos convence.

Dejamos los marcadores de modificación de atributo en un margen y ya estamos listos para jugar a 1066, La Batalla de Hastings.

¿Cómo se juega a 1066, La Batalla de Hastings?

Una partida a 1066, La Batalla de Hastings se juega a lo largo de un número variable de rondas hasta que se produzca uno de los 3 posibles finales que veremos más adelante. Cada ronda está compuesta de 4 fases.

Fase de preparación

Si algún jugador no tiene cartas en su mazo de robo, pasamos directamente al punto de fin de la partida, de lo contrario iniciamos una nueva ronda.

En ella, los jugadores procedemos a ampliar nuestra mano de cartas, no sin antes descartar cualquier carta que exceda el límite de 6 en mano. Después robamos 2 nuevas cartas, preparamos las cartas que tuviéramos agotadas (las ponemos verticalmente) y pasamos a la siguiente fase.

Fase de despliegue

Empezando por el jugador inicial, nos turnaremos para hacer una de las siguientes 4 acciones:

  • Jugar una carta: para poner una carta en nuestro campo de batalla, debemos de pagar antes su coste. La cantidad de recursos a pagar viene indicado en la esquina superior izquierda de la carta y se pueden obtener descartando cartas de la mano (1 recurso por cada una) y/o agotando cartas que hayamos bajado previamente (girando). Podemos encontrarnos con varios tipos de cartas:
    • Unidades y personajes: se juega en nuestro campo de batalla. Podemos elegir en qué frente jugarla, respetando que no puede haber más de 3 cartas por frente y ocupando obligatoriamente el espacio libre más cercano a la carta de frente.
    • Tácticas: se mantienen en nuestra zona de juego pero fuera del cuadrante de 3×3 del campo de batalla.
    • Equipamientos: se liga a otra carta que ya esté en juego. No ocupa espacio en el cuadrante por sí sola y se elimina si la carta a la que se asocia se retira de la partida.
    • Eventos: tras pagar su coste, se realiza su efecto y se descarta.
  • Ejecutar una acción: si tenemos alguna carta en nuestro campo de batalla, que tenga una habilidad de acción y esté preparada, podemos agotarla girándola para su activación. También se pueden activar los eventos, pagando su coste y descartándola tras su uso.
  • Sacrificar una carta: quitamos de nuestro campo de batalla cualquier carta que no sea el líder y la enviamos al descarte, desplazando las cartas que hubiera por detrás en dicho frente.
  • Pasar: si no queremos o no podemos hacer alguna de las acciones anteriores, pasamos. El primero en hacerlo se lleva el marcador de jugador inicial.

Los turnos se irán sucediendo hasta que ambos jugadores pasen.

Fase de frente

Esta fase solo se juega cuando al menos un jugador haya llegado a su carta objetivo «La Batalla de Hastings». Esta se compone de 2 combates que debemos resolver en dicho orden:

  • Combate de poder: se juega si ambos jugadores están en la carta objetivo «La Batalla de Hastings». Los jugadores comparan el poder de cada frente por separado, para lo que se tienen en cuenta las cartas preparadas de cada facción. El jugador que se imponga en cada frente pondrá en dicha carta tantos marcadores de daño como la diferencia entre su poder y el del oponente. En caso de empate ambos ponen 1 daño.
  • Combate de fervor: se juega incluso si solo un jugador ha llegado a la carta objetivo «La Batalla de Hastings». Comparamos los puntos de fervor del mismo modo que hicimos con anterioridad con los de poder. Quien se imponga inflige 1 de daño al rival, y en caso de empate superior a 0 lo hacen ambos. Si un jugador todavía no ha llegado a la carta objetivo mencionada, no daña al adversario pero sí puede recibirlo.

El primer jugador en hacer 10 puntos de daño en un frente lo gana. Los empates se resuelven a favor del que tenga más poder y sino en quien tenga más fervor.

Fase de objetivo

Esta fase se produce mientras a algún jugador le quede algún objetivo intermedio pendiente. Cada uno intenta destruir su objetivo actual, para lo que añade fichas de daño sobre este en función de la diferencia entre el poder/favor de sus cartas preparadas y el total de poder/favor del propio objetivo. Este daño se quedará sobre la carta, acumulándose para rondas futuras hasta que consiga batirla, momento en el cual se resuelve su efecto (si lo tuviera) y ya podría revelar el siguiente objetivo, que no podrá ser atacado hasta que se inicie una nueva ronda.

Fin de la partida

El ganador de 1066, La Batalla de Hastings es el jugador que logre uno de los siguientes hitos:

  • Acabar con 2 frentes.
  • Eliminar al líder del rival.
  • Que el oponente agote su mazo de cartas.

Reseña del juego de mesa 1066, La Batalla de Hastings

1066, La Batalla de Hastings es un juego de cartas de ambientación histórica que nos llevará a vivir sobre el terreno este trepidante combate, donde se enfrentaron los ejércitos normandos y sajones para que sus respectivos líderes se hicieran con el trono. Solo uno se coronó nuevo rey de Inglaterra. ¿Sabéis cuál? Por aquí no somos de hacer spoilers, pero solo diremos que ahora tenemos la oportunidad de cambiar el rumbo de la historia.

Para alcanzar la victoria, el juego nos abre 3 vías. Imponernos en 2 de los 3 frentes, acabar con el líder enemigo ¿a quién coronarían si no? o alargar la partida hasta dejar al rival desarmado sin ninguna carta en mano. Sin embargo, estos 2 últimos casos son poco probables, salvo que estemos jugando con las variantes avanzadas. Con ellas formaremos un mazo de cartas más acotado y conciso según nuestro planteamiento táctico, además de poder robar un mayor número de cartas para buscar aquellas que más nos interesan en función del momento de la partida. Es por ello que por normal general, el duelo concluye por el desenlace en los frentes.

Para ello, los jugadores deberán desplegar cartas en su área con la vista puesta en la batalla final, la cual dará comienzo cuando al menos uno de ellos haya cumplido todos los objetivos previos a Hastings. Esta es la única manera de infligir daño en los frentes, de modo que hasta entonces nos centraremos en formar un ejército sólido, reforzando los frentes previsiblemente más vulnerables, eliminando del mapa aquellas cartas del otro jugador que más nos están perjudicando y completando los objetivos con rapidez, para llegar cuanto antes y así activar la fase de frente.

1066, La Batalla de Hastings se convierte en una carrera estratégica que pondrá a prueba nuestra capacidad de gestión de cartas, teniendo que adaptarnos a los continuos cambios que veremos en la mesa. Descartaremos buenas cartas a regañadientes para jugar otras más necesarias, sacrificaremos algunas para dejar sitio a otras o simplemente el oponente nos asestará un duro golpe del que tendremos que reponernos.

El juego cuenta con multitud de cartas diferentes entre sí, que con el paso del tiempo y muchas partidas a las espaldas, iremos conociendo cada vez más. Esta curva de aprendizaje impide que podamos sacar el máximo partido a nuestra baraja en las primeras partidas. Pero a medida que vayamos jugando, profundizaremos en este y seremos capaces de medir las opciones de cada carta dependiendo de la situación. Aprenderemos a no deshacernos tan rápido de cartas interesantes que comban muy bien entre sí o que sabemos por experiencias anteriores que pueden ser determinantes en el tramo final.

A esto hay que sumar que las facciones son asimétricas, tanto por el mazo de cartas como por los objetivos. Los mazos nos harán plantear la partida de una forma u otra según nuestra facción y los objetivos priman el poder y el fervor de diferente forma, puesto que los normandos centran la primera mitad de los objetivos en acumular poder y la segunda el fervor necesario que les acerque a Hastings, mientras que los sajones operan a la inversa.

Nos encontramos ante un gran juego de cartas, con turnos cortos y dinámicos que nos ofrece partidas rápidas que empiezan con un ritmo más pausado y que irá in crescendo conforme jugamos cartas y cerramos objetivos, desembocando más pronto que tarde en esa disputa por los frentes, duelo reñido que nos tendrá tensos hasta terminar la partida. Además cuenta con modo solitario, que como ya sabéis no es un número al que juguemos por casa, pero que sobre el papel leyendo el reglamento tiene buena pinta.

Pros

  • Toma de decisión: cada paso que demos tiene su peso en la partida, pudiendo ser crucial cualquier movimiento por insignificante que sea, lo que exigirá lo mejor de nosotros para saber qué carta jugar, en qué momento hacerlo y dónde.
  • Ambientación: las ilustraciones de las cartas son muy realistas, casi fotografías de personajes históricos que vienen acompañadas de una descripción detallada que nos involucrará más en la temática.
  • Producción: la calidad de los componentes es estupenda, desde las imágenes de las cartas pasando por su buen gramaje hasta los marcadores de daño de madera personalizados.

Contras

  • Cajote: la caja sobredimensionada ocupa demasiado espacio en la estantería para la cantidad de componentes que incluye.
  • Azar: el orden de aparición de las cartas puede condicionar la partida notablemente, por lo que recomiendo que se apliquen las modificaciones indicadas en el propio manual para reducirlo lo máximo posible.
  • Nivel de jugadores: recomendable sacarlo a mesa con jugadores que tengan el mismo ritmo de partidas, ya que en caso contrario la partida se desequilibrará rápidamente hacia el lado del jugador experimentado.

Mi veredicto

Y con esto vamos cerrando la reseña de 1066, La Batalla de Hastings, un juego de cartas asimétrico que, con reglas sencillas y una dinámica de juego muy fluida, nos ofrece partidas tensas y entretenidas que resolveremos en poco más de media hora. No obstante, la carga estratégica para jugar nuestro mazo de cartas con cabeza lo hacen un juego muy disfrutable para quienes busquen un juego a 2 con recorrido. Un título con un arte fantástico del que además de jugar aprenderemos un poco de historia que nunca está de más. Por ello, le doy mi emblema de juego recomendado.

Juego recomendable para una ludoteca estándar
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